El pangolín fue eliminado de la lista de medicinas tradicionales chinas

La pandemia de COVID-19 logró lo que años de activismo en defensa de las especies en peligro no había conseguido: que se proteja al pangolín contra el comercio legal o ilegal para su consumo. El mamífero escamado es el probable intermediario en la transmisión del coronavirus de los murciélagos a los humanos

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Existen ocho subespecies de pangolines, cuatro en Asia y cuatro en África, de las cuales tres están “en peligro” y otras tres “en peligro crítico”.
Existen ocho subespecies de pangolines, cuatro en Asia y cuatro en África, de las cuales tres están “en peligro” y otras tres “en peligro crítico”.

El pangolín es una de las especies en peligro más traficadas del mundo, con más de un millón de animales capturados y vendidos en los primeros 15 años de este siglo, según un informe del Convenio sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES).

Aunque prácticamente todo el comercio ilegal va hacia China, donde el mamífero escamado se usa para hacer productos de medicina tradicional, las autoridades de Beijing nunca cedieron a la presión de los grupos internacionales de protección a los animales. Hasta que la pandemia del COVID-19 puso en el centro de la discusión el consumo de especies exóticas en el país.

Ahora que el consenso científico apunta al pangolín como la especie intermediaria en el paso del nuevo coronavirus de los murciélagos a los humanos, el gobierno chino eliminó oficialmente las escamas de pangolín de su lista aprobada de ingredientes para uso en la medicina tradicional. El acto es una sentencia de muerte para el interés de los traficantes ilegales por esta especie en peligro y da a estos animales una esperanza de evitar la extinción.

“Esta es la mejor medida que se podía tomar para salvar a los pangolines” dijo a National Geographic Peter Knights, director ejecutivo de la fundación ambientalista WildAid, que aboga por la reducción de la demanda de especies salvajes para consumo humano. “Esto envía un mensaje claro: en la medicina tradicional china existen alternativas, no es necesario usar pangolines”.

Tras el brote de coronavirus, el gobierno chino eliminó oficialmente las escamas de pangolín de su lista aprobada de ingredientes para uso en la medicina tradicional.
Tras el brote de coronavirus, el gobierno chino eliminó oficialmente las escamas de pangolín de su lista aprobada de ingredientes para uso en la medicina tradicional.

El uso medicinal de las escamas dejó al borde de la extinción a las ocho sub-especies —cuatro en Asia y cuatro en África, de las cuales tres están “en peligro” y otras tres “en peligro crítico”, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza— que se conocen en el mundo. El comercio abarca decenas de miles de animales a los que cada año se mata por su carne, una sofisticación para la gastronomía china y vietnamita, y por sus escamas, hechas de queratina, el mismo componente de las uñas y el pelo de los humanos. Sólo en 2019 se decomisaron más de 97 toneladas de escamas de unos 150.000 pangolines africanos.

“Las escamas en sí representan el 10% del comercio, así que nos podemos imaginar cuántos pangolines se trafican en el continente", dijo a Mongabay, publicación especializada en temas de naturaleza, Ray Jansen, presidente del Grupo Especial sobre Pangolines Africanos y especialista de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN).

El anuncio de la eliminación de los pangolines de la lista de ingredientes medicinales aprobados se conoció el martes 9, días después de que China ascendiera a los pangolines al “Nivel 1” de protección, el mismo que tienen los pandas, que prohíbe prácticamente todo el comercio doméstico y el uso de los animales. Según la publicación sobre temas de salud del Diario del Pueblo, operado por el estado, los pangolines “serán uno de los varios ingredientes que se omitirán en la nueva edición de Farmacopea China, que se publicará este año”. Otros medios estatales repitieron la información.

China prohibió la caza del pangolín en 2007, y en 2018 sus importaciones comerciales. Pero como los fabricantes de productos medicinales podían seguir ofreciendo derivados de las escamas, siempre que provinieran de las reservas locales legales, en la práctica se creó un vacío legal que permitió que floreciera un mercado negro.

