¿Leche más sostenible?: cómo un aditivo de vitaminas B podría ayudar a cuidar el ambiente

Un estudio internacional comprobó que la incorporación de este suplemento en la alimentación vacuna disminuye gases contaminantes y aumenta la eficiencia productiva. Las claves de un avance que ofrece una alternativa concreta para reducir el impacto ambiental en el sector lechero

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Un estudio internacional resalta el
Un estudio internacional resalta el rol de la nutrición innovadora para transformar la forma en que se produce leche en el mundo (REUTERS/Aaron Josefczyk/Archivo)

La suplementación con vitaminas B protegidas en la dieta de vacas lecheras permite reducir de forma significativa las emisiones de gases de efecto invernadero por litro de leche, según un estudio internacional liderado por McGill University y publicado en la revista Sustainable Production and Consumption en 2025.

El análisis, realizado en siete países de América, Europa y Oceanía, registró reducciones de entre 5,6% y 18% en las emisiones por litro de leche, con el mayor efecto en México y el menor en Colombia.

Estos resultados sitúan a la suplementación nutricional con vitaminas B protegidas como una estrategia relevante hacia una producción lechera más sostenible a nivel global.

Manejos responsables permiten obtener leche
Manejos responsables permiten obtener leche manteniendo un equilibrio entre productividad, uso eficiente de recursos y cuidado del medioambiente (Imagen Ilustrativa Infobae)

El desafío ambiental de la producción lechera

La industria lechera genera entre 11% y 19,6% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero del sector ganadero, según estimaciones citadas por McGill University.

Además de metano y óxidos de nitrógeno, la producción de leche demanda gran cantidad de agua y suelo, y produce residuos nitrogenados y fosforados.

El crecimiento constante de la demanda mundial de leche y derivados, que en 2022 fue de 930 millones de toneladas, exige implementar estrategias capaces de reducir el impacto ambiental sin afectar la productividad.

Reducir los gases asociados a
Reducir los gases asociados a la actividad lechera es esencial para limitar el calentamiento global y adoptar modelos agropecuarios más eficientes (Revista Chacra)

¿Cómo actúan las vitaminas B protegidas?

Las vitaminas B protegidas, conocidas también como microencapsuladas o rumen-protegidas, son aditivos formulados para resistir la “degradación ruminal” y ser absorbidas en el intestino delgado. Su composición incluye combinaciones de vitaminas B y aceites vegetales hidrogenados, permitiendo que lleguen intactas al sitio de absorción.

Según McGill University, durante la lactancia temprana las vacas enfrentan demandas metabólicas superiores a la capacidad de producción endógena de vitaminas B, por lo que la suplementación dirigida resulta beneficiosa.

Estas vitaminas funcionan como cofactores enzimáticos esenciales para la eficiencia de rutas metabólicas clave en la producción de energía, grasas y proteínas. Esto se traduce en una mayor síntesis de leche y conversión alimenticia.

Ensayos anteriores determinaron que, sin protección, más del 50% de ciertas vitaminas B se degradan en el rumen, lo que fundamenta la necesidad de usar formas protegidas para asegurar su biodisponibilidad.

El suplemento protege las vitaminas
El suplemento protege las vitaminas del entorno ruminal, asegurando su absorción y su función óptima dentro del organismo de la vaca (REUTERS/Jim Vondruska)

Resultados del estudio internacional

El estudio de McGill University recopiló datos de ensayos realizados entre 2005 y 2022 en más de 6.400 vacas de las razas Holstein y Jersey, aplicando un análisis ambiental de ciclo de vida desde la producción de insumos hasta la salida de la leche de la finca.

La suplementación diaria con 3 gramos de vitaminas B protegidas permitió reducir las emisiones de gases de efecto invernadero por kilogramo de leche corregida en grasa y proteína (FPCM) entre 5,6% y 18%, dependiendo del país.

Por citar algunos ejemplos, el mayor descenso se observó en México, donde las emisiones bajaron de 1,65 a 1,36 kilos de CO₂ equivalente por cada kilo de leche producida. En Colombia, la reducción fue menor: las emisiones pasaron de 1,49 a 1,41 kilos de CO₂ equivalente por kilo de leche.

En promedio, el descenso global alcanzó el 8,8%. También se reportaron reducciones en otros indicadores ambientales: uso de agua, suelo agrícola, potencial de acidificación y eutrofización disminuyeron entre 3% y 16,3% (media de 7,4% para todos los escenarios).

La evaluación de más de
La evaluación de más de 6.400 vacas en siete países demuestra los beneficios concretos de esta estrategia en diferentes sistemas productivos (AP Foto/Charlie Neibergall, Archivo)

El impacto ambiental derivado de la fabricación y transporte de las vitaminas protegidas fue insignificante frente a los beneficios. Según McGill University, la producción del aditivo representó apenas entre 0,01% y 0,02% del impacto total por kilogramo de leche en las categorías analizadas.

La mejora de la productividad fue clave en la caída del impacto ambiental. La suplementación con vitaminas B protegidas incrementó la producción de leche entre 3,3% y 19,4%, con los mayores aumentos en México y los menores en Colombia.

En Estados Unidos se registró una disminución del 2,2% en consumo de materia seca, mientras que en Chile hubo mejor aprovechamiento del nitrógeno, evidenciado en menores niveles de urea en leche.

Los ensayos reportaron además avances en la eficiencia alimentaria, prolongación de la lactancia, disminución en células somáticas y mastitis, mejores tasas de concepción y menor descarte. El efecto se acentuó en vacas jóvenes y durante el estrés térmico, permitiendo mitigar pérdidas productivas.

Minimizar el impacto ambiental, desde
Minimizar el impacto ambiental, desde la huella hídrica hasta la generación de residuos, es clave para la permanencia del sector lechero (REUTERS/Fabian Bimmer)

Implicaciones y proyecciones para el sector lácteo

La correlación directa entre incremento de productividad y reducción de huella ambiental fue uno de los hallazgos centrales del estudio. El análisis estadístico reveló que el aumento en la producción de leche por vaca explica la mayoría de la disminución en emisiones y otros impactos ambientales.

Este resultado sugiere que estrategias como la suplementación con vitaminas B protegidas pueden ser eficaces para avanzar hacia una producción lechera más sostenible, en particular en regiones con margen para mejorar la productividad.

El informe destaca que la adopción a gran escala de esta estrategia podría influir considerablemente en las emisiones nacionales.

En Canadá, como otro de los ejemplos citados por los expertos, la implementación permitiría compensar más de 460.000 toneladas de CO₂-eq, mientras que en Estados Unidos la reducción potencial excedería 8,9 millones de toneladas anuales.

La adopción de nuevas prácticas
La adopción de nuevas prácticas alimenticias promete transformar la sostenibilidad de los tambos y reducir la huella de carbono de la leche a escala nacional y global (REUTERS/Bing Guan/File Photo)

Los autores advierten sobre la importancia de considerar las particularidades de cada sistema productivo, las diferencias en manejo de estiércol y la variabilidad en la respuesta animal.

Además, señalan que próximas investigaciones deberán incluir análisis de costos y beneficios económicos, así como comparar con otras estrategias de mitigación.

La investigación de McGill University concluye que la suplementación estratégica de vitaminas B protegidas en la dieta diaria puede optimizar la eficiencia alimentaria, disminuir pérdidas en condiciones adversas y reducir la huella ambiental de la producción lechera en la puerta de la finca.

Esta opción emerge como una alternativa viable para productores y responsables de políticas que buscan equilibrar productividad y sostenibilidad en el sector lácteo global.