Trágico ataque de perros pitbull en Bogotá dejó un hombre gravemente herido: sacrificaron a los caninos

Un ataque de dos perros de raza pitbull contra su dueño dejó un saldo trágico en la capital del país, más exactamente en la localidad de Puente Aranda, en el barrio Barcelona. Luis Alberto Barreto Valencia fue agredido por sus propias mascotas el martes 11 de junio de 2024, lo que obligó a la Policía a intervenir y, finalmente, neutralizar a los animales.

El incidente ocurrió alrededor de las 11:45 a. m, momento en que las autoridades recibieron una llamada de auxilio de la comunidad. Al llegar a la vivienda ubicada en la avenida Carrera 50, los uniformados encontraron al hombre de 42 años tendido en el piso de la terraza, mientras que los perros, un macho y una hembra, ambos de raza pitbull, continuaban atacándolo.

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El CAI Santa Matilde fue responsable de la intervención inmediata en respuesta al llamado de la ciudadanía. “Al subir a la terraza observamos dos caninos de manejo especial raza pitbull de color café sexo hembra y color blanco con café sexo macho, los cuales estaban atacando al propietario”, se lee en el informe oficial de la Policía. Ante la imposibilidad de separar a los animales de Luis Alberto Barreto y su hermana de crianza, Erika Paola Gómez Campo, solicitaron a los oficiales utilizar sus armas de fuego para detener la agresión.

“Es entonces cuando intentamos alejar los caninos del ciudadano halándolos, donde no fue posible, es por ello que con el fin de salvaguardar la vida del ciudadano y ante la solicitud propia del mismo y de su hermana, se acciona el arma de fuego de dotación, para neutralizar los caninos y así salvaguardar la vida y la integridad de la persona atacada (sic)”, explicaron las autoridades en el reporte. Después de lograr neutralizar a los caninos, las autoridades trasladaron al hombre afectado a un centro asistencial, donde fue sometido a la amputación de su brazo izquierdo, debido a las graves mordeduras recibidas. El grupo de Policía Ambiental de Bogotá se encargó de atender la situación en el sitio.

Un perro pitbull atacó a una gata y la mató en el barrio Caracas, sur de Bogotá, según denunciaron los vecinos de la zona. El hecho, registrado por una cámara de seguridad, ocurrió cuando el canino ingresó a la vivienda a través de una reja y atacó al felino. Los dueños de la gata, visiblemente afectados, solicitaron a las autoridades locales tomar cartas en el asunto. Noticias Caracol reportó declaraciones del propietario de la gata, quien explicó que el ataque sucedió mientras una mujer paseaba con varios pitbulls, uno de ellos sin bozal. El perro se abalanzó sobre la gata, sacándola de su hogar y causándole heridas mortales.

Los vecinos reiteraron que el mismo perro ya había agredido a un habitante de calle días antes, dejándole “la mano destrozada”. La comunidad insistió en que los propietarios de mascotas deben asumir la responsabilidad y colocar bozales y correas a sus animales para prevenir incidentes similares. Exigieron a las autoridades de Bogotá investigar estos eventos y tomar medidas preventivas. La preocupación entre los habitantes del barrio crece, ya que temen por su seguridad y la de sus mascotas ante la presencia del perro suelto.

Desde 2019, la ley 1801 en Colombia define a los “perros de manejo especial” como aquellos que, por su naturaleza, requieren precauciones adicionales por razones de seguridad pública. Entre estos, se incluyen razas como el pitbull, rottweiler, dóberman, bull terrier, entre otros. Estos perros deben ser registrados ante la autoridad competente y el propietario debe obtener una póliza de responsabilidad civil para cubrir posibles daños a terceros.

Es obligatorio el uso de bozal y correa en espacios públicos y la tenencia responsable de estos animales, incluyendo su entrenamiento adecuado, es indispensable para prevenir incidentes. Las autoridades tienen la facultad de realizar controles y, en caso de incumplir las normativas, pueden imponer sanciones que incluyen multas e incluso la confiscación del animal. La ley busca proteger tanto a las personas como a los propios perros, promoviendo una coexistencia segura y responsable.