La alfalfa es una planta herbácea perteneciente a la familia de las leguminosas que see caracteriza por su tallo erecto, hojas compuestas por tres folíolos y flores de color violeta o púrpura.
La alfalfa se cultiva principalmente como forraje para animales debido a su alto contenido de proteínas y nutrientes.
Sin embargo, por esta razón es que también se consume en la alimentación humana, sobre todo en forma de brotes, suplementos o infusiones. Sus semillas y hojas se han usado en la medicina tradicional y la herbolaria desde tiempos remotos.
Es por eso que aquí te contamos cuales son sus numerosas propiedades, las cuales incluso pueden ayudar a provenir enfermedades.
<b>Cuáles son las propiedades curativas de la alfalfa</b>
Como mencionamos la alfalfa (Medicago sativa) es una planta utilizada en la medicina tradicional por sus posibles beneficios para la salud. Diversos estudios y tradiciones populares le atribuyen las siguientes propiedades:
- Fuente de nutrientes: Contiene vitaminas A, C, E y K, minerales como calcio, potasio, hierro y magnesio, y proteínas vegetales.
- Efecto antioxidante: Contribuye a combatir el daño oxidativo gracias a su contenido de compuestos fenólicos y vitamina C.
- Apoyo digestivo: Se usa para aliviar problemas leves de indigestión y mejorar el tránsito intestinal por su aporte de fibra.
- Reducción del colesterol: Algunos estudios señalan que puede ayudar a disminuir los niveles de colesterol en sangre.
- Acción diurética: Favorece la eliminación de líquidos y puede apoyar en el tratamiento de la retención de líquidos leve.
- Alivio de síntomas menopáusicos: Por sus fitoestrógenos, se estudia como apoyo para atenuar los sofocos y otros síntomas de la menopausia.
- Favorece la lactancia: Tradicionalmente se ha utilizado para estimular la producción de leche materna.
Cómo consumir alfalfa para obtener sus beneficios para la salud
La alfalfa puede consumirse de diversas formas para aprovechar sus posibles beneficios para la salud:
- Brotes frescos: Los brotes de alfalfa pueden incluirse en ensaladas, sándwiches o como acompañamiento en platos fríos. Asegura un lavado adecuado antes de comerlos para evitar riesgos sanitarios.
- Infusiones: Las hojas secas de alfalfa pueden prepararse en infusiones. Se recomienda consultar la cantidad adecuada con un profesional de la salud.
- Tabletas o suplementos: Existen tabletas, cápsulas o extractos de alfalfa estandarizados, disponibles en tiendas especializadas. Estas presentaciones ofrecen concentraciones controladas.
- Jugo verde: Las hojas frescas pueden licuarse junto con otras verduras para preparar jugos verdes.
- Polvo: El polvo de alfalfa puede añadirse a batidos, yogur o jugos.
Resulta importante no exceder las dosis recomendadas y consultar con un profesional antes de incorporar la alfalfa de forma regular, especialmente en caso de embarazo, lactancia, enfermedades crónicas o uso de medicamentos.
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