Las formas de Guillermo del Toro: de admirador del cine Clase B a director del momento

El realizador de cine mexicano competirá para quedarse con el Oscar como mejor director por su película “La forma del agua”, que además obtuvo otras 12 nominaciones. Un repaso por la vida, pasiones y amistades del artista que convive con los monstruos de su niñez

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Guillermo Del Toro , el hombre del momento en el cine mundial
Guillermo Del Toro , el hombre del momento en el cine mundial

"Nuestro Gordo" dicen de él sus amigos, mexicanos y no, cuando se refieren al hombre del momento en el cine mundial. Guillermo del Toro es ya un ganador por su nominación como mejor director en los Oscar y por las otras 12 nominaciones que tuvo su película La forma del agua. Pero antes que eso, es un niño metido en el cuerpo de un voluminoso mexicano de 54 años, tapatío (natural de Guadalajara) para más datos, fanático del cine, amigo de los monstruos. "Todo lo que soy, en el sentido de la compulsión artística y de las historias que cuento, viene de mis primeros 11 años", dice. Y aporta el dato fantástico para entender esta afirmación que, a su vez, brinda la gran clave para entender su cine. Hubo una noche de su infancia en casa de su abuela, en Guadalajara, Jalisco, en que hizo un pacto de amistad con esas criaturas que lo visitaban en la oscuridad. Así lo cuenta él en entrevistas o habituales conversaciones cinéfilas con sus amigos, eventuales entrevistadores o cualquier fan que se acerque en busca de una selfie (o de un autógrafo, especie en extinción), dónde quiera que se lo encuentre.

En varios sentidos, La forma del agua es una rareza, una anomalía para el poco amistoso ámbito de festivales y premios hacia el género fantástico. La historia de una limpiadora muda que se enamora de un maltratado anfibio humanoide, en los pasillos grises de un laboratorio estadounidense durante la Guerra Fría, suma premios y ahora pronósticos favorables para los Oscar pero más importante que eso, genera inmediata emoción.

"Nadie va con los aviones en King Kong, todo el mundo apuesta por el gorila. Supongo que esta segunda opción encaja mejor con mi forma de entender el mundo", dice el responsable de este pequeño fenómeno cultural de 2018. "Vi La mujer y el monstruo en la televisión, esa criatura nadando bajo Julie Adams y su bañador blanco. Me enamoré de ambos y de la idea de ese amor: quería que acabaran juntos, cosa que no ocurrió. Así que se me grabó en la cabeza la idea de corregir ese error cinematográfico (risas)", cuenta sobre la génesis de su idea. Sus palabras al recibir el año pasado el León de Oro en Venecia cierran el círculo de sus intenciones como realizador. "Vivimos en un mundo raro, donde odio y cinismo se consideran discursos inteligentes y si hablas de sentimientos suenas como un idiota. La emoción es el antídoto, es el nuevo punk. Por eso quería una película enamorada del amor y del cine, mi obra más esperanzadora". Y detrás de la película que emociona, hay un hombre, al que todos sus amigos llaman cariñosamente de otra manera.

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"Gordo" le dice Santiago Segura, el creador de Torrente, uno de sus grandes amigos de la vida. Es gracioso escucharlo al actor español porque cuando habla de su amigo del Toro repite la palabra. "Gordo" le dice Segura. "Gordo" le responde del Toro. "Siempre tienes algún pequeño papel en los filmes de Guillermo del Toro. ¿Cuál es su próximo proyecto?", le preguntaron a Segura antes del comienzo del Festival de Sitges, Cataluña, en donde su amigo era presidente del Jurado. "Comer hasta reventar", respondió. La amistad entre Segura y del Toro se afirma en esta evidente pasión gastronómica que comparten pero además, en una muy íntima relación personal y profesional. "Santiago es gran amiguete y actor sensacional", dijo el director mexicano cuando le preguntar por qué lo había convocado para integrar el elenco de su fallida producción de El hobbit, la película que no pudo hacer por un cataclismo presupuestario de la productora y que finalmente terminó realizando Peter Jackson. Allá fue Segura, hasta las lejanas tierras medievales de Nueva Zelanda, y permaneció con su amigo durante varias semanas hasta que las malas noticias llegaron desde Los Angeles. "No importó, la pasamos súper, comiendo y hablando de cine. Por él conocí a Oliver Stone y a Peter Jackson ¿Sirvió para algo? Pues no, pero es no es lo que importa ¿no'", le dijo Segura a este cronista hace unos años, en una entrevista promocional de la quinta parte de su película-marca más famosa.

Junto a Santiago Segura
Junto a Santiago Segura

Una anécdota refleja la relación. Y el buen humor permanente de Segura. "Me gusta escribir a su lado porque es muy disciplinado. Codo con codo, yo redacté Torrente 2 y él, El espinazo del diablo; yo, Torrente 3 y él, El laberinto del fauno. Dos personas en la misma habitación de hotel, y mira lo que hizo él, Oscars incluidos, y lo que me sale a mí…"

