Argentina ha elegido codearse con los regímenes opresores

Al no acompañar los pronunciamientos de la OEA y el Grupo de Contacto contra las elecciones fraudulentas en Venezuela, el gobierno de Alberto Fernández ha provocado que nuestro país se convierta en un actor cada día menos confiable en la región

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Nicolás Maduro, tras votar en
Nicolás Maduro, tras votar en las elecciones legislativas de Venezuela

De acuerdo con el comunicado de la Cancillería sobre la abstención de nuestro país frente al pronunciamiento de la Organización de los Estados Americanos sobre las elecciones en Venezuela, el embajador ante el organismo, Carlos Raimundi, lamentó que “la OEA no haya contribuido a fortalecer el sistema democrático en Venezuela”.

Me apena que el embajador falte a la verdad ya que un número importante de países miembros de la OEA, incluyendo la Argentina durante la gestión de Mauricio Macri, promovimos con fervor y enorme responsabilidad la aplicación de la Carta Democrática Interamericana en Venezuela (un llamado para cumplir un conjunto de obligaciones que han sido libremente acordadas, negociadas y aceptadas por miembros de la organización) y fue la posición de países “abstencionistas” como la Argentina del presidente Alberto Fernández la que frustró todos esos intentos. Lamentablemente asistimos al mismo patrón de conducta respecto a la Nicaragua del régimen Ortega-Murillo.

La aplicación de la Carta Democrática sustenta la invocación del artículo 20 del citado documento que fue aprobado en el año 2001 con el fin de “promover y defender la democracia” para aquellos casos en los que en uno de los Estados miembros de la OEA “se produzca una alteración del orden constitucional que afecte gravemente su orden democrático” y que permite la convocatoria del Consejo Permanente para determinar las medidas diplomáticas que contribuyan a la “normalización”.

Con su abstención, nuestro país, alejado ya del Grupo de Lima, abandona también el Grupo de Contacto Internacional al que se había incorporado recientemente, al no acompañar un comunicado de términos similares a la Resolución del Consejo Permanente de la OEA que nos ocupa y a decenas de comunicados individuales de países comprometidos con la recuperación de la democracia y el respeto de los derechos humanos en Venezuela. La Argentina ha elegido codearse con las dictaduras y los regímenes opresores del hemisferio encaminándose hacia el triste mote de paria.

También nos alejamos del resto del mundo. Por su parte, la Unión Europea desconoce las elecciones y mantiene las sanciones a Venezuela, en vigor desde 2017. Rusia, China, Irán y Cuba están enviando asesores militares para reestructurar la Fuerza Armada Nacional Bolivariana. A Venezuela solamente la apoyan Bolivia (con la vuelta del Movimiento al Socialismo al poder) y México (finalmente, AMLO se decanta por el populismo de izquierda). Asimismo, se abstuvieron Trinidad y Tobago (que persigue a los emigrantes venezolanos) y Nicaragua (con Ortega como socio estratégico del chavismo).

Con actitudes como las descritas, el gobierno argentino ha provocado que nuestro país se convierta en un actor cada día menos confiable en la región.

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