Ultimátum de Boris Johnson: Reino Unido presentó una “propuesta final” a la Unión Europea para el Brexit

El primer ministro británico advirtió que si Bruselas no acepta su plan, cumplirá su promesa de abandonar el bloque regional a fin de mes, pese a la ley que se lo prohíbe. “Es un desenlace para el que estamos preparados”, indicó ante sus partidarios

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Boris Johnson (AFP)
Boris Johnson (AFP)

El premier británico Boris Johnson, quien este miércoles presenta su “propuesta final” sobre el Brexit a la Unión Europea, pidió a Bruselas “alguna concesión” para alcanzar un acuerdo porque de lo contrario su país, prometió, abandonará el bloque brutalmente a final de mes.

“Hoy presentamos en Bruselas lo que creo que son propuestas razonables y constructivas”, dijo el primer ministro ante los miembros de su Partido Conservador al clausurar su congreso anual en Mánchester. En su discurso, Johnson mantuvo su línea dura sobre la salida de Reino Unido de la UE, pero fue vago en detalles de lo que describió como una “oferta justa y razonable”.

El Reino Unido está haciendo concesiones y realmente espero que nuestros amigos europeos lo entiendan y hagan alguna concesión a su vez”, añadió un Johnson aferrado a su promesa de no pedir más aplazamientos. El país “abandonará la UE el 31 de octubre, pase lo que pase”, aseguró, dejando claro que la alternativa a su propuesta es una brutal salida del bloque sin acuerdo.

Ese no es el resultado que queremos, en absoluto, pero déjenme decirles que es un desenlace para el que estamos preparados”, esgrimió Johnson, entre aplausos de los centenares de afiliados conservadores. El propio gobierno ha reportado las serias consecuencias que tendría para la economía y la sociedad británica un Brexit “duro” y sin acuerdo.

El premier se ganó al público conservador con varios chistes, algunos subidos de tono
El premier se ganó al público conservador con varios chistes, algunos subidos de tono

Su principal objetivo es reemplazar la controvertida “salvaguarda irlandesa” por otro sistema que permita evitar una frontera dura entre la provincia británica de Irlanda del Norte y la República de Irlanda –país miembro de la UE– para preservar el acuerdo de paz que en 1998 puso fin a tres décadas de sangriento conflicto en la región. Su propuesta excluye controles aduaneros en la línea fronteriza, aseguró Johnson. La víspera ya había adelantado que estos podrían realizarse, por ejemplo, en las instalaciones de la empresa importadora o exportadora.

Londres busca que Irlanda del Norte cumpla con parte de las normas del mercado único comunitario tras el “brexit”, pero que abandone la unión aduanera comunitaria, lo que a priori permitiría a la región participar en futuros acuerdos comerciales que firme el Reino Unido con terceros países.

Johnson debía hablar por teléfono durante la tarde con el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, para discutir su propuesta.

No creemos que realizar controles aduaneros en la isla de Irlanda sean la base de un acuerdo entre la UE y el Reino Unido”, consideró el canciller irlandés Simon Coveney en declaraciones al canal público RTE. Pero pidió ver “los detalles” antes de hacer “un juicio más completo”.

La perspectiva de reinstaurar una frontera en la isla de Irlanda en caso de Brexit sin acuerdo preocupa particularmente al gobierno de Dublín, que lo ve como una amenaza a la frágil paz establecida hace dos décadas entre los republicanos católicos –partidarios de la reunificación de la isla– y los unionistas protestantes, leales a la corona británica.

Boris Johnson saluda al público junto a su pareja, Carrie Symonds (AFP)
Boris Johnson saluda al público junto a su pareja, Carrie Symonds (AFP)

Determinado a unir a su partido, dividido durante décadas sobre la relación con la UE, Johnson desplegó todo su carisma para seducir a los delegados, tomándose a broma su difícil relación con un parlamento que desde su llegada al poder en julio no cesa de frustrar todas sus iniciativas, en un creciente ambiente de enfrentamiento y caos.

Más de tres años después del referéndum de 2016, el complicado proceso del Brexit ha sumido en una profunda crisis política al Reino Unido. El acuerdo difícilmente negociado por la anterior primera ministra, Theresa May, fue rechazado tres veces por el parlamento británico: los euroescépticos consideraban que hace concesiones “inaceptables” a la UE mientras que para los proeuropeos sus condiciones son peores a las que tiene actualmente el país como miembro del bloque.

Inicialmente previsto para el pasado marzo, el Brexit ya fue aplazado dos veces, una decisión que requiere la aprobación unánime de los otros 27 miembros de la UE.

El parlamento británico aprobó en septiembre una ley que obliga a Johnson a solicitar otra prórroga a falta de un acuerdo el 19 de octubre, justo después de la cumbre europea.

(Con información de AFP y EFE)

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