Los errores que han vuelto irrelevante a Marcelo Ebrard en la vida política de México, según Loret de Mola

El extitular de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) y quien perdió la candidatura presidencial del partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena) fente a Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard Casaubón, es cada vez más irrelevante en la vida política de México.

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Así lo señaló el periodista Carlos Loret de Mola en su columna Historias de Reportero de este jueves, titulada Marcelo se hace chiquito, chiquito.

En ella, Loret de Mola recuerda que hace apenas tres meses y medio, Ebrard contaba con más del 70% del conocimiento y un saldo de opinión positivo en las encuestas. “Y si eso solamente le alcanzaba para ser el segundo personaje mejor posicionado en la carrera presidencial del 2024 era porque el presidente López Obrador ordenó que toda la “cargada” fuera a favor de Claudia Sheinbaum desde tiempo atrás”.

Loret acusa que Ebrard desperdició todo el capital político que tenía.

Según el periodista, el presidente diseño un proceso para simular democracia, para definir la candidatura presidencial de Morena, pero evitando a la vez que las preferencias electorales se movieran. AMLO prohibió debates y contrastes, lo que sería la principal ruta para subir y bajar en las encuestas.

Con esas reglas sobre la mesa, muchas personas le dijeron a Ebrard que no debía presentarse a esa “farsa” si en verdad quería la candidatura, sin embargo, él decidió participar y lo más que hizo fue ir construyendo una narrativa de salida de Morena, un listado de irregularidades, agravios e inequidades.

Ebrard, señala el periodista, demoró demasiado en romper con el partido fundado por AMLO. Para Loret de Mola, ya es tarde, “que ninguna otra corcholata le hiciera segunda, lo dejó aún más solo. Aunque tiene razón en sus argumentos, Ebrard perdió en la guerra de percepciones: por haberse tardado, no fue la víctima del fraude que pudiera romper con apoyo ciudadano sino el mal perdedor que se va quedando solo y va perdiendo peso”.

A pesar de todo, Morena le ha dejado las puertas abiertas para que tenga como premio de consolación el Congreso o en el gabinete, sin embargo, señala Loret, Ebrard mantiene su postura de anular el proceso de selección. Sheinbaum ya lo ha dejado atrás y da muestras de que no lo necesita.

Loret explica en su texto que día con día Ebrard se vuelve más irrelevante. En caso de que decida quedarse en Morena, “será un ridículo político de notables dimensiones”. En caso de que decidiera irse a Movimiento Ciudadano, como se ha especulado, ya no sorprenderá a nadie, además de que en las encuestas no hay gran diferencia para ese partido si postula a Ebrard o a Samuel García.

En caso de que Ebrard apoye a la panista Xóchitl Gálvez, que se ve muy improbable, podría “dar un poco de oxígeno a una campaña que luce estancada y recibirlo a cambio”. Concluye señalando que la política da sorpresas, y en el caso de Ebrard, él es una de ellas, pero para mal.