Sismo en México: temblor magnitud 4.1 con epicentro en Crucecita

Debido a su ubicación geográfica, México está continuamente expuesto a sufrir este tipo de eventos sísmicos

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El sismo fue detectado por el Servicio Sismológico Nacional. (Infobae)
El sismo fue detectado por el Servicio Sismológico Nacional. (Infobae)

Un sismo de 4.1 de magnitud y con una profundidad de 33.8 kilómetros tomó por sorpresa a los pobladores de la ciudad de Crucecita a las 16:24 hora del centro (22:24 UTC) este 23 de febrero.

El movimiento tuvo como epicentro 53 km al sureste de dicha población del estado de Oaxaca, de acuerdo información preliminar del Servicio Sismológico Nacional (SSN).

Ante una actividad sísmica importante, el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred)recomienda no caer en rumores, ni noticias falsas y solo informarse en fuentes oficiales, como las autoridades de Protección Civil, tanto locales y estatales, así como federales.

Tras un terremoto, checa tu hogar en búsqueda de posibles daños, utiliza tu celular solo en emergencia, no prendas cerillos o velas hasta asegurarte que no hay alguna fuga de gas y recuerda que se pueden presentar réplicas del sismo, por lo que es importante estar alerta.

También puedes seguir las siguientes medidas antes de un sismo: prepara un plan de protección civil, organiza simulacros de evacuación, identifica zonas de seguridad en casa, escuela o lugar de trabajo y alista una mochila de emergencia.

Durante un temblor guarda la calma y ubícate en un lugar seguro, aléjate de objetos que puedan caer; si estás en un automóvil, estaciónate y aléjate de edificios, árboles y postes; y si te encuentras en la costa, aléjate de la playa y refúgiate en zonas altas.

(Jovani Pérez/Infobae)
(Jovani Pérez/Infobae)

Actividad sísmica en México

Esta no es la primera vez que México sufre este tipo de embate de la naturaleza. Su posición geográfica lo coloca en riesgo constante de vivir estos eventos. Así, en 1985 y 2017, hubo movimientos sísmicos que provocaron una enorme destrucción en la nación. Pese a que estos dos son los más reconocidos en la actualidad, no son los de mayor magnitud en el territorio.

El 28 de marzo de 1787, un Oaxaca colonial se vio estremecido por el que ha sido el terremoto más fuerte registrado en lo que hoy es México hasta ahora. Con una magnitud de 8.6, fue seguido de un tsunami que se adentró 6 kilómetros más allá de la costa.

Expertos del Centro de Instrumentación y Registro Sísmico (Cires) estiman que será posible la repetición de situaciones semejantes en el futuro próximo. Dichas conclusiones surgieron a partir de un estudio fechado en 2009 que pretendía analizar el evento citado. Se dijo entonces que puede haber terremotos de una magnitud similar en las costas de México y Centroamérica. Lo anterior porque dicha zona posee gran potencial para acontecimientos de naturaleza geológica, dada su ubicación en la llamada Brecha de Guerrero.

Pero incluso terremotos de menor magnitud pueden provocar grandes afectaciones. Ejemplo de lo anterior fueron los eventos sísmicos de 1985 y 2017. En aquellas oportunidades, la vida de los pobladores de la Ciudad de México se vio trastocada, al tiempo que tanto el Gobierno como los ciudadanos particulares reconstruían edificios e infraestructura.

En cuanto al de 1985, ocurrió el 19 de septiembre de ese año a las 7:19 horas locales (13:19 UTC), con epicentro en el estado de Guerrero y una magnitud de 8.2. Desde entonces, se creyó que nada igual se repetiría, pero, casualmente, volvió a suceder exactamente 32 años más tarde.

El de 2017 se dio entre los estados de Puebla y Morelos a las 13:14 hora del centro (18:30 UTC). El saldo de víctimas humanas alcanzó las 369 muertes.

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