El incensario de la vida y de la muerte se exhibe por primera vez en Teotihuacan

El INAH exhibe por primera vez el Incensario de la vida y de la muerte en el Museo de los Murales Teotihuacanos

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La pieza arqueológica, hallada en
La pieza arqueológica, hallada en San Francisco Mazapa, Teotihuacan. FOTO: INAH

Por primera vez, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) exhibe un incensario “tipo teatro” tras un meticuloso proceso de restauración, convirtiéndolo en la pieza del mes en el Museo de los Murales Teotihuacanos, Beatriz de la Fuente.

Esta pieza, conocida como el “Incensario de la vida y de la muerte” por la serie de cráneos que la decoran, fue hallada en 2007 en San Francisco Mazapa, municipio de Teotihuacan, Estado de México, y su antigüedad se remonta a la fase Tlamimilolpa Tardío, entre los años 250 y 350 d.C.

El incensario, que permaneció fragmentado durante siglos, fue recuperado durante labores de salvamento arqueológico dirigidas por la arqueóloga Rosalba Aguilera Muñoz.

El incensario mide 82 centímetros
El incensario mide 82 centímetros de alto por 54 de ancho y destaca por su base bicónica y aplicaciones cerámicas únicas. FOTO: INAH

El incensario de Teotihuacan revela secretos tras su restauración

Según explicó Jesús Torres Peralta, encargado del Departamento de Museos y Comunicación Educativa de la Zona Arqueológica de Teotihuacan (ZAT), los teotihuacanos solían “matar” estos objetos tras su uso ritual: “Se encontró roto. Los teotihuacanos los ‘mataban’, como decimos técnicamente. Después de usarlos para quemar copal, los desarmaban a propósito, para luego enterrarlos, una capa sobre otra”.

La restauración, dirigida por Juan Alfonso Cruz, jefe del Departamento de Restauración de la ZAT, se extendió entre marzo y octubre de 2025.

El proceso implicó unir y resanar cerca de 700 fragmentos.

Para lograrlo, el equipo recurrió a fotografías y planos de excavación, lo que permitió reconstruir la estructura original y determinar la orientación del objeto.

Una vez estabilizado el material y limpiadas las piezas, comenzó el ensamblaje, en el que cada elemento fue colocado como si se tratara de un rompecabezas.

Las fisuras se resanaron con pasta cerámica y, posteriormente, se integraron las reparaciones para que el objeto luciera íntegro.

Durante la restauración, se observó que las aplicaciones del incensario estaban unidas con barro crudo, lo que, según Torres Peralta, sugiere que “no lo cocían, quizá con el fin de desarmarlo y guardarlo o enterrarlo después de usarlo”.

La historia detrás del incensario que une vida y muerte en Teotihuacan

El incensario mide 82 centímetros de alto por 54 centímetros de ancho y está compuesto por una base bicónica que sirve de contenedor de incienso y copal, sobre la que se coloca una tapa coniforme y un tubo vertical que actúa como chimenea.

Las aplicaciones de cerámica que simulan entretelones le otorgan la denominación de “tipo teatro”.

La pieza se divide en tres secciones, que posiblemente representan el inframundo, el mundo terrenal y la parte celeste.

En la sección central destaca una máscara decorada con pintura negra cerca de la boca y tinte blanco en parte del rostro. Bajo la nariz y sobre la boca se encuentra una nariguera de cerámica en forma de mariposa o talud-tablero, un rasgo distintivo del arte teotihuacano.

Esta nariguera exhibe tres pequeños cráneos y uno adicional en el centro de un medallón circular en el tocado, una característica inédita en otros braseros conocidos.

El incensario también presenta representaciones de dos lechuzas con grandes ojos, mariposas, manojos de plumas, signos acuáticos en forma de gotas y una flor de cuatro pétalos, todos ellos modelados como pequeñas aplicaciones cerámicas.

El proceso de restauración y conservación de la pieza se documentó en el audiovisual Conservación y restauración en Teotihuacan, dirigido por Rafael Morales y disponible en el canal de YouTube Relatando historias.

La exhibición del incensario se realiza durante diciembre de 2025 en el Museo de los Murales Teotihuacanos, Beatriz de la Fuente, ubicado en la carretera Ecatepec-Pirámides, km 22+600, Teotihuacan, Estado de México. El museo abre de lunes a domingo, de 9:00 a 16:00 horas, y el costo de acceso es de 100 pesos.