Armenia reveló que Azerbaiyán utilizó municiones con fósforo blanco en Nagorno Karabaj

Usó elementos químicos para incendiar bosques cercanos a las comunidades civiles, donde suele refugiarse la población durante los ataques

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Ataque con fósforo blanco en Nagorno Karabaj - Primera parte

Armenia reveló que Azerbaiyán utilizó fósforo blanco para incendiar bosques de Nagorno Karabaj, cercanos a las comunidades civiles, lugares donde se esconde la población durante los ataques azerbaiyanos.

El fósforo blanco es un agente incendiario que puede causar quemaduras graves a los seres humanos. Estas quemaduras -de segundo y tercer grado- producen una alta mortalidad debido a la absorción del fósforo en el cuerpo y el daño que producen en órganos internos.

“El 30 de octubre de 2020 las Fuerzas Armadas de la República de Azerbaiyán cometieron otra flagrante violación del derecho internacional al utilizar municiones que contenían elementos químicos de fósforo blanco contra la población de Nagorno-Karabaj”, reveló Armenia y mostró imágenes con la evidencia.

Ataque con fósforo blanco en Nagorno Karabaj - Segunda parte

“Esta es otra manifestación del hecho de que la República de Azerbaiyán ya ha subordinado sus obligaciones en virtud de los acuerdos internacionales pertinentes a su política agresiva encaminada al exterminio total de la población de Artsakh, con el fin de causar el máximo daño no sólo a su población, sino también a su flora y fauna”, denunció el ministerio de Defensa armenio.

En esta situación, la República de Armenia exhortó a la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) a que utilice todas sus facultades para evitar que Azerbaiyán siga utilizando sustancias químicas como método de guerra. “La República de Armenia también espera de los Estados miembros de la OPAQ que evalúen adecuadamente el comportamiento de Azerbaiyán, que está en total contradicción con los propósitos y objetivos de las diversas convenciones internacionales”.

“Las fuerzas azerbaiyanas utilizaron indiscriminadamente municiones de fósforo prohibidas que contenían elementos de armas químicas en la zona de conflicto, lo que constituye una grave violación del Derecho Internacional Humanitario, el derecho consuetudinario, las Convenciones de Ginebra y las convenciones pertinentes de las Naciones Unidas, así como de los documentos y convenciones sobre crímenes de guerra”, denunció la vocera del ministerio de Defensa armenio, Shushan Stepanyan

El ministerio explicó que el uso de esas armas, que por su naturaleza no pueden distinguir con precisión entre los objetos militares y civiles, " causan tanto el desastre ambiental como las pérdidas humanas, es sin duda un crimen de guerra grave".

Munición de racimo

Con una investigación in situ en la región de Nagorno Karabaj en octubre de 2020, Human Rights Watch (HRW) logró detectar cuatro incidentes en los que tropas de Azerbaiyán dispararon municiones de racimo, ampliamente prohibidas por el derecho internacional, en áreas residenciales.

Las áreas donde HRW encontró restos de municiones de racimo en Stepanakert, Nagorno Karabaj
Las áreas donde HRW encontró restos de municiones de racimo en Stepanakert, Nagorno Karabaj

“El uso continuo de municiones de racimo, particularmente en áreas pobladas, muestra un desprecio flagrante por la seguridad de los civiles”, declaró Stephen Goose, director de la división de armas de HRW y presidente de la Coalición contra las Municiones de Racimo. “Las municiones de racimo nunca deben ser utilizadas por nadie bajo ninguna circunstancia, y mucho menos en las ciudades, debido al daño previsible e inaceptable a los civiles”, explicó.

Miembros de la reconocida ONG examinaron los restos de cohetes, los impactos y los restos de las submuniciones que explotaron y otras que fallaron en varios lugares de Stepanakert, el centro administrativo de Nagorno Karabaj. También estudiaron fotografías tomadas en la ciudad de Hadrut de un cohete y submuniciones que explotaron y una submunición defectuosa que no estalló, y habló con seis personas que presenciaron los disparos.

Cuerpo de un cohete de la serie LAR-160, utilizado por Azerbaiyán, en un barrio residencial de Stepanakert. © 2020 Human Rights Watch
Cuerpo de un cohete de la serie LAR-160, utilizado por Azerbaiyán, en un barrio residencial de Stepanakert. © 2020 Human Rights Watch

Residentes de Stepanakert dijeron a los investigadores que los ataques con municiones de racimo comenzaron la mañana del 27 de septiembre en una zona residencial a no más de 200 metros de la oficina del Comité Internacional de la Cruz Roja. “Los niños empezaron a gritar y todo el mundo entró en pánico cuando las bombas empezaron a caer. Abrimos las ventanillas y vimos que los coches se estaban quemando. Vimos que tenían cositas rosadas que las hacían arder, así que corrimos al sótano”, contó una mujer de 69 años que al momento del ataque se hallaba en el cuarto piso de un edificio al lado de donde HRW observó decenas de impactos distintivos de las submuniciones M095.

Una espoleta M136 R asociada al cohete de la serie LAR-160, encontrada en una zona residencial de la ciudad de Hadrut. © 2020 Unión de Ciudadanos Informados.
Una espoleta M136 R asociada al cohete de la serie LAR-160, encontrada en una zona residencial de la ciudad de Hadrut. © 2020 Unión de Ciudadanos Informados.
Daños a un vehículo privado a causa de una submunición M095 de doble propósito, que produce un chorro de metal fundido destinado a destruir vehículos y otros materiales © 2020 Human Rights Watch
Daños a un vehículo privado a causa de una submunición M095 de doble propósito, que produce un chorro de metal fundido destinado a destruir vehículos y otros materiales © 2020 Human Rights Watch

Las municiones de racimo han sido prohibidas debido a su efecto indiscriminado generalizado y al peligro duradero para los civiles. Las municiones de racimo generalmente explotan en el aire y envían docenas, incluso centenares, de pequeñas bombas sobre un área del tamaño de un campo de fútbol. Las submuniciones de racimo a menudo no explotan en el impacto inicial y dejan restos que actúan como minas terrestres.

La Convención de 2008 sobre Municiones en Racimo prohíbe de manera integral estas armas y requiere su limpieza y asistencia a las víctimas. Armenia y Azerbaiyán no se encuentran entre los 110 estados que forman parte del tratado. Ambos dicen que no pueden adherirse al acuerdo hasta que se resuelva la disputa sobre Nagorno Karabaj. HRW declaró que ambas naciones deben tomar las medidas necesarias para unirse a la Convención sobre Municiones de Racimo sin demora.

El conflicto armenio-azerbaiyano, que volvió a activarse el pasado 27 de septiembre, recrudeció con el colapso de la Unión Soviética, cuando a finales de la década de 1980 el territorio azerbaiyano de Nagorno Karabaj, poblado mayoritariamente por armenios, pidió su incorporación a la vecina Armenia, tras lo cual estalló una guerra.

Al término de los combates, que se prolongaron hasta 1994 y dejaron cerca de 30.000 muertos, las fuerzas armenias se hicieron con el control de Nagorno Karabaj y también ocuparon vastos territorios azerbaiyanos, que llaman “franja de seguridad”. Azerbaiyán sostiene que la solución al conflicto con Armenia pasa necesariamente por la entrega de esos territorios. Armenia apoya el derecho a la autodeterminación de Nagorno Karabaj y aboga por la participación de los representantes del territorio separatista en las negociaciones para resolver el conflicto.

Tras el reinicio de la guerra, las partes beligerantes han pactado en tres ocasiones un alto el fuego pero ninguno ha llegado a cumplirse.

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