Ucrania advirtió que la contraofensiva que está por lanzar no es la “batalla decisiva”

El ministro de Exteriores, Dimitro Kuleba, dijo que esta posibilidad “distorsiona” las acciones de las Fuerzas Armadas sobre el terreno

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FOTO ARCHIVO: El ministro de Exteriores ucraniano, Dmitro Kuleba (REUTERS/Thaier Al-Sudani)
FOTO ARCHIVO: El ministro de Exteriores ucraniano, Dmitro Kuleba (REUTERS/Thaier Al-Sudani)

El ministro de Exteriores de Ucrania, Dimitro Kuleba, ha instado este viernes a no considerar la esperada contraofensiva ucraniana como una “batalla decisiva”, ya que esta posibilidad “distorsiona” las acciones de las Fuerzas Armadas sobre el terreno.

“Si se necesita una contraofensiva, la habrá. Si se necesitan dos o más, también. Este no es un conflicto que se pueda congelar”, ha dicho Kuleba, agregando que “una batalla decisiva es aquella que conduciría a la liberación total de los territorios ucranianos”.

Kuleba ha recordado, no obstante, en una rueda de prensa con los líderes de Exteriores bálticos y del norte de Europa desde Odesa, que Kiev luchará “hasta la victoria”. “Todo eso está claro”, ha agregado, según ha recogido la agencia de noticias Ukrinform.

El ministro de Defensa de Ucrania, Oleksiy Reznikov, ha indicado este viernes que los preparativos de cara a una contraofensiva contra las fuerzas rusas se encuentran en su fase final y ha agregado que “el entrenamiento está terminando”.

“Además de obtener armas y equipamiento militar, nuestros militares deben saber usarlos. Hemos recibido sistemas muy modernos”, ha explicado Reznikov durante una rueda de prensa en la que ha explicado que el momento del lanzamiento de la operación será determinado por el Estado Mayor del Ejército ucraniano.

Ucranianos apoyan campañas de micromecenazgo para equipar al ejército

Ucranianos ponen a punto sus armas (REUTERS/Kai Pfaffenbach)
Ucranianos ponen a punto sus armas (REUTERS/Kai Pfaffenbach)

Mientras Ucrania aspira a recibir más armamento pesado de sus aliados para prepararse para la esperada contraofensiva, muchos ciudadanos aportan fondos para comprar en el extranjero cientos de drones, ametralladoras y hasta vehículos blindados de transporte de tropas.

“Podría haber sido uno de nosotros o de nuestros seres queridos”, afirmó Sabina Dadasheva, una traductora de 35 años vecina de Leópolis (oeste) este viernes, tras conocerse la noticia de las múltiples víctimas mortales tras el impacto de un misil ruso en un edificio de apartamentos en Umán (centro).

Sabina es uno de los miles de voluntarios que, además de realizar a diario su trabajo, se dedican a recaudar fondos o a coordinar la compra de equipamiento militar requerido por las fuerzas armadas del país.

“Si no estamos sirviendo en el ejército, entonces lo que podemos hacer para enfrentarnos a la amenaza es apoyar a nuestros soldados y hacer de ello un hábito”, escribió a sus seguidores en redes sociales, instándoles a contribuir a la compra de unos prismáticos de visión térmica por valor de 5.000 euros para una unidad militar ucraniana.

Además, Sabina recauda fondos para apoyar a los ancianos que permanecen en los territorios ocupados por Rusia.

Armas de soldados ucranianos (REUTERS/Oleksandr Ratushniak)
Armas de soldados ucranianos (REUTERS/Oleksandr Ratushniak)

“A pesar de todo el apoyo internacional y de las armas que recibimos, la guerra puede durar un largo tiempo a no ser que todo el mundo contribuya. Quiero hacer algo, incluso aunque sea solamente una gota en el mar”, explicó en declaraciones a la agencia de noticias EFE.

Según algunos voluntarios, es probable que el volumen de las donaciones haya descendido en los últimos tiempos.

La economía se contrajo en más de un 30% el año pasado y es posible que a muchos ucranianos se les estén terminando los ahorros. Pero al mismo tiempo, el número de campañas de recaudación va en aumento, muchas de ellas con el objetivo de ayudar a soldados y civiles heridos.

Los ataques con misiles rusos, que dejan un saldo de víctimas particularmente elevado, con frecuencia han servido como factor de aglutinación y tras los incidentes más cruentos cientos de millones de grivnas han sido recaudados por las mayores organizaciones civiles, lo que les ha permitido hacer realidad proyectos a gran escala.

“Dos de los últimos vehículos acorazados que encargamos han sido entregados a las fuerzas de tierra ucranianas”, anunció este jueves Sergiy Prytula, líder de la fundación homónima.

Esta organización caritativa ha adquirido y entregado ya 101 vehículos comprados a propietarios particulares en Reino Unido, gracias a los 236 millones de grivnas (5,8 millones de euros) recolectados en poco más de un día en el punto álgido de los ataques rusos contra la infraestructura energética.

La cifra es elevada incluso si se compara con los 1.550 suministrados hasta ahora por países aliados. Algunos de los vehículos tuvieron que ser restaurados, pero incluso los que son viejos cumplen una función importante en el frente.

Oksana Lypa, una programadora de Leópolis que donó a esta campaña explica que este tipo de llamamientos son especialmente motivadores, ya que “demuestran que una pequeña contribución puede lograr un gran efecto”, según dijo a Efe.

Según el diario “Ekonomichna Pravda”, varias organizaciones han adquirido al menos 155 vehículos de transporte, entre ellas la de Prytula, que con anterioridad pagó el acceso de las fuerzas armadas a imágenes de satélite de alta resolución.

Otra fundación, “Vuelve a Casa Vivo”, informó recientemente de que había entregado 1.460 ametralladoras de calibre 7,62 mm por valor de 6,5 millones de euros, así como cientos de drones.

Tan solo en el primer año de la invasión, las dos mayores fundaciones recaudaron 103 y 154 millones de euros respectivamente, mientras que en todo momento tienen lugar otras campañas de menor alcance.

Oksana explica que últimamente está intentando aportar cantidades menores a un mayor número de campañas, unas en apoyo de los familiares y amigos movilizados de conocidos, otras para equipar unidades de soldados particularmente famosos, ya que la necesidad de equipos especializados como dispositivos de visión térmica, drones o vehículos supera en estos momentos con creces lo que el Estado es capaz de proporcionar.

(Con información de Europa Press y EFE)

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