Murió Abolhassan Banisadr, el primer presidente de la República Islámica de Irán

Falleció en un hospital de París a los 88 años. Nunca llegó a consolidar su control sobre un gobierno que dirigía en medio de acontecimientos importantes como la crisis de rehenes en la embajada de Estados Unidos y la invasión por parte de Irak

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FILE PHOTO: Former Iranian President Abolhassan Bani-Sadr attends an interview with Reuters in Versailles, near Paris, France, January 31, 2019.  REUTERS/Philippe Wojazer/File Photo
FILE PHOTO: Former Iranian President Abolhassan Bani-Sadr attends an interview with Reuters in Versailles, near Paris, France, January 31, 2019. REUTERS/Philippe Wojazer/File Photo

Abolhassan Banisadr, el primer presidente de Irán tras la Revolución Islámica de 1979, que huyó de Teherán tras ser acusado por desafiar el creciente poder de los clérigos cuando la nación se convertía en una teocracia, falleció este sábado en París. Tenía 88 años.

Entre un mar de clérigos chiíes con túnicas negras, Banisadr destacó por sus trajes de corte occidental y un bagaje tan francés que fue en el filósofo Jean-Paul Sartre en quien confió su creencia de que sería el primer presidente de Irán unos 15 años antes de que ocurriese.

Esas diferencias lo aislaron cuando trató de implementar una economía de estilo socialista en Irán respaldada por la profunda fe chií inculcada por su padre clérigo.

Banisadr nunca llegó a consolidar su control sobre un gobierno que supuestamente dirigía en medio de acontecimientos que escapaban a su control, como la crisis de rehenes en la embajada de Estados Unidos y la invasión por parte de Irak, que se sumaron al tumulto que siguió a la Revolución.

Una multitud celebra el triunfo de la revolución de 1979 en la Torre Azadi de Teherán
Una multitud celebra el triunfo de la revolución de 1979 en la Torre Azadi de Teherán

El auténtico poder seguía firmemente en manos del líder supremo, el ayatolá Ruhollah Jomeini, con quien Banisadr trabajó durante su exilio en Francia y a quien siguió de regreso a Teherán en plena revolución. Pero Jomeini apartó a Banisadr a un lado tras apenas 16 meses en el cargo, lo que le obligó a huir a París, donde se quedaría por varias décadas.

“Era como un niño que ve como su padre se convierte lentamente en un alcohólico”, dijo Banisadr más tarde sobre Jomeini. “La droga, esta vez, fue el poder”.

La familia de Banisadr dijo en un comunicado el sábado que el expresidente murió en un hospital de París tras una larga enfermedad.

Nacido el 22 de marzo de 1933 en Hamadán (Irán), Banisadr creció en una familia religiosa. Su padre, Nasrollah Banisadr, era un ayatolá, un clérigo chiíta de alto rango, que se oponía a la política del padre del sha, Reza Shah.

“Incluso en el vientre materno, yo era un revolucionario”, se jactó una vez Banisadr.

FOTO DE ARCHIVO: El ex presidente iraní Abolhassan Bani-Sadr expone su opinión durante una conferencia de prensa en Viena, Austria, el 18 de abril de 1997. Leonhard Foeger
FOTO DE ARCHIVO: El ex presidente iraní Abolhassan Bani-Sadr expone su opinión durante una conferencia de prensa en Viena, Austria, el 18 de abril de 1997. Leonhard Foeger

De joven, protestó contra el sha y fue encarcelado dos veces. Apoyó al primer ministro iraní Mohammad Mosaddegh, que nacionalizó la industria petrolera de Irán y posteriormente fue derrocado durante un golpe de estado respaldado por la CIA en 1953. Durante los disturbios de 1963, Banisadr sufrió una herida y huyó a Francia.

Estudió economía y finanzas en la Universidad de la Sorbona, en París, y posteriormente impartió clases allí. Fue autor de libros y tratados sobre el socialismo y el Islam, ideas que lo guiarían más tarde tras entrar en el círculo íntimo de Jomeini.

Tras abandonar Irán, Banisadr y Masud Rajavi formaron el Consejo Nacional de Resistencia de Irán. Banisadr se retiraría del consejo en 1984 después de que los Muyahidines-e-Jalq se aliaran con el dictador iraquí Saddam Hussein en su guerra contra Irán.

Permanecería fuera de París durante el resto de su vida, bajo vigilancia policial tras ser objetivo de presuntos asesinos iraníes.

El ex presidente de Estados Unidos Ronald Reagan. (AP /Dennis Cook)
El ex presidente de Estados Unidos Ronald Reagan. (AP /Dennis Cook)

Banisadr volvió a adquirir notoriedad tras decir en un libro, sin pruebas, que la campaña de Ronald Reagan se confabuló con los líderes iraníes para retrasar la liberación de los rehenes, lo que echó por tierra la reelección del entonces presidente Jimmy Carter. Esto dio origen a la idea de la “sorpresa de octubre” en la política estadounidense: un acontecimiento deliberadamente programado y tan poderoso como para afectar a unas elecciones.

Los investigadores del Senado de EE.UU. dirían más tarde, en 1992, que “el gran peso de la evidencia es que no hubo tal acuerdo”. Sin embargo, tras la toma de posesión de Reagan en 1981, las armas estadounidenses comenzaron a fluir hacia Irán a través de Israel en lo que se conocería como el escándalo Irán-Contra.

“El clero te utilizó como herramienta para deshacerse de las fuerzas democráticas”, dijo Banisadr a un antiguo rehén en 1991 durante una gira por Estados Unidos. “La noche que te tomaron como rehén, fui a ver a Jomeini y le dije que había actuado contra el Islam, contra la democracia”.

(Con información de AP)

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