Joven quedó con el rostro destruido tras intentar evitar una pelea en una chiva rumbera en el norte de Bogotá

La familia del joven agredido continúa a la espera de avances en la investigación mientras la víctima se recupera de las lesiones físicas y emocionales

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Este tipo de vehículos son
Este tipo de vehículos son utilizados para celebraciones, aunque hay alerta porque pueden terminar en peleas - crédito Shutterstock

Un joven de 20 años resultó gravemente herido tras ser agredido durante una riña en una chiva rumbera en el sector de Cedritos, en Bogotá, después de que intentara mediar en un conflicto entre dos grupos de personas en el que él no tenía nada que ver, según la denuncia realizada por sus familiares al medio local Citytv.

De acuerdo con la madre de la víctima, la noche en la que ocurrieron los hechos, el ambiente festivo dentro de la chiva rumbera se vio interrumpido cuando surgió un altercado entre dos grupos, aparentemente por un malentendido. En medio de la confusión, el joven de 20 años, cuya identidad no ha sido revelada, decidió intervenir con la intención de calmar los ánimos y evitar que la situación escalara.

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Según relataron los familiares de la víctima, el joven no formaba parte del altercado: “Hay una primera riña en la cual mi familiar no estaba participando. Él, al darse cuenta de que estas personas empezaron a pegarle a todo el mundo, intercede para que ya no peleen más. Los amigos de mi familiar lo dejaron botado y, al ser el único que queda en el lugar, estos agresores se desquitaron con él”, explicó el ciudadano.

La violenta golpiza causó preocupación
La violenta golpiza causó preocupación entre la comunidad - crédito Freepik

El conflicto se intensificó rápidamente, pues una vez que el joven quedó en el suelo, los agresores continuaron atacándolo. Imágenes captadas en vídeo y reveladas por Citytv muestran cómo uno de los atacantes le propinó varias patadas de manera repetida, lo que provocó que la víctima perdiera el conocimiento. Un ciudadano presente en el lugar intentó socorrer al joven, pero la violencia no cesó y los golpes continuaron, agravando el estado del joven.

El familiar de la víctima, visiblemente afectado, describió la brutalidad del ataque: “Le escupen y, ya cuando lo ven inconsciente, le siguen pegando. Realmente, si no es por el chico de blanco que se ve en el video, no sabremos qué es lo que hubiera pasado”.

La seguridad del sector también intervino, pues algunos vigilantes acudieron al lugar para auxiliar al joven, que, pese a los intentos por incorporarse, volvió a perder el conocimiento. Ante la gravedad de las lesiones, fue trasladado de inmediato a un centro médico, donde recibió atención especializada.

Ante la gravedad de la situación, también fue entrevistada la madre del agredido que expresó su indignación y temor ante la actitud de los agresores. Asimismo, la mujer detalló que su hijo presenta marcas de zapatos en las mejillas, la frente y la boca, que le quedó “destrozada”, lo que demuestra la violencia ejercida durante la agresión.

Los hechos de violencia en
Los hechos de violencia en las chivas rumberas siguen presentándose en todo el país - crédito Colprensa

Pese a que la familia hizo su denuncia y todo el proceso legal ante la Fiscalía General de la Nación, temen a que la respuesta pueda extenderse más de ocho días, lo que incrementa su frustración, pues consideran que las marcas en el cuerpo del joven podrían borrarse, lo que entorpecería el avance de la investigación.

El caso desató preocupación entre la comunidad, teniendo en cuenta que el paso de chivas rumberas en la ciudad es común, pues estos vehículos son utilizados para celebraciones varios días a la semana, aunque lo sucedido con el joven demostró la falta de seguridad en este tipo de eventos.

Este tipo de ataques preocupan
Este tipo de ataques preocupan a la comunidad - crédito Colprensa

La gravedad de las lesiones sufridas por el joven, sumada a la incertidumbre sobre el avance del proceso judicial, tienen en alerta a sus seres queridos que están a la espera de que los responsables sean identificados y respondan por sus actos, pues la familia teme que la lentitud del proceso judicial permita que los agresores permanezcan en libertad, lo que representa un riesgo para otras personas.