Si tus padres son ricos, tú serás rico, y si son pobres, morirás pobre: el estatus económico se hereda en España mucho más que en otros países de la UE

Nuestro país se sitúa en la parte alta de la tabla en cuanto a persistencia de pobreza intergeneracional, junto a países como Rumanía y Bulgaria. Mientras que en Suecia, por ejemplo, este efecto es considerablemente menor

Guardar
Si tus padres son ricos,
Si tus padres son ricos, tienes más posibilidad de serlo tú. (Adobe Stock)

Si has nacido pobre, morirás pobre. Es una cuestión de probabilidad y de que la transmisión intergeneracional de la pobreza está muy presente en algunos países, pero no en todos por igual. Dependerá de los recursos a los que puedas tener acceso. Por ejemplo, si no puedes estudiar porque pronto te tienes que poner a trabajar para tener comida que llevarte a la boca, tu formación académica será menor y, en consecuencia, el acceso a los puestos con alta remuneración también. Esto ocurre en España, donde en 2024 la tasa de riesgo de pobreza o exclusión social fue del 25,8%, según el INE (y aun así es la más baja en diez años).

En nuestro país, los datos apuntan a una correlación entre el estatus socioeconómico de los padres y el futuro económico de sus hijos, un fenómeno que afecta de manera significativa las oportunidades de movilidad social. Es decir, que si naciste en una familia rica, tendrás más probabilidades de seguir siendo rico, mientras que si naciste en una familia pobre, es más probable que tu futuro económico siga el mismo patrón. Esta es la teoría de la Curva del Gran Gatsby, por la que se hace referencia a que los países con mayores niveles de desigualdad son aquellos donde la movilidad social es más baja.

Según un estudio reciente -La persistencia de la pobreza intergeneracional en Europa y la curva del Gran Gatsby-realizado con datos de 30 países europeos, España se encuentra entre las naciones donde la pobreza se hereda con mayor fuerza, un patrón que no es tan marcado en otras partes de la Unión Europea. La movilidad social es limitada, y la probabilidad de que un niño pobre se convierta en un adulto económicamente exitoso es significativamente menor que en los países escandinavos. Esta falta de movilidad está estrechamente relacionada con la desigualdad económica que afecta a gran parte de la población.

Las madres solteras sufren más riesgo de pobreza: “No podemos vivir con una jornada reducida, necesitamos recursos”.

Este fenómeno, conocido como pobreza intergeneracional, ha sido objeto de estudio durante décadas. La relación entre crecer en un hogar pobre y el riesgo de pobreza en la adultez es más fuerte en países como España que en las naciones escandinavas, donde las políticas sociales son más robustas y efectivas en romper ese ciclo.

España Vs Suecia

Estas son las conclusiones a las que llegan los investigadores Michele Bávaro, Rafael Carranza y Brian Nolan. En su estudio, España se sitúa en la parte alta de la tabla en cuanto a persistencia de pobreza intergeneracional, junto a países como Rumanía y Bulgaria. Mientras que en Suecia, por ejemplo, este efecto es considerablemente menor debido a las políticas de bienestar social y a un sistema educativo y de salud que asegura una mayor igualdad de oportunidades desde una edad temprana.

En comparación con los países nórdicos, en España y otras naciones del sur de Europa, el acceso a la educación de calidad y las oportunidades laborales son más limitados para los niños provenientes de familias con pocos recursos. En Suecia, por ejemplo, se han tomado este asunto muy en serio y se ha implementado una serie de políticas eficaces para reducir el riesgo de pobreza en los niños nacidos en familias con recursos limitados, especialmente mediante el Plan de Acción Nacional (NAP) en el marco de la Child Guarantee, una iniciativa de la Unión Europea. A través de este plan, el país asegura el acceso de los niños a servicios clave, muchos de los cuales son gratuitos, y trabaja para eliminar las barreras que enfrentan los grupos más vulnerables.

Uno de los pilares fundamentales de las políticas suecas para combatir la pobreza infantil es la educación infantil y la atención escolar. Suecia ha logrado identificar y abordar las barreras que dificultan la participación de los niños en la educación, especialmente aquellos que provienen de familias con menos recursos. Esto incluye garantizar que las instalaciones sean accesibles para niños con discapacidades y ofrecer una educación inclusiva, respaldada por recursos adecuados y profesionales calificados.

Un alumno se lava las
Un alumno se lava las manos en un colegio de Oslo (Noruega). EFE/Heiko Junge/Archivo

Además, Suecia tiene un sistema que promueve comida saludable y gratuita en las escuelas, lo cual no solo mejora la nutrición de los niños, sino que también combate la pobreza relacionada con la falta de recursos para una alimentación adecuada. El país se está preparando para implementar el programa de distribución de frutas en las escuelas, un esquema de la UE que busca mejorar la alimentación en las instituciones educativas.

Otro aspecto crucial es el acceso a una vivienda adecuada. El NAP sueco busca asegurar que todos los niños vivan en condiciones de vivienda dignas, algo que no ocurre en España. El gobierno ha revisado sus políticas de vivienda para asegurar que las familias con niños tengan acceso prioritario a la vivienda social y otros servicios de apoyo, lo que incluye la ayuda para prevenir los desahucios, un problema que ha afectado a una porción importante de la población.

Desigualdad económica en la Unión Europea

Los datos del informe también muestran que la persistencia de la pobreza intergeneracional no solo afecta a España. Países de Europa Central y del Este, como Polonia, Hungría y Eslovaquia, también enfrentan altos niveles de transmisión de pobreza, aunque en menor medida que en las naciones mediterráneas. Estos países, aunque han implementado reformas económicas, aún luchan por reducir la desigualdad económica y mejorar las condiciones de vida de las familias más desfavorecidas.

Por otro lado, los países nórdicos como el ya mencionado Suecia, o Dinamarca, Noruega y Finlandia, tienen políticas de bienestar más inclusivas y han logrado disminuir significativamente la transmisión intergeneracional de la pobreza. En estos países, la igualdad de oportunidades está respaldada por un sistema educativo accesible para todos, incluida la universidad, un mercado laboral que facilita la inclusión social y políticas públicas que aseguran el acceso a una vivienda digna.

Para lograr una verdadera movilidad social y reducir la pobreza intergeneracional en España, es necesario fortalecer las políticas de bienestar social, mejorar el acceso a una educación de calidad para todos los niños, y garantizar la inclusión laboral de los jóvenes. Solo a través de una serie de reformas estructurales será posible romper el ciclo de pobreza que aún afecta a tantas familias en el país.