Estos son los cambios en los billetes en Colombia que proponen por seguridad y cuidado del medio ambiente

En un esfuerzo por revolucionar el ámbito financiero de Colombia, CCL Secure, una firma australiana líder en la fabricación de materiales de seguridad, ha propuesto la transformación de los billetes tradicionales de algodón por alternativas fabricadas a partir de polímeros.

Esta innovación busca no solamente fortalecer la lucha contra la falsificación monetaria sino también propiciar un impacto positivo en el medio ambiente a través de prácticas sostenibles.

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Los billetes de polímero serían una solución duradera y amigable con el planeta, destacándose por su capacidad para reutilizarse en la creación de objetos de madera plástica. La compañía australiana indica que esta alternativa supera a los billetes convencionales no solo en términos de seguridad, gracias a características como ventanas transparentes e imágenes holográficas, sino también en durabilidad.

Esta propuesta sigue la estela de éxitos similares en países de la región, como Nicaragua, Costa Rica, Chile, México y Paraguay, donde la adopción de billetes de polímero ha marcado una diferencia significativa.

El cambio hacia los billetes de polímero no solo apunta a reforzar la integridad de la moneda colombiana al incorporar elementos de seguridad avanzados, sino que también enfoca esfuerzos en la preservación ambiental al promover el reciclaje de estos para producir carpintería plástica.

CCL Secure subraya la importancia de migrar hacia métodos de producción de dinero más seguros y ecológicamente responsables, evidenciando la efectividad de esta medida en otras naciones que ya han implementado billetes de polímero con resultados alentadores. Así, la firma australiana no solo busca combatir la falsificación sino también contribuir al cuidado del planeta.

Con el fin de determinar la autenticidad de los billetes en Colombia, es fundamental que se lleven a cabo varias pruebas rigurosas que involucran tanto la inspección visual como el uso de dispositivos tecnológicos como celulares o detectores especializados en billetes falsos.

Entre las principales técnicas para verificar si un billete es falso, se incluyen la evaluación de la marca de agua, el hilo de seguridad, la textura del papel, las propiedades especiales de la tinta, como cambios de color y relieves, así como la presencia de microimpresiones y elementos fluorescentes bajo luz ultravioleta.

Estas características, incorporadas durante la fabricación de los billetes, son diseñadas para ser difíciles de replicar. Las autoridades monetarias y financieras del país, en un esfuerzo por combatir la falsificación de moneda, también educan continuamente al público sobre cómo identificar estas características de seguridad y actualizan regularmente el diseño de los billetes.

Además, para una verificación más precisa de la autenticidad, se emplean dispositivos electrónicos como lámparas ultravioleta y detectores de tinta magnética y hasta dispositivos móviles.

Es clave que consumidores y comerciantes estén familiarizados con las características de seguridad de los billetes para protegerse contra las pérdidas económicas que pueden resultar de aceptar billetes falsificados.

La educación pública sobre este tema y la constante actualización de los billetes son esenciales en la lucha contra la falsificación, un crimen que no solo afecta a individuos, sino también a la economía del país en su conjunto.

La incorporación de elementos como características táctiles específicas en ciertas áreas de los billetes también asiste en la inclusión, permitiendo que personas con discapacidad visual verifiquen la autenticidad de los billetes.

Los grupos delictivos especializados en la falsificación de dinero incrementan sus actividades durante periodos específicos del año, coincidiendo con momentos de alta actividad comercial. Estos delincuentes priorizan la producción de billetes falsos en denominaciones de $2.000, $5.000, $20.000 y $50.000. Sin embargo, es crucial comprender que ninguna denominación está exenta de riesgo, dado el constante avance en las técnicas de falsificación empleadas por estas organizaciones criminales.

Estos periodos seleccionados por los falsificadores normalmente corresponden a fechas en las cuales el volumen de transacciones comerciales experimenta un aumento significativo, lo que facilita la inserción de billetes falsificados en el flujo económico sin despertar sospechas. Este patrón sugiere una estrategia meticulosamente planificada por parte de los delincuentes para maximizar el impacto de sus acciones y minimizar el riesgo de detección.

La elección de las denominaciones a falsificar no es aleatoria; responde a una táctica que busca equilibrar el esfuerzo de producción con la facilidad de circulación. Los billetes de mayor valor, como los de $50.000, ofrecen un mayor retorno por billete falso introducido en el mercado, mientras que los de menor valor son más fáciles de pasar desapercibidos. Además, la versatilidad en las técnicas de falsificación permite a estos grupos adaptarse a las medidas de seguridad de los nuevos billetes, lo que representa un desafío constante para las autoridades financieras y de seguridad.

Es importante que tanto comerciantes como ciudadanos estén alerta a las señales de billetes falsificados y conozcan los elementos de seguridad que deben verificar en los billetes para evitar ser víctimas de este tipo de fraude. Las campañas de información y las herramientas proporcionadas por las entidades financieras juegan un papel crucial en la prevención de la circulación de dinero falso.

La cooperación entre las autoridades, las entidades financieras y el público en general es esencial para combatir eficazmente la falsificación de dinero. Solo mediante la educación, la vigilancia y la implementación de tecnologías avanzadas de detección se puede esperar reducir el impacto de este fenómeno en la economía.