
A través de un mensaje que compartió la mañana del martes 16 de diciembre de 2025 en su cuenta de X, el presidente de Colombia Gustavo Petro dejó sus impresiones luego de lo que fue el triunfo en segunda vuelta de José Antonio Kast en las elecciones presidenciales de Chile, cuyo resultados se conocieron el domingo 14 de diciembre de 2025.
El jefe de Estado dejó en un mensaje corto, pero contundente, lo que según su visión, favoreció a que el proyecto político de Kast (de derecha) se impusiera a Jeannette Jara (izquierda).
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Incluso, Petro fue más allá y se atrevió a cuestionar sin decir nombres, pero en sus palabras, se pudo haber hecho algo más para evitar que la derecha volviera de nuevo al poder en el país austral liderado por Gabriel Boric.
“A Chile le faltó la decisión de cambiar la constitución de (Augusto) Pinochet por una progresista y hacer las reformas sociales. Es un fracaso y no una derrota de la que hay que aprender”, fue la conclusión que sacó el mandatario colombiano en su mensaje, dejando abierta la invitación a una reflexión por parte de los gobiernos con una corriente afín a la de Petro.
El mensaje se dio acompañado de un artículo publicado por el portal Diario Red de Chile.

Qué menciona la columna de opinión que compartió Gustavo Petro en su mensaje
Además de sus palabras, el presidente colombiano dejó adjunta una columna de opinión titulada De Boric a Kast: vino viejo en odres viejos, y escrita por Lautaro Rivara para Diario Red, en la que explora las causas profundas detrás del avance de la ultraderecha en Chile tras la victoria presidencial de José Antonio Kast y los factores que condujeron al posterior fracaso del ciclo progresista encabezado por Gabriel Boric.
Rivara desarrolla varias hipótesis para explicar cómo una sociedad que protagonizó el estallido social de 2019 terminó eligiendo a una figura asociada al legado de Augusto Pinochet.
Como punto de partida, el periodista cita a Rodolfo Walsh: “Las masas no se repliegan hacia el vacío, sino al terreno malo, pero conocido”, y analiza cómo el impulso refundacional de las protestas de 2019 se tradujo en el inicio de un proceso constituyente, impulsado por las demandas de sectores postergados por el modelo neoliberal.
Rivara recuerda que en ese ciclo de movilización confluyeron reclamos de estudiantes, pueblos indígenas y trabajadores afectados por la privatización extendida y las desigualdades sociales. En palabras del autor, “Fue en Chile donde la santa trinidad del general autoritario, el economista neoliberal y el agente de inteligencia hicieron escuela”.
El análisis sostiene que “la tragedia chilena es el resultado del fatal divorcio entre una izquierda estatal sumamente institucionalista... y una izquierda social más dispersa, antiestatista, e incluso con fuertes tendencias autonomistas y anarquizantes”.
Rivara considera que mientras la izquierda social no logró articular un proyecto estatal inclusivo, la izquierda institucional, ligada a la elite urbana y santiaguina, se mantuvo distante del espíritu del estallido.
Además, el autor cita como un punto de inflexión el papel de Boric durante el gobierno de Sebastián Piñera, cuando, indica el autor, el entonces diputado facilitó “una transición constituyente tutelada, y cerró la caja de Pandora abierta en octubre”.
Rivara argumenta que el proceso constituyente derivó en una derrota, primero cuando la propuesta de nueva Constitución fue rechazada por el 61 % de los votantes, y luego cuando el proyecto elaborado por la derecha también fracasó, asegurando la continuidad de la Constitución de 1980.
Frente a este panorama, la columna plantea una pregunta central: ¿lo que ocurrió en Chile fue una derrota o un fracaso para la izquierda? Rivara responde que “estamos en presencia de un nuevo fracaso de una izquierda institucionalista y elitista, más liberal que progresista”, atribuyendo el retroceso a contradicciones internas, falta de conducción y ausencia de respuestas contundentes ante demandas sociales.
El autor repasa el gobierno de Gabriel Boric y señala que “el liberal-progresismo chileno fracasó”, y que incluso las conquistas exhibidas —como la reducción de la semana laboral y la reforma previsional— resultaron limitadas o no lograron implementarse plenamente.
Para Rivara “la desigualdad apenas se redujo respecto a la presidencia de un neoliberal a ultranza como lo fue el antecesor Piñera. El empleo precario y no registrado se mantuvo en niveles altísimos. La negociación colectiva y centralizada nunca se implementó”.

En un contexto ya más regional y global, el artículo advierte sobre el auge de una derecha heterogénea, compuesta por “pinochetistas de hueso colorado, paleolibertarios, tradicionalistas evangélicos y católicos, conservadores de toda ralea”, que supo canalizar el descontento social.
“La oportunidad fue fatalmente desperdiciada y el país que hace seis años era una prometedora excepción, hoy expresa una de las cristalizaciones más reaccionarias de las tendencias globales en curso”, diagnostica el periodista.
Rivara remarca que el éxito electoral de Kast y otros postulantes de derecha obedeció, en parte, a la pérdida de vínculo de la izquierda con las trabajadoras y trabajadores, y a la incapacidad para ofrecer soluciones concretas a los problemas de la economía y la seguridad, demandas mínimas que, en sus palabras, fueron “las aglutinantes en esta coyuntura”.
El columnista afirma que “allí donde las izquierdas no tienen el valor de enfrentar (ni la capacidad pedagógica de explicar) a los enemigos verdaderos, los falsos enemigos son inmolados en su lugar: sean ‘comunistas’, mapuches, feministas o migrantes”.
Como cierre, Rivara sostiene que la izquierda chilena actual “eligió temer más a su pueblo que al legado del tirano y sus reencarnaciones contemporáneas” y advierte que el progresismo “vuelve a abrir las puertas a la reacción”, como ocurrió en otros países de la región.
El autor evoca para finalizar el eslogan de la campaña del “No” (mismo título de una película de 2012 interpretada por el mexicano Gael Bernal) contra Pinochet e ironiza: “La alegría tardará todavía un poco más en llegar. Pero llegará”.
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