Violencia en Michoacán: 4 casos clave que evidencian el repunte de inseguridad

El crimen organizado ha pasado de la extorsión cotidiana al uso de tácticas de alto impacto, incluidos explosivos

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La violencia en Michoacán ya
La violencia en Michoacán ya no es un problema de fondo, sino una amenaza inmediata para comunidades y autoridades. EFE/ Iván Villanueva

Durante años Michoacán ha convivido con extorsiones, disputas por rutas y presencia de grupos armados que condicionan la vida económica y política local.

Pero en los últimos meses el problema se ha hecho más visible y más agresivo: ataques directos contra autoridades y líderes sociales, impacto sobre economías rurales clave (como el limón) y, de forma preocupante, el uso de tácticas con explosivos.

El estado, gobernado por el morenista Alfredo Ramírez Bedolla, enfrenta un escenario donde la violencia ya no se percibe como “un problema de fondo”, sino como una amenaza inmediata para comunidades, productores y funcionarios.

La administración de Bedolla lidia
La administración de Bedolla lidia con un conflicto fragmentado que rebasa las capacidades locales.
  • Ataque en caseta de vigilancia

La noche del 5 de octubre se registró un ataque armado contra una caseta de vigilancia en la salida de Buenavista Tomatlán hacia Tepalcatepec.

El saldo fue de dos policías muertos, un civil fallecido y una mujer herida.

El operativo fue descrito como una acción rápida y con armas de alto poder, con un patrón que apunta a capacidad de ejecución y retirada sin una reacción efectiva en el punto de control.

  • Asesinato de Bernardo Bravo

El 20 de octubre fue localizado sin vida Bernardo Bravo, productor de limón y presidente de la Asociación de Citricultores del Valle de Apatzingán.

Su figura era relevante por haber denunciado públicamente la presión de extorsión sobre el sector agrícola.

El homicidio se interpretó como un mensaje de intimidación directa contra quienes intentan visibilizar el cobro de piso y el control criminal sobre la cadena productiva.

Tras la muerte de Carlos
Tras la muerte de Carlos Manzo y Bernardo Bravo se implementó el Plan Michoacán. (FB)
  • Asesinato del alcalde Carlos Manzo

El 1 de noviembre, durante un evento público en Uruapan, el alcalde Carlos Manzo fue abatido a tiros en medio de la conmemoración del Día de Muertos.

El hecho golpeó la percepción de protección institucional: incluso con esquemas de resguardo, un funcionario con visibilidad política quedó expuesto en un entorno masivo, y el mensaje que dejó fue el de una capacidad criminal para operar en espacios públicos y de alto impacto simbólico.

  • Coche bomba en Coahuayana

El 6 de diciembre, un vehículo con explosivos detonó frente a instalaciones vinculadas a la seguridad comunitaria en Coahuayana, con un saldo de cinco muertos y al menos 12 heridos.

Este tipo de ataque, por su carácter indiscriminado y su capacidad de generar pánico, refuerza la idea de una violencia que ya no se limita al ajuste de cuentas tradicional y que busca ordenar el territorio mediante terror y disuasión.

Explosión Coahuayana  Michoacán heridos
Explosión Coahuayana Michoacán heridos (@Tipitapas/X)

Por qué el conflicto se reconfigura (CJNG y Cárteles Unidos)

El repunte se explica, en buena parte, por una disputa territorial y económica entre el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y agrupaciones que en distintos puntos del estado operan bajo la lógica de “Cárteles Unidos” (coalición de células locales y redes criminales regionales que buscan frenar la expansión del CJNG).

En ese choque, el territorio —y las economías que lo sostienen— se vuelve el botín: rutas, puntos de paso, control de comunidades y, en zonas agrícolas, el control sobre productores mediante extorsión y amenazas.

El resultado es una violencia más fragmentada (múltiples frentes y actores) y al mismo tiempo más directa contra quien denuncia o intenta organizar resistencia social.

La disputa entre el CJNG
La disputa entre el CJNG y Cárteles Unidos es hoy el eje del conflicto armado en Michoacán. Crédito: Gobierno de México

Plan Michoacán por la Paz y la Justicia: qué es y qué busca cambiar (la parte que faltaba)

Ante el aumento de hechos de alto impacto, Claudia Sheinbaum junto con el gobierno estatal presentaron el Plan Michoacán por la Paz y la Justicia, encabezado por Omar García Harfuch, como una estrategia integral que no se limita al operativo de fuerza.

Se plantean más de 100 acciones agrupadas en 12 ejes y una inversión superior a 57 mil millones de pesos (con participación federal y estatal).

En el componente de seguridad, el plan establece un fortalecimiento de la estrategia nacional en Michoacán con cuatro líneas centrales: atención a causas, consolidación de la Guardia Nacional, refuerzo de inteligencia e investigación y coordinación interinstitucional.

También prevé la presencia coordinada de elementos de SEDENA y SEMAR en el estado.