Cuál es el nuevo rol de las universidades para ayudar en medio de la pandemia

En el sur de la Florida, se han convertido en aliadas de las municipalidades. Sus epidemiólogos y científicos en general están ayudando a entender la situación. En base a sus descubrimientos es que los políticos han tomado decisiones de cerrar parte de la economía o de reabrirla

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Gabriel Odom, profesor de bioestadística de Florida International University
Gabriel Odom, profesor de bioestadística de Florida International University

Con las clases paralizadas (o convertidas al 100 por ciento en digital) las universidades, como casi todo en la sociedad, han encontrado un nuevo rol dentro de la pandemia del COVID 19: ser el soporte científico de los gobernantes y no dejar de lado la maratónica tarea de encontrar una cura.

A lo largo del país, las universidades han tomado diversos roles. La Universidad Johns Hopkins (más reconocida que Harvard en el ámbito de la medicina) es el referente de los datos a nivel federal. Hasta la administración del Presidente Donald J. Trump utiliza el conteo de infectados y fallecidos de esta universidad por sobre los datos otorgados por el CDC (Centro para el control de enfermedades, por sus siglas en inglés).

El Instituto Tecnológico de Massachusets (MIT) ha desarrollado un sistema multi-disciplinario para encontrar soluciones prácticas a problemas de diversa índole surgidos por la crisis del COVID 19. En Nueva York y Boston, dos de las áreas más afectadas por el virus, varias universidades pusieron sus edificios a disposición de los hospitales para que se armen centros de atención médica temporales. La Universidad de Pittsburgh se alió al centro francés Pasteur y juntos han desarrollado uno de los prospectos de vacuna que más avanzado está en el mundo. Y muchos centros de estudios superiores se han convertido en aliados indispensables de los políticos a los que les toca tomar decisiones como determinar un toque de queda, o levantarlo. En un país donde existen 5300 universidades, todas ellas han encontrado una labor importante en medio de la pandemia.

El mapa de casos de la Universidad Johns Hopkins
El mapa de casos de la Universidad Johns Hopkins

En el sur de la Florida, las dos universidades más importantes son la Universidad de Miami (UM) y la Universidad Internacional de la Florida (FIU). Ambas han colaborado con las autoridades para tratar de entender los datos epidemiológicos y encontrarles sentido, además de realizar investigaciones de distinta índole. UM se ha concentrado más en la investigación de tratamientos con células madre (la universidad tiene uno de los departamentos de tratamientos con células madre más desarrollados en el mundo), mientras que FIU –quizás por ser la universidad pública- se ha convertido en el brazo científico de los gobiernos locales.

Por la estructura política de los Estados Unidos, los gobiernos locales tienen mucha autonomía. Dada la diversidad entre las diferentes comunidades, tiene sentido que quién está al frente de Miami pueda tomar decisiones distintas que en Fort Lauderdale. Los separan sólo 48 kilómetros, pero son dos ciudades muy diferentes con necesidades diversas. Desde el comienzo de la pandemia hubo una limitación clave para los gobiernos locales para poder tomar medidas acordes a lo que estaba ocurriendo en su comunidad: prácticamente ninguna municipalidad cuenta con un equipo médico y científico como para explicar cuestiones sanitarias como la pandemia.

La ciudad de Miami, por ser la más grande la región, cuenta con un director médico. Pero no tiene epidemiólogos trabajando con él, ni acceso a toda la información médica de la ciudad (los consultorios privados sólo tienen que reportar sus casos al estado de Florida). Por lo tanto, lo que este director puede hacer es limitado. Desde la detección de los primeros casos en Miami, a comienzos de marzo, la ciudad unió fuerzas con la universidad pública para que en conjunto pudieran entender lo que estaba ocurriendo.

El departamento de emergencias (bomberos y paramédicos) de la ciudad otorga a diario datos que recolectan en las calles a FIU. Desde la universidad, además, reciben información del estado. Son miles de datos al día que se procesan y se analizan en el departamento de epidemiología y bioestadísticas de FIU.

Un científico de la Universidad de Pittsburgh trabaja en el desarrollo de una vacuna para el COVID-19 (UPMC/Handout via REUTERS)
Un científico de la Universidad de Pittsburgh trabaja en el desarrollo de una vacuna para el COVID-19 (UPMC/Handout via REUTERS)

Los científicos de la universidad ayudan a entender la famosa curva. “Al principio vimos una curva ascendente muy vertiginosa. En nuestra región de manera relativamente rápida se regularizó la situación de los exámenes de COVID 19, por lo tanto confiábamos que los datos eran certeros. Pero durante las últimas semanas la tendencia cambió. Claramente la cantidad de casos ha descendido, aunque la velocidad del descenso es mucho menor a la de la curva ascendente”, explicaba a Infobae el doctor Gabriel Odom, profesor de bioestadística de FIU.

Odom lleva más de dos meses trabajando codo a codo con la ciudad de Miami. En varias ocasiones le ha explicado a los políticos que si bien los datos son científicos, ellos no pueden predecir el futuro y por ende tienen que seguir monitoreando la situación. La tendencia hoy es positiva pero esto puede cambiar fácilmente.

“Si nos relajamos y dejamos de usar máscaras –que sirven para cuidar a los demás-, o peor aún, si dejamos de lavarnos las manos constantemente, antes de que nos demos cuenta podemos ver un segundo pico que hasta pudiera ser peor que el primero”, comentaba Odom, quien no se opone a que comience un proceso de reapertura pero que aclara que no vamos a poder volver a la normalidad total hasta que haya una vacuna o un método de tratamiento sencillo. La buena noticia, según este científico, es que el cuidado frente al virus es relativamente fácil si somos responsables. Nuestro mejor aliado como sociedad es incorporar el hábito del lavado frecuente de manos, aconseja.

La ciudad de Miami aún no ha anunciado si se sumará a la tendencia de reabrir la economía como lo ha hecho buena parte del resto de la Florida. Se espera que haya un anuncio a comienzos de semana. Lo que sí se sabe es que dicho anuncio será hecho en base a lo que hayan podido observar de la situación en la Universidad Internacional de la Florida.

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