España es el segundo exportador mundial de aletas de tiburón, según un estudio

“La cooperación internacional es esencial para lograr la conservación de los tiburones y la sostenibilidad de la industria”, advierten los autores

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España es el segundo exportador
España es el segundo exportador mundial de aletas de tiburón, según un informe

Un análisis reciente liderado por el Institut Mediterrani d’Estudis Avançats (Imedea) y la Universidad de Santiago de Compostela ha revelado que España ocupa el segundo lugar a nivel mundial en la exportación de aletas de tiburón, con Singapur como su principal comprador.

La investigación, publicada en la revista Marine Policy, destaca la complejidad de la red comercial global de productos derivados del máximo depredador marino, que incluye tanto carne como aletas.

Un comercio en expansión

El estudio examina más de dos décadas de datos sobre el comercio de productos de tiburón y, a través de técnicas de análisis de redes, ha identificado patrones clave en la industria.

Según los autores, “el comercio de aletas de tiburón está fuertemente concentrado en los mercados asiáticos, especialmente en Hong Kong y Singapur”, siendo España el segundo mayor exportador mundial.

Por otro lado, el comercio de carne de tiburón presenta una red más distribuida, en la que España, junto con Portugal y Francia, ha emergido como un nodo central en la redistribución de este producto.

España importa carne de tiburón desde América Latina, África y Asia y la exporta principalmente a Italia y Brasil, mientras que Francia la recibe de Estados Unidos para su posterior envío a Italia.

España también tiene un papel
España también tiene un papel muy activo como intermediario del producto carne de tiburón

La amenaza al ecosistema marino

La industria de productos derivados del tiburón ha tenido graves consecuencias para las poblaciones de estas especies.

“El comercio global de productos de tiburón, como la carne y las aletas, es una industria de gran valor económico que en las últimas décadas ha contribuido a una importante disminución de las poblaciones de tiburones”, han subrayado los investigadores.

A pesar de las normativas de la Unión Europea en materia de pesca sostenible y el sistema de trazabilidad TRACES, el estudio advierte de “fallos estructurales en los mecanismos de control”, señalando que “en puertos europeos, solo se inspecciona una pequeña fracción de los cargamentos de tiburón”.

Para ellos, es raro que se verifique el cumplimiento de la norma que exige el desembarque de tiburones con las aletas adheridas al cuerpo, una medida clave contra el ‘finning’ (la mutilación de aletas).

Los investigadores indican la urgencia de transformar la industria para evitar el colapso de las poblaciones de tiburones. “La protección de los tiburones no se logra con medidas aisladas. Dado que la cadena de suministro atraviesa múltiples países (Desde la pesca en alta mar hasta el procesamiento y venta en mercados internacionales), se requiere un enfoque sistémico, coordinado y multilateral”, han afirmado en el estudio.

En el océano Atlántico o el mar Cantábrico hay más tiburones que en el Mediterráneo debido a su fría temperatura y a la profundidad de sus aguas. Sin embargo, raramente se acercan a la orilla

Límites necesarios

Para fortalecer el papel de la Unión Europea en la transformación de esta industria, los investigadores han propuesto varias medidas clave.

Entre ellas, destacan la implementación de límites de captura basados en evidencia científica, la mejora de la trazabilidad mediante tecnologías innovadoras como blockchain, la oferta de incentivos y asistencia técnica a los países exportadores y la condicionación del acceso al mercado europeo.

“Es necesario un enfoque global y colaborativo para implementar estándares comunes y mecanismos de control efectivos”, han asegurado.

“La cooperación internacional es esencial para lograr la conservación de los tiburones y la sostenibilidad de la industria”, han sentenciado los autores.