Elena Casado, la anestesista que aboga por una medicina sin dolor para la mujer: “El sesgo de género médico cuesta vidas”

La especialista denuncia en redes sociales el sesgo machista de la medicina y sus fatales consecuencias

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La anestesista Elena Casado. (Cedida)
La anestesista Elena Casado. (Cedida)

El cuerpo de la mujer y el cuerpo del hombre son diferentes, pero uno ha sido históricamente ignorado por la ciencia y, en concreto, por la medicina. “La medicina ha sido fundamentalmente androcéntrica, siempre ha estado formada e investigada alrededor del cuerpo del hombre”, denuncia la anestesista Elena Casado en una entrevista con Infobae España. Especializada en el tratamiento del dolor crónico, Casado lleva años divulgando sus conocimientos en redes sociales con el objetivo de ayudar a las mujeres a recibir un trato más justo en la consulta.

“A la hora de ver una patología en una mujer, muchos síntomas, muchos marcadores no son los mismos”, explica la doctora. La falta de investigación del cuerpo femenino hace que ellas se encuentren en “una clara desventaja” ante el médico, algo que se refleja también “a la hora de tomar en cuenta lo que una mujer dice cuando va a la consulta”, pues “se tienen todavía ciertos estigmas de que la mujer es una exagerada”, asegura.

Es algo que ella ve cada día: en su consulta privada de dolor crónico, el 95% de sus pacientes son mujeres. “Vienen casi con una patada desde el sistema público. La mujer no suele llegar a las unidades del dolor con la prontitud o con la diligencia con la que tendría que llegar”. Se calcula que, en al menos 700 enfermedades, las mujeres sufren un retraso en el diagnóstico, lo que lleva a que estas patologías se cronifiquen y se compliquen. De hecho, ellas tienen el doble de posibilidades de padecer dolor crónico que sus compañeros hombres. “Acaban buscando refugio en consultas privadas, que es una desgracia porque baratas no son. Es muy grave que, porque no se las escuche como debería en un sistema que debería atender a su dolor, tengan que buscar alternativas y pagársela”, reflexiona la anestesista.

“¿Por qué las mujeres tienen que sufrir?"

De hecho, todavía hoy persiste la idea de que, en todo lo relacionado con el sistema productivo, “la mujer debería sufrir y aguantar en silencio”, lamenta Casado. El dolor menstrual se normaliza, lo que hace que se tarde de media 10 años en diagnosticar la endometriosis, y el sufrimiento en procedimientos como la implantación del DIU se minimiza. Pese a que muchas pacientes refieran calambres intensos durante el proceso, se realiza sin ningún tipo de anestesia, algo que Casado lucha por cambiar. “Cualquier procedimiento ginecológico doloroso debería hacerse con sedación, exactamente igual que las colonoscopias o las biopsias se hacen con sedación”, defiende la especialista.

Habla de procesos como la histeroscopia quirúrgica o la biopsia del cuello del útero que, al igual que el implante del DIU, a veces se realizan “a pelo”. Incluso los abortos programados “hasta hace cuatro días se hacían sin sedación”, critica. “¿Por qué las mujeres tienen que sufrir eso cuando el resto de la población hace pruebas mucho menos dolorosas con sedación?“, dice.

“Todo lo que está relacionado con el sistema reproductivo de la mujer y con su sexualidad está completamente subtergado a un segundo término y se considera que la mujer debe de afrontarlo y sufrirlo porque viene en nuestro ADN”, expresa la anestesista. Esta lógica explica que, en España, algunos hospitales estén realizando partos sin epidurales. “Los anestesistas faltan”, dice Casado, “y cuando no se puede llegar a todo, lo primero que se suprime son los derechos de las mujeres”. “Debería de haber una plaza de anestesia en paritorios en todos los hospitales, pero es muy raro que eso exista”, lamenta.

Noticias del día 04 de agosto de 2025

“El sesgo de género médico cuesta vidas”

Las enfermedades cardiovasculares son la
Las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de muerte entre mujeres, pero todavía hay dificultades para detectar los infartos en las pacientes.

La investigación médica ha avanzado en los últimos años, reconoce Casado, pero todavía perduran prejuicios y vacíos de conocimiento que perjudican a la mujer a la hora de detectar ciertas patologías. “Cuanto más tardes en diagnosticar algo, más difícil va a ser tratarlo, más avanzada va a estar la patología en tu cuerpo y más, consecuencias que quizás no sean solucionables vayas a tener”, advierte la anestesista. Esos retrasos “en algunos casos puede conllevar directamente la muerte, como por ejemplo acudir a urgencias por un infarto, que no se diagnostique como tal y que te manden a casa y que fallezca". Son múltiples los estudios que evidencian las dificultades en el diagnóstico del infarto de miocardio en mujeres, entre ellos uno realizado por la Sociedad Española de Cardiología, que muestra un mayor retraso en el ingreso y tratamiento de las mujeres con síndrome coronario agudo, así como mayores tasas de mortalidad a los 28 días de sufrir el episodio “El sesgo de género el médico cuesta vidas y cuesta calidad de vida", denuncia la especialista.

El problema no es (o no suele ser) individual, aclara. “No quiere decir que el médico sea machista, sino que está educado en una medicina que se ha formado en el cuerpo del hombre. El sesgo de género médico está fundamentado porque vivimos en un sistema con raíces patriarcales y una medicina androcéntrica”, defiende.

En cambio, corregir las fallas del sistema sí requiere un esfuerzo por parte de cada facultativo. “Primero, escuchando a las pacientes y segundo, si ves algo que no está bien, cuestionarlo y cambiarlo. Al fin y al cabo, la ciencia no es inamovible", concluye.