El Gobierno de Ecuador decidió reemplazar la exigencia del certificado de vacunación contra la fiebre amarilla por una simple recomendación para quienes viajen desde Colombia, Perú, Bolivia y Brasil.
Esta modificación, anunciada por el Viceministerio de Turismo, elimina la obligación que estuvo vigente desde el 12 de mayo, cuando se implementó tras detectarse cuatro casos de fiebre amarilla en la Amazonía ecuatoriana, uno de los cuales resultó mortal.
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Según el comunicado oficial, “esta medida se sustituye por una recomendación de vacunación, sin exigencia de presentar el certificado previo al abordar el medio de transporte que traslade al viajero al país por vía aérea, terrestre o marítima”.
El organismo también informó que las actividades turísticas están plenamente operativas.
La imposición inicial del certificado respondió a la aparición de contagios en la región amazónica, lo que llevó a que tanto ecuatorianos como residentes que hubieran visitado esos países debieran vacunarse al menos diez días antes de regresar.
La fiebre amarilla, una enfermedad viral transmitida por la picadura de mosquitos y capaz de afectar a humanos y primates, experimentó un resurgimiento en varios países sudamericanos durante ese periodo.
Esta situación motivó a la Organización Panamericana de la Salud (OPS) a emitir una alerta epidemiológica en la región.
En Ecuador, la administración de la vacuna contra la fiebre amarilla comenzó en la región amazónica en el año 2000 y, desde 2009, forma parte del esquema nacional de vacunación. Las personas nacidas y vacunadas en estos periodos cuentan con inmunidad frente a la enfermedad.
Ministerio de Salud advierte aceleración de casos de fiebre amarilla en 2025
El brote de fiebre amarilla que atraviesa Colombia en 2025 ha provocado una alerta sanitaria nacional, con el sistema de salud en estado crítico ante la magnitud de los contagios y fallecimientos.
De acuerdo con un informe presentado por el Ministerio de Salud de Colombia el domingo 24 de agosto, entre 2024 y lo que va de 2025 se han confirmado 131 casos de la enfermedad, de los cuales 56 han resultado mortales.
El impacto de la fiebre amarilla se ha concentrado de manera abrumadora en el departamento de Tolima, que registra 111 casos y 41 muertes. Esta cifra representa la mayor parte de los contagios y decesos a nivel nacional.
Otros departamentos también han reportado la presencia del virus, aunque en menor escala. Putumayo contabiliza 8 casos y 6 fallecidos, mientras que en Meta los 3 casos detectados han tenido desenlace fatal.
En Caquetá y Nariño se han notificado 2 casos por departamento, ambos con una víctima mortal. Por su parte, Caldas, Huila, Cauca y Guaviare han registrado 1 caso cada uno, todos con resultado de muerte. Únicamente en Vaupés se reportó un caso sin fallecimiento asociado.
El informe oficial del Ministerio de Salud detalla que solo en 2025 se han reportado 108 casos y 43 muertes vinculadas a la fiebre amarilla, lo que evidencia la aceleración del brote en el presente año.
Frente a este escenario, las autoridades sanitarias reiteraron la necesidad de la vacunación como principal medida de prevención.
La cartera de Salud enfatizó que la inmunización es especialmente relevante para quienes residen en zonas situadas por debajo de los 2.000 metros sobre el nivel del mar. Además, recomendó que las personas que planeen viajar a estas regiones reciban la vacuna al menos 10 días antes del desplazamiento, con el objetivo de asegurar la protección contra el virus.
La fiebre amarilla es una enfermedad viral hemorrágica aguda, provocada por un virus perteneciente a la familia Flaviviridae, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). La transmisión ocurre exclusivamente a través de la picadura de mosquitos infectados, principalmente de los géneros Aedes y Haemagogus.
En áreas urbanas, el principal vector es el Aedes aegypti, mosquito que también es responsable de la propagación de dengue, zika y chikunguña.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) subraya que la fiebre amarilla no se transmite de persona a persona, ya que el virus requiere del mosquito para su diseminación.
El nombre de la enfermedad proviene de la ictericia, una coloración amarillenta de la piel que puede aparecer en algunos pacientes debido al daño hepático.
Los síntomas suelen presentarse entre 3 y 6 días después de la picadura del mosquito infectado, y pueden variar desde fiebre leve hasta manifestaciones graves con hemorragias y complicaciones hepáticas.
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