Cómo evolucionaron los camellos para sobrevivir en el desierto

Estos animales demuestran, día a día, que están hechos para vivir en las zonas más inhóspitas del planeta. Gracias a modificaciones para alimentarse o digerir sus alimentos, estos “reyes del desierto” se convirtieron en la prueba viviente de la evolución

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Las tres especies de camellos -Camelus dromedarius, Camelus bactrianus y Camelus ferus- han desarrollado varias adaptaciones para hacer posible la vida en el desierto (REUTERS)
Las tres especies de camellos -Camelus dromedarius, Camelus bactrianus y Camelus ferus- han desarrollado varias adaptaciones para hacer posible la vida en el desierto (REUTERS)

Los camellos sobreviven en los lugares más secos, cálidos y áridos de la Tierra. Y de alguna manera se las arreglan para obtener suficiente comida; pero ¿qué comen en lugares que parecen desprovistos de vida?

Las tres especies de camellos -Camelus dromedarius, Camelus bactrianus y Camelus ferus- han desarrollado varias adaptaciones para hacer posible la vida en el desierto, según el Museo de Historia Natural de Londres (NHM). Además de las una o dos jorobas que lucen -que están hechas de grasa y no actúan como depósitos de agua-, también tienen labios especializados para los alimentos del desierto.

Tienen un labio superior dividido, con cada mitad moviéndose por separado para permitir que el animal pueda pastar cerca del suelo y comer pastos cortos, algo imprescindible en el desierto donde todo crece lentamente, según el Zoológico de San Diego.

Además, sus labios son correosos y resistentes, aunque flexibles, lo que significa que los camellos pueden desprender y comer plantas espinosas y saladas (como el arbusto salado), según el zoo. Las protuberancias carnosas denominadas papilas también recubren sus bocas para protegerlas de los alimentos punzantes y ayudar a los camellos a manipular y tragar esos alimentos, según el NHM.

Los camellos tienen entre tres y cuatro estómagos; la comida se descompone parcialmente en los dos primeros antes de ser regurgitada como bolo alimenticio y volver a ser ingerida, explican los expertos (REUTERS)
Los camellos tienen entre tres y cuatro estómagos; la comida se descompone parcialmente en los dos primeros antes de ser regurgitada como bolo alimenticio y volver a ser ingerida, explican los expertos (REUTERS)

Los camellos dromedarios, que tienen una sola joroba, se alimentan principalmente de “plantas espinosas, hierbas secas y arbustos salados”, informó el zoológico de Oakland, añadiendo que los animales también comen casi cualquier planta del desierto disponible. En general, estos camellos comen hierbas, hojas y ramitas de cualquier planta del desierto, junto con los brotes verdes del arbusto saxaul del género Haloxylon, según la San Diego Zoo Wildlife Alliance. Además, comen los tallos y el follaje de varios arbustos del desierto de los géneros Salsola, Ephedra y Zygophyllum, según la alianza del zoo.

Los camellos bactrianos (C. bactrianus y C. ferus) de Mongolia se alimentan de las plantas Caragana, Haloxylon, Reaumuria y Salsola que crecen allí. ¿Qué ocurre una vez que ingieren sus alimentos herbívoros? Los camellos tienen entre tres y cuatro estómagos; la comida se descompone parcialmente en los dos primeros antes de ser regurgitada como bolo alimenticio y volver a ser ingerida, explican los expertos.

Una vez que se traga y entra en el otro estómago (o dos), ese bolo alimenticio sucumbe a las fuerzas de varios microbios que ayudan a la digestión. Y cuando no hay comida, no hay que preocuparse, ya que los camellos pueden sobrevivir durante más de una semana sin agua y durante meses sin comida, según la PBS.

Tienen un labio superior dividido, con cada mitad moviéndose por separado para permitir que el animal pueda pastar cerca del suelo y comer pastos cortos, algo imprescindible en el desierto donde todo crece lentamente, según el Zoológico de San Diego
 (AFP)
Tienen un labio superior dividido, con cada mitad moviéndose por separado para permitir que el animal pueda pastar cerca del suelo y comer pastos cortos, algo imprescindible en el desierto donde todo crece lentamente, según el Zoológico de San Diego (AFP)

En 2019, en Kazajistán, una nación ubicada en Asia central, comenzaron a surgir manadas de camellos híbridos: cruza de camellos de dos y de una joroba. Una práctica que se realizó durante siglos y que casi desapareció a principios del XX. La forma de híbrido más común, conocida como camello nar, fue la bestia de carga preferida para el comercio del este al oeste con China.

Según un estudio realizado en 2017 sobre manadas de camellos de Kazajistán, que se publicó en el Journal of Arid Land Studies, “hasta hace una década, los camellos bactrianos eran la norma; pero la situación está cambiando”, ya que los científicos advirtieron que un 80 por ciento de los camellos del país eran híbridos. Incluso, los veterinarios de Kazajistán documentaron 32 tipos de híbridos, de los cuales veinte se crían comercialmente. La disposición de las jorobas depende del grado de hibridación.

El híbrido más común se logra tras la cruza de un macho bactriano, con sus dos jorobas características y una caída pronunciada entre ellas, con una dromedaria. La mayoría de las demás variedades se crean mediante “retrocruzamientos” de los híbridos resultantes con otros machos de dos jorobas. A diferencia de lo que ocurre con las mulas, los híbridos de la cruza entre caballo y burro, que por lo general son estériles, las crías de la cruza de un bactriano y una dromedaria son fértiles.

Cuáles serán los próximos pasos en la evolución de los camellos, los verdaderos “dueños del desierto”, ya no se relaciona únicamente con la naturaleza, sino también con la mano del hombre.

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