“Mientras el gobierno siga emitiendo permisos para usar escamas de pangolín, habrá traficantes que asumirán riesgos para obtener grandes ganancias”, dijo a Sixth Tone (una publicación de Shanghai, propiedad del estado chino, destinada a los usuarios occidentales) Zhang Siyuan, activista de la Fundación para la Conservación y el Desarrollo de la Biodiversidad Verde China.

En diciembre de 2019, mientras el COVID-19 se expandía por Wuhan, la policía de la provincia de Zhejiang desmanteló una red de 18 traficantes que tenían en su poder 23 toneladas de escamas, el equivalente a unos 50.000 pangolines masacrados. Las escamas estaban disimuladas en un cargamento de jengibre en rebanadas.

China también elevó a los pangolines al “Nivel 1” de protección, el mismo que tienen los pandas, que prohíbe prácticamente todo el comercio doméstico y el uso de estos animales.
China también elevó a los pangolines al “Nivel 1” de protección, el mismo que tienen los pandas, que prohíbe prácticamente todo el comercio doméstico y el uso de estos animales.

El cambio en la Farmacopea China es un paso, pero no suficiente, advirtió Li Junde, investigador de la Academia China de Ciencias Médicas: eso es “una indicación” para que las empresas no utilicen pangolines en los productos médicos, pero “el gobierno debería difundir normativas que detallen qué sucederá si una compañía lo hace”, y también sobre qué pasará con “las reservas nacionales de escamas actualmente existentes”. En su opinión, serán necesarias “más medidas para eliminar la práctica”.

Es posible que las haya, ya que este anuncio es uno más en una serie que comenzó tras la crisis del COVID-19, cuando el gobierno excluyó los productos de medicina tradicional con ingredientes de pangolines de las coberturas de los seguros de salud. Y también es posible que se amplíe a otras especies, ya que —por ejemplo— según las noticias de salud del Diario del Pueblo también se eliminó de la lista de compuestos de la medicina tradicional el huanglian yanggan, que contiene heces de murciélago.

La enorme industria de la medicina tradicional china, que se estima en unos USD 119.000 millones según cifras oficiales, puede perfectamente sobrellevar esos recortes. Por ahora esta medida y la prohibición, en febrero, del uso gastronómico de animales salvajes han sido las únicas respuestas a los crecientes llamados que enfrentan Beijing para que tome medidas contra el consumo de especies exóticas, en particular las que están en peligro de extinción, pero no solamente esas: las preocupaciones ahora incluyen el riesgo de brotes zoonóticos como el de SARS en 2003 y COVID-19 en 2020.

El comercio abarca decenas de miles de animales a los que cada año se mata por su carne, una sofisticación para la gastronomía china y vietnamita, y por sus escamas. (REUTERS/Nguyen Huy Kham)
El comercio abarca decenas de miles de animales a los que cada año se mata por su carne, una sofisticación para la gastronomía china y vietnamita, y por sus escamas. (REUTERS/Nguyen Huy Kham)

Actualmente China se encuentra en el proceso de revisión de su ley para la protección de la vida silvestre, que incluye el comercio. En 2016 hubo una actualización, pero solo agregó un puñado de artículos que restringían el uso de animales en productos médicos, según dijo a Sixth Tone Zeng Xiangbing, abogado especializado en medioambiente del estudio legal Hubei Huanyuan.

“El poder de los grupos de interés era demasiado grande en comparación con los grupos de bienestar animal", dijo, sobre aquella modificación a la ley, "lo que permitió que las normas de protección de la vida silvestre parecieran en realidad normas para su utilización”. El experto opinó que para asegurar el desarrollo sostenible de la medicina tradicional hay que centrarse en la promoción de ingredientes sustitutivos de los productos raros de animales salvajes.

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