Miguel Uribe Turbay rechazó la invitación que le hizo Venezuela a Colombia como “observador” de las próximas elecciones

Las elecciones en Venezuela cada vez son más cuestionadas por parte de diferentes sectores políticos en el continente, que exigen que los derechos democráticos de los ciudadanos no se vean torpedeados por el régimen de Nicolás Maduro.

A este llamado se sumó el Gobierno de Colombia que, pese a los lazos que han sido estrechados con la llegada del presidente Gustavo Petro; en esta ocasión, no pasaron por alto la inhabilidad de María Corina Machado y los obstáculos para la inscripción de la aspirante Corina Yoris y exigieron unas elecciones transparentes para el pueblo venezolano.

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Este pronunciamiento avivó las tensiones que finalmente fueron calmadas el lunes 8 de abril tras llevarse a cabo un encuentro entre el canciller encargado de Colombia, Luis Gilberto Murillo, y su homólogo venezolano Yvan Gil.

Luego del encuentro, el diplomático colombiano anunció que el régimen venezolano invitó a Colombia a ser el país “observador” para las elecciones del 18 de julio: “El canciller Gil nos ha propuesto, nos ha invitado a que participemos con una especie de observación electoral, una veeduría electoral de Colombia”, afirmó Murillo, en medio de una rueda de prensa.

Esta invitación ha generado reacciones, principalmente, por parte de la oposición del Gobierno de Gustavo Petro, en la que señalan que sería una “vergüenza” que Colombia aceptara esa invitación.

El senador Miguel Uribe Turbay, del Centro Democrático, fue uno de los primeros en reprochar el anuncio del embajador Murillo, tratando la participación de Colombia en los comicios en Venezuela como un acto de “complicidad de Petro con la dictadura”:

“Vergonzoso. En Venezuela no hay democracia, allá no se cuentan los votos. Esta es la complicidad de Petro con una dictadura”, escribió el senador a través de su cuenta personal de X (antes Twitter).

A su vez, el partido político Cambio Radical, hizo lo propio y, además, cuestionó la actitud del diplomático colombiano frente a las declaraciones de su homólogo en la que afirma que la estructura delincuencial Tren de Aragua, es una “ficción”.

“Vergonzoso que se preste para ser observador de las “elecciones” en Venezuela, donde el dictador Nicolás Maduro es casi el único en salir en el tarjetón. Y le dicen en la cara del canciller Murillo que el tren de Aragua es una “ficción” y solo sonríe. #ElFuturoEs”, escribió el partido político.

El reciente encuentro bilateral en Cúcuta, entre el ministro de Relaciones Exteriores de Venezuela, Yvan Gil, y su par de Colombia, Luis Gilberto Murillo, dejó declaraciones polémicas relacionadas con la existencia de la estructura delincuencial de origen venezolano Tren de Aragua.

De acuerdo con lo expresado por el diplomático venezolano, el Tren de Aragua es “una invención mediática internacional”. Esta declaración se produce en un contexto de diálogo sobre cooperación entre ambos países para abordar diversos temas de interés mutuo, especialmente en materia de seguridad.

Sin embargo, Gil argumentó que la existencia de Tren de Aragua no pasa de ser un constructo mediático, comparándolo con anteriores aseveraciones sobre el Cartel de los Soles, el cual, según dijo, ha sido desmentido como una organización real.

“El Tren de Aragua es una ficción creada por la mediática internacional para tratar de crear una etiqueta inexistente, como lo hicieron en su momento con el Cartel de los Soles (...) que se demostró que no existe, que jamás ha existido”, sentenció Gil, en medio de su intervención.

El diplomático venezolano agregó que, incluso, se han visto montajes en los que personas con acentos diferentes al venezolano, afirman pertenecer a dicha estructura criminal.

“Ahora inventan un llamado Tren de Aragua, una organización que existió en Venezuela, localizada, y que luego se ha tratado de poner como marca. Hemos visto, por ejemplo, como ridículamente aparecen videos incluso de gente que dice ‘somos del Tren de Aragua’, con acento peruano, con acento chileno”, complementó Gil, ante la mirada perpleja del canciller colombiano.