Cambio de hábitos: ¿es posible dejar de tocarse la cara?

Un estudio publicado por la revista Nature reveló que es una de las conductas más repetidas por las personas y, a su vez, una de las más peligrosas en tiempos de coronavirus. Por qué es tan difícil no hacerlo, aún conociendo sus consecuencias

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A raíz de la llegada del coronavirus en el mundo, fueron muchos los hábitos que cambiaron en la vida de las personas. Los más importantes están relacionados a las conductas de higiene y cuidado personal: el correcto lavado de manos, evitar tocarse la cara, un menor contacto físico, mayor higiene de superficies, toser o estornudar con el pliegue del codo. Todas estas tienen un único objetivo: evitar la propagación del virus entre la población.

Sin embargo, hay conductas que son difíciles de incorporar y otras, de abandonar, más si se trata de una conducta involuntaria, como la de no tocarse la cara.

De hecho, un estudio publicado en la revista científica Nature, Aplicación de principios de cambio de comportamiento para reducir la transmisión de SARS-CoV-2, explicó que el cambio de comportamientos es crucial para prevenir la transmisión en ausencia de intervenciones farmacéuticas y reveló que dentro de las conductas necesarias para reducir la transmisión de la enfermedad, una de las más importantes era la de no llevarse las manos a la cara.

El virus se transmite en las comunidades, ya sea directamente viajando por el aire desde las vías respiratorias, la boca o la nariz de una persona infectada hasta los ojos, la nariz o la boca del receptor (la zona T), o por el virus que contamina un objeto o superficie que es tocado por un destinatario que luego toca su cara. La zona T es la ruta principal para que el virus cause infección porque el virus ingresa a las células de las membranas mucosas y al tejido epitelial pulmonar. No entra a través de la piel.

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“Los virus se transmiten por gotas. Cuando esa gota es pesada contamina toda la superficie. Puedo toser, contaminar la mano y de ahí el escritorio. Luego la persona sana toca esa superficie. Sin embargo, la piel es impermeable pero lo que es vital es que las personas no se toquen la parte de la cara que tiene mucosas, es decir la boca, la nariz y los ojos”, dijo a Infobae la médica infectóloga Cristina Freuler (MN 58098), jefa del departamento de medicina interna del Hospital Alemán.

Y sabiendo que es una de las acciones que ponen en peligro a la persona, un estudio de la Universidad de Nuevas Gales del Sur reveló que una persona se toca la cara un 23% por hora, 2,6 por minuto. Los investigadores registraron la conducta de 26 estudiantes de Medicina en pos de concientizar acerca de la importancia de lavarse bien las manos cada vez que atendieran a un paciente. Cuatro de cada diez veces los dedos fueron a la boca, la nariz o los ojos.

En detalle, de todos los toques faciales, el 44% involucró contacto con una membrana mucosa, mientras que el 56% de contactos involucró áreas no mucosas. De los toques de membrana mucosa observados, el 36% involucraba la boca, el 31% involucraba la nariz, el 27% involucraba los ojos y el 6% era una combinación de estas regiones.

Es posible cambiar este hábito?

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En el estudio publicado en la revista Nature se aseguró que como humanos “tenemos la capacidad de pensar en lo que hacemos y tomar decisiones conscientes, lo que se puede llamar ‘motivación reflexiva’. Entonces, aparte de los deseos y necesidades, existen procesos de pensamiento que crean y comparan evaluaciones: creencias sobre lo que es beneficioso o perjudicial y lo correcto o incorrecto. Estos procesos subyacen a nuestra toma de decisiones consciente, cuando sopesamos los costos y beneficios de los cursos de acción o buscamos soluciones a los problemas. También tenemos la capacidad de planificar con anticipación, y estos planes forman gran parte de la estructura de nuestro comportamiento en el transcurso de minutos, horas, días, semanas y años”.

Los autores de la investigación proponen entrenar hábitos contrarios, como mantener las manos por debajo del nivel del hombro o crear barreras físicas que impidan tocarse la cara. Sin embargo, el gran problema se esconde detrás de un un sesgo cognitivo, que lleva a las personas a pensar que debe haber una proporcionalidad entre un problema y su solución. Es decir, pensar como imposible que un comportamiento tan trivial como tocarse la cara podría marcar la diferencia al abordar una crisis tan grande como una pandemia global. Por eso, los autores explicaron que es vital no caer en una tendencia a asumir que la magnitud percibida de una solución a un problema debe ser proporcional a la magnitud de la problema.

Contrarrestar la conducta

La manera de hacerlo es colocar el producto en la palma de la mano, y luego proceder a realizar la limpieza correctamente (Shutterstock)
La manera de hacerlo es colocar el producto en la palma de la mano, y luego proceder a realizar la limpieza correctamente (Shutterstock)

En la actualidad, los médicos insisten en que las manos deben lavarse por al menos 20 segundos y también en la importancia de utilizar suficiente jabón para cubrir toda la superficie de las manos. Las recomendaciones se enfocan -además- en la necesidad de frotar las manos de diferentes maneras para que todas sus superficies queden limpias.

¿Cómo se puede evitar?

Una de las estrategias que tomaron mayor relevancia a raíz de esta pandemia fue la de utilizar la mano no dominante para manipular objetos como la billetera, el dinero, las manijas de las puertas, entre otras, ya que hay menores probabilidades de tocarse la cara con la no dominante. Sin embargo, la higiene de manos sigue siendo la estrategia acertada de prevención de la enfermedad que atemoriza el mundo ya que en un descuido, ambas manos pueden tocarse entre ellas o, de forma inconsciente y sin querer, llegar a tocar la cara, sea la persona zurda, diestra o ambidiestra.

¿Cómo higienizar correctamente las manos?

Un correcto lavado de manos debe realizarse con un desinfectante alcohólico cuando las manos no estén visiblemente sucias. El procedimiento debe durar entre 20 y 30 segundos. La manera de hacerlo es colocar el producto en la palma de la mano, y luego proceder a realizar la limpieza correctamente.

Desde la Sociedad Argentina de Pediatría, En ese sentido, desde la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) aseguran que el lavado de manos es la manera más efectiva de evitar la propagación de muchas enfermedades. Está claro que la promoción de este hábito es la intervención más económica y con mayor impacto en la salud pública de la población.

Y brindaron ocho consejos para un correcto lavado de manos:

– Mojarse las manos

– Aplicar suficiente jabón para cubrir todas las superficies de las manos

– Frotarse las palmas de las manos entre sí, con los dedos entrelazados

– Frotarse el dorso de los dedos de una mano contra la palma de la mano opuesta, manteniendo unidos los dedos

– Frotarse la punta de los dedos, haciendo un movimiento de rotación, y viceversa

– Enjuagar con agua corriente limpia

– Secarla con una toalla de un solo uso

– Utilizar la toalla para cerrar el grifo

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