
Los Legionarios de Cristo ha sido descrita como una congregación clerical que “lava el cerebro” de las personas. Y su fundador, el padre Marcial Maciel, como un “hombre psicópata” que convenció a sus seguidores de su santidad y de su cercanía a Dios.
Elena Sada, profesora de la Universidad de Connecticut e hija de una prominente familia de Monterrey, describió así su experiencia en la congregación religiosa. A los 19 años ingresó en el movimiento Regnum Christi, creado por Maciel en 1959 y del que también forman parte los Legionarios de Cristo.
Elena, una de las “consagradas” en esa organización, tardó 10 años en “librarse de ese lavado de cerebro”, según contó en entrevista para Aristegui Noticias. “Yo creo que muchos de nosotros experimentamos lo difícil que es quitarse la programación mental”, dijo.
Para Sada, el informe de esta semana mediante el cual los Legionarios de Cristo reconocieron que 175 menores han sido víctimas de abuso sexual, es sólo un comienzo. Según ella, hasta que la Iglesia a nivel local informe al poder judicial y los sacerdotes sean enjuiciados por un orden civil no va a haber un cambio auténtico.

El informe no lo detalla, pero de acuerdo con Sada, los menores que sufrieron abusos sexuales por parte de algún miembro de esta organización vivieron una constante revictimización por parte de los feligreses. “Nosotros decíamos que las víctimas eran mentirosas y ladronas, eso creíamos. No pensábamos que eran víctimas inocentes y sinceras. Y muchos de nosotros mentimos porque se nos mintió a nosotros”, explicó durante su entrevista con Aristegui.
De acuerdo con la testigo, los jóvenes al interior de los Legionarios de Cristo son arrebatados de sus juicios y creencias; sustituidos por mentiras que si corres con suerte, tardas 20 años en descubrir.
Lo que ocurre con la figura del fundador, Marcial Maciel, es mucho peor. Un hombre considerado un santo. Un “psicópata que convenció a sus seguidores de su santidad y se su cercanía con Dios”.

Para Elena Sada, hacer un cambio en la Iglesia es como mover un barco gigantesco que lleva anclado 2.000 años. Y es un tema tan difícil que para ella debe haber un cambio en la política que implique un seguimiento de cada líder local, incluyendo obispos.
Su relato se suma al de otras víctimas que, años anteriores, han descrito las vejaciones sexuales de las que fueron víctimas a manos de los integrantes de esta congregación religiosa. Hace solo unos días, otra mujer le confesó al diario El País, su tormentosa experiencia en uno de los colegios liderado por los legionarios. Se trata de María Belén Márquez, directora de la ONG católica “Misión Maya”, quien fue abusada sexualmente por el sacerdote Fernando Martínez Suárez.

Lo que más retumba en su cabeza, según contó, es la voz del religioso en la oscuridad: “Me decía: ¿Te gusta?, ¿te gusta? y yo callada”. “Lamento que todo esto tenga lugar dentro de una congregación que actualmente está buscando una renovación y una purificación. El padre Fernando siguió ejerciendo su ministerio hasta el 2017”.
Biani López Antúnez, otra de las víctimas contó que, “además de abusar de nosotras, nos hacía ver los abusos de otras niñas. Dejaba la puerta entreabierta y nos hacía sentarnos en primera fila y ver”.
Ambas mujeres alzaron la voz luego de que la orden presentara el 22 de noviembre, un comunicado el que reconocía los abusos sexuales cometidos por este sacerdote, quien fue ex director del Instituto Cumbres, un prestigioso colegio privado en México.
El Informe

Cuatro días después de que el Papa eliminara el secreto pontificio, los Legionarios de Cristo reconocieron, por primera vez en su historia, que 175 personas fueron victimas de abuso sexual, incluidos al menos 60 cometidos por el padre Marcial Maciel.
Se señaló a 33 sacerdotes como responsables de los casos de pederastia contra niños, en su mayoría de entre 11 y 16 años.
El documento detalla el tipo de responsabilidad de los sacerdotes (sin identificar a los culpables) de la siguiente manera:
- 11 abusaron de entre 2 y 5 víctimas.
- 5 cometieron abuso a entre 6 y 10 víctimas.
- 1 sacerdote abusó de 13 víctimas.
- 9 abusaron “repetidamente” de una única víctima.
- 4 cometieron abuso en una sola ocasión.
- 2 por vía virtual (sexting).
La investigación titulada: “Radiografía de ocho décadas para erradicar el abuso”, reconoce que 14 de los 33 sacerdotes que son señalados como abusadores, cometieron estos abusos mientras ocupan puestos de autoridad en los Legionarios de Cristo, lo que ha dificultado mucho y en ocasiones bloqueado las posibilidades de denunciar.
El informe, que fue elaborado durante seis meses por una comisión de los Legionarios, revela que se dio un fenómeno de “cadenas de abuso”, pues una víctima de un legionario “con el pasar de los años se convertía a su vez en abusador, repitiendo sobre otros el abuso que él mismo padeció”.
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