Huyó del nazismo, sobrevivió limpiando casas y se transformó en medallista olímpica: la increíble vida de Agnes Keleti

La ex gimnasta de 98 años se convirtió en la mujer judía con más medallas olímpicas de todos los tiempos y es una estrella en Israel

Compartir
Compartir articulo
infobae

A dos años de alcanzar el siglo de vida, Agnes Keleti parece tener la energía y la mentalidad de una joven de 30 años. La húngara se proclamó como la mujer olímpica judía más condecorada de todos los tiempos al cosechar 10 medallas durante su carrera, la cual se vio interrumpida por un hecho puntual: sobrevivir al Holocausto.

"Mi padre tenía dos niñas, pero él me crió a mí como un niño", aseguró la mujer de 98 años en una entrevista con la Agencia Telegráfica Judía (JTA). A los cuatro años comenzó su incursión en el deporte, cuando su padre le enseñó a nadar.

La agilidad que había adquirido hasta sus 18 años, su personalidad desafiante y el humor fueron las características que ayudaron a la joven a mantenerse con vida y convertirse en la atleta más exitosa de Hungría. Un logro que ni su padre ni sus tíos, asesinados en Auschwitz, pudieron disfrutar.

Keneti huyó. Con un documento de identidad falsificado se escondió en el campo. Allí pasó parte de su vida trabajando como empleada doméstica en una finca y posteriormente en una fábrica de municiones: "Yo era fuerte, trabajé duro. Nadie me hizo preguntas".

Agnes Keleti cosechó 10 medallas olímpicas
Agnes Keleti cosechó 10 medallas olímpicas

Fue recién en 1946 cuando volvió a vincularse con el deporte, reanudando sus entrenamientos como gimnasta a los 24 años. Una clavícula rota le impidió disputar los Juegos Olímpicos de Londres (1948) y tuvo que esperar hasta Helsinki 1952 para hacer su presentación oficial en un evento olímpico.

Con 31 años, era la más grande entre sus competidoras. Sin embargo, y a pesar de los 10 años de diferencia que tenía con el resto, consiguió su primera presea de oro en el ejercicio de piso por delante de la soviética Maria Gorokhovskaya y la húngara Margit Korondi. Además cosechó una medalla de plata y dos bronces (en asimétricas y aparatos por equipo).

Definitivamente su consagración fue en los Juegos Olímpicos siguientes, los de Melbourne (1956). Allí, su situación personal se volvió a entrelazar con la deportiva. Después de conseguir cuatro medallas de oro y dos de plata, la galardonada atleta de 35 años debía volver a Budapest pero el Ejército Rojo estaba presente en la ciudad para acabar con un levantamiento anticomunista.

De Melbourne a Australia, la húngara buscó asilo hasta que en 1957 decidió salir de Hungría para asentarse en Israel: "Había mucho antisemitismo (…) No era un buen ambiente para ser judío, incluso para un atleta estrella", remarcó.

La húngara vive en Israel, junto a su cuidadora y su hijo menor
La húngara vive en Israel, junto a su cuidadora y su hijo menor

Keleti no volvió a competir en una cita olímpica. Sin embargo, esas 10 medallas la situaron como la mujer olímpica judía más condecorada. En Israel continuó con su legado, con 36 años creaba el equipo nacional de gimnasia israelí: "Conduje a las chicas, les enseñé mucho", afirmó a JTA, haciendo referencia a sus años como entrenadora del grupo.

Hoy, a dos años de cumplir un siglo de vida, la ex atleta se convirtió en un héroe nacional en Israel. A pesar de haber ganado el Premio Israel (la distinción civil más alta del gobierno en la categoría deportes), Keleti mantiene su humildad.

"Tengo una buena vida aquí, me siento como en casa", reconoció la ex gimnasta que vive en un departamento en el centro acompañada de una cuidadora y con las visitas diarias de Raphael, el menor de sus dos hijos: "Me llevó un tiempo encontrar a alguien emocionalmente inquebrantable", le confesó éste a JTA, ya que la personalidad de su madre nunca cambió y no lograba consensuar con sus acompañantes.

Keleti compitió en los JJOO de 1952 y 1956
Keleti compitió en los JJOO de 1952 y 1956

Keleti, que con 98 años padece demencia que afecta su memoria a corto plazo, continúa interesada por el deporte y consideró que "las niñas comienzan muy temprano con sus entrenamientos" y que la gimnasia "se ha convertido en un circo. La capacitación debe comenzar a los 16 años y la primera competencia tendría que ser a los 18″, haciendo referencia quizás, a la estadounidense Simone Biles, que a los 16 años ganó el Campeonato Mundial.

La húngara, que fue la encargada de encender la llama olímpica en los Juegos Europeos de Maccabi 2019, reconoció que su piel se ha vuelto demasiado delgada como para continuar practicando aquellos movimientos que le dieron tantas alegrías y que su nuevo objetivo es viajar. Recorrer el mundo: "Quiero ver más. Quiero ver Sudamérica. Quiero ir a Nueva York ".

 

MÁS SOBRE ESTE TEMA: INFOBAE DEPORTES