Un sacerdote del sur de la Florida renunció luego de que su iglesia lo acusara de robar más de USD 200 mil

El religioso tuvo que devolver la totalidad del dinero y podría enfrentar acciones legales

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El padre Pewelec tuvo que regresar anticipadamente de sus vacaciones de verano en su Polonia natal
El padre Pewelec tuvo que regresar anticipadamente de sus vacaciones de verano en su Polonia natal

El padre Henryk Pawelec renunció a su posición como pastor en la Iglesia católica de Saint Coleman ubicada en Pompano Beach, Florida, luego de que la arquidiócesis de Miami denunciara que había robado dinero "para su beneficio personal".

Pawelec también fue obligado a pagar USD 236.469 a la iglesia y podría enfrentar acciones legales luego de que la parroquia reportara el incidente a la oficina del fiscal estatal, según compartió la arquidiócesis el pasado día domingo.

"Este abuso de confianza del padre Pawelec, estoy seguro, los entristece y desilusiona profundamente tanto como a mi" dijo el arzobispo de Miami, Thomas Wenski en un comunicado.

La Iglesia católica de Saint Coleman ubicada en Pompano Beach, Florida
La Iglesia católica de Saint Coleman ubicada en Pompano Beach, Florida

La arquidiócesis había decidido repasar los estados financieros de la parroquia luego de recibir denuncias de que Pewelec había desviado dinero. El religioso accedió a renunciar el pasado miércoles.

Según el sitio web de la iglesia, Pewelec asumió su cargo en 2015, como el cuarto pastor de la institución.

El padre Michael Garcia, administrador de la parroquia, ha asumido el cargo abandonado por Pewelec.

Feligreses consultados por la cadena Local 10 News aseguraron que Pewelec fue llamado a regresar antes de su Polonia natal, donde solía pasar sus vacaciones cada verano.

"Dios mío, estoy en estado de shock. Esto me ha dejado sin palabras. Esta ha sido nuestra iglesia por varios años y no tenía idea de que algo así estaba sucediendo" compartió Todd Kuntze, uno de los feligreses. "Me siento realmente mal por todos los que alrededor del mundo están lidiando con cosas como esta".

"Cualquier tipo de mal comportamiento de un sacerdote o cualquier otra persona con autoridad es profundamente perturbador, pero fallas de este tipo nos recuerdan que todos somos humanos y a la vez sacan a la luz la fragilidad de la condición humana" concluyó el arzobispo Wenski.