Estos son los sitios del Eje Cafetero que se destacan como destino mundial para el avistamiento de aves

Con más de mil especies, cincuenta de ellas endémicas, la región protegida por la Unesco impulsa el turismo ornitológico y la conservación de la biodiversidad en los Andes colombianos

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Colombia lideró la lista del
Colombia lideró la lista del Global Big Day 2025 - crédito Parques Nacionales Naturales de Colombia

La presencia de más de mil especies de aves convierte al Paisaje Cultural Cafetero en uno de los destinos de mayor relevancia internacional para el turismo de observación ornitológica.

Dentro de esta región, reconocida por la Unesco como Patrimonio Mundial desde 2011, convergen elementos geográficos únicos, la tradición cafetera y una biodiversidad excepcional que maravillan tanto a expertos en aves como a viajeros aficionados.

Con una topografía que abarca bosques subandinos, páramos y reservas naturales, el territorio distribuido entre los departamentos de Caldas, Quindío, Risaralda y Valle del Cauca se distingue no solo por su café de prestigio mundial, sino también por la riqueza de su avifauna de montaña, elemento esencial en el mantenimiento ecológico.

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Las aves, además de atraer la mirada de los visitantes por sus colores y cantos, cumplen funciones cruciales como el control de plagas, la polinización y la dispersión de semillas.

En este entorno, cincuenta especies endémicas residen únicamente en la región, como el cacique candela, el loro orejiamarillo o el periquito de los nevados, contribuyendo a la singularidad biológica del área.

También se destacan especies carismáticas como el cóndor de los andes, cuyas alas pueden llegar a más de tres metros de envergadura y el cual tiene su refugio predilecto en el Parque Nacional Natural de los Nevados.

Para quienes deciden emprender rutas de avistamiento, existen catorce áreas señaladas como prioritarias para la conservación de aves. La experiencia puede variar entre la proximidad urbana, con ejemplos como Manizales, apodada por Pablo Neruda como la “Fábrica de Atardeceres”, donde se avistan hasta ochenta especies, y entornos naturales de difícil acceso ideales para ornitólogos.

La presencia de más de mil
La presencia de más de mil especies de aves convierte al Paisaje Cultural Cafetero en uno de los destinos de mayor relevancia internacional para el turismo de observación ornitológica - crédito Procolombia

Uno de los destinos principales es el Cerro Montezuma y el Parque Natural Tatamá, situados a algo más de tres horas de Armenia. Este santuario alberga doce especies endémicas y treinta y cinco compartidas con Ecuador.

Allí, la tángara, entre otras especies, mantiene su refugio en un ecosistema casi virgen. Por otro lado, la Reserva Natural del Río Blanco, a solo treinta minutos de Manizales y con un desnivel de 600 metros, se considera un paraíso para los colibríes gracias a sus cuatrocientas especies identificadas y a los numerosos comederos que permiten una observación cercana.

El Jardín Botánico del Quindío, en Calarcá, ofrece otra experiencia relevante. Aquí se han registrado ciento setenta especies de aves entre treinta y cuatro familias, visibles desde distintos puntos: en una casa en medio del bosque, una torre de veintidós metros y una rocalla. El lugar, con su colección de palmas, helechos y heliconias, permite recorridos de dos a tres horas y programaciones de seis horas para el avistamiento —siempre con reserva previa de al menos dos días—.

Uno de los destinos principales
Uno de los destinos principales es el Cerro Montezuma y el Parque Natural Tatamá, situados a algo más de tres horas de Armenia. Este santuario alberga doce especies endémicas y treinta y cinco compartidas con Ecuador - crédito Parques Nacionales Naturales de Colombia

Además, la Zona de Reserva Barbas-Bremen abarca diez mil hectáreas de bosque andino con especies de pino, ciprés y aves como la Pava Caucana, Tangara Multicolor y el Tucancito Esmeralda. Esta zona, ubicada en pleno corazón de la cordillera central, se erige como uno de los espacios más espectaculares para la actividad.

La logística para visitar estos enclaves requiere arribar primero a Armenia, Pereira o Manizales y organizar el desplazamiento terrestre a cada destino. Es fundamental la contratación de ecoguías acreditados para garantizar recorridos responsables y enriquecedores. De esta forma, el avistamiento de aves en el Paisaje Cultural Cafetero se transforma en una experiencia profunda, capaz de revelar tanto la riqueza natural como el arraigo cultural de la región.

Imagen de archivo de una
Imagen de archivo de una de las aves que se pueden ver en los recorridos con Nature Colombia - crédito Facebook Nature Colombia

La observación de aves en el Paisaje Cultural Cafetero representa una oportunidad para valorar la interacción entre diversidad ecológica y patrimonio cultural en los Andes colombianos. Las opciones de rutas, la variedad de especies endémicas y la infraestructura orientada al aviturismo consolidan a la región como un referente sostenible y educativo en América Latina.