Otros amigos cuentan además que las visitas a un día de filmación con Del Toro son íntimas, divertidas y memorables. "Es él quien nos conecta para ser amigos", le dijo a la revista colombiana Gatopardo Parker Lyons, fundador de DelToroFilms.com, el único sitio oficial de Guillermo del Toro en internet. "Ahora vemos a las mismas personas cada dos años, experimentamos juntos el proceso de sus películas y la pasamos muy bien". El sentimiento está reflejado en la portada de la web. Una extensa y muy especial carta escrita por Lyons, reza "Querido Guillermo: He tenido el privilegio único de ser un observador activo de tu increíble carrera desde 2004, cuando nuestro sitio albergaba a una pequeña banda de admiradores (…) Nuestro sitio sigue siendo solo una pequeña esquina en el ciberespacio, pero cada día, a través de nuestras cuentas en las redes sociales o de las decenas de artículos web que recopilamos, vemos el amor y la adoración que la gente tiene por vos como artista y como persona". Y remata: "No es suficiente decir simplemente felicitaciones cuando tu trabajo significó tanto para muchos. En cambio, permitirnos a tus admiradores, decir gracias. Por tu arte, consuela e inspira a muchos. Por enseñarnos sobre cine, hemos aprendido mucho de ti. Por tu generosidad y por llegar tarde luego de firmar tantos autógrafos como sea posible, y darle a cada persona su momento. Por los abrazos y las palabras de aliento para los aspirantes a artistas y cineastas".

El hombre de los monstruos
El hombre de los monstruos

"Querer al Gordo te reconforta y te reconcilia con la raza humana porque te demuestra que el éxito no está peleado con tener los pies en la tierra", escribió la fotógrafa Lucy Nicholson de la agencia Reuters. "Iba caminando por la calle de Santa María Elisabetta en el Lido cuando me llamó la atención un grupo de adolescentes que habían creado un círculo espontáneo y en medio de él había una persona firmando libretas y trozos de papel. Era Guillermo del Toro que, después me dijo, había decidido salir a dar una vuelta y nunca imaginó que lo reconocerían. Ese día me quedé observando cómo Guillermo con paciencia, además de estampar su firma en cada uno de los materiales improvisados, les dibujaba un monstruito y les preguntaba a qué se dedicaban y qué les gustaba hacer. No se movió hasta que terminó de hablar con todos. Tampoco perdió la sonrisa. Iba solo, sin publicistas, relaciones públicas, colegas, representantes o cualquier parafernalia que suele rodear a los que son famosos —y los que no lo son tanto— en los grandes festivales".

Hay otros amigos felices por su momento. Nada menos que Alfonso Cuarón y Alejandro González Iñárritu, parte de los "Tres Amigos". Juntos, son las grandes estrellas del cine mexicano a escala global. Si el 4 de marzo se confirman los pronósticos, Del Toro se unirá a ellos en el club de los ganadores del Oscar: Iñarritu lo hizo con Birdman en 2015 (Mejor película, director, fotografía y guión original); Cuarón lo consiguió un año antes, 2014, con Gravedad (Mejor Director y otros seis premios por mezcla de sonido, edición de sonido, edición, efectos visuales, banda sonora original y fotografía).

Alfonso Cuarón, Alejandro González Iñárritu y Del Toro: “Los tres amigos”
Alfonso Cuarón, Alejandro González Iñárritu y Del Toro: “Los tres amigos”

Los tres se conocieron en los primeros años de sus carreras, a finales de los años 80. Cuarón y Del Toro trabajaron en una serie de horror titulada La hora marcada. Una década después, González Iñárritu conoció a Cuarón cuando preparaba su filme Grandes esperanzas (1998) y a Guillermo del Toro durante el proceso de edición de Amores Perros (2000). Cuenta la leyenda que le envió a Del Toro una primera versión de su famosa ópera prima y a cambio recibió diez llamadas telefónicas extensas con consejos, que culminaron con una visita de tres días de Del Toro a casa de González Iñárritu para ayudarlo a editar varios minutos que le sobraban a la película. La relación profesional de estos tres directores ha influido en la obra de cada uno, además de llevarlos a fundar su propia casa productora, Cha Cha Cha Films.

Al respecto, el crítico de cine y ensayista mexicano Luis Reséndiz ensaya una primera aproximación a lo que representa esta generación dorada del cine mexicano en el siglo XXI. "del Toro es una figura imprescindible a la hora de entender el cine mexicano pero lo es no solo ni aislado, sino en función de Alejandro González Iñárritu y Alfonso Cuarón. Los tres comenzaron sus carreras con un cine que, en diversas medidas, se alejaba una y otra vez de ciertos temas comunes a nuestro cine, entre ellos el localismo producto de la llamada Época de oro. Los tres —cada uno desde sus respectivas trincheras— apostaron por un cine bien fincado en la identidad nacional. Cronos, la ópera prima de del Toro, como Solo con tu pareja (Cuarón) o Amores perros (Iñarritu), sucede en la Ciudad de México pero ampliándose a otras latitudes temáticas y formales que, aunque no desconocidas para el cine nacional, al menos no eran tendencias mayoritarias: los vampiros, o la comedia romántica cosmopolita, en el caso de Cuarón, o la network narrative de Iñárritu".

Menos analítico, más visceral, sobre el final de su texto tipeado en el teléfono mientras viaja en colectivo por las calles de la gigantesca Ciudad de México, Reséndiz da en el blanco. "Para los que crecimos con ficción barata y sin prestigio, del Toro es uno de los nuestros", afirma. "Es uno de nuestra pandilla que sí la hizo, que logró triunfar pese a (o gracias a que supo capitalizar) su amor por la serie B. Por eso lo queremos tanto, porque es el ñoño que trascendió".

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