Idaho suspendió la administración de vacunas contra la COVID-19 en seis condados

En una medida sin precedentes en Estados Unidos, el departamento de salud pública del suroeste de Idaho ha suspendido la provisión de vacunas contra la enfermedad de Covid-19 en seis condados, una acción que ha generado controversia y preocupación en la comunidad médica y sanitaria. La decisión fue tomada por el consejo de administración sanitaria de la región, en una ajustada votación de cuatro votos a favor y tres en contra, convirtiéndose en el primer organismo en el país en restringir completamente el suministro de vacunas contra el coronavirus en su jurisdicción, reportó The Associated Press.

La resolución se produjo pese a la defensa del Dr. Perry Jansen, director médico del distrito de salud, quien advirtió sobre el impacto de la decisión en las poblaciones más vulnerables. Durante su intervención ante el consejo, el Dr. Jansen insistió en que su enfoque era “cuidadoso” y no “ciego”, enfatizando la importancia de mantener las opciones de vacunación accesibles para aquellos que dependen del sistema público de salud. “Este no es un enfoque ciego en el que todos reciben una vacuna. Es un enfoque meditado”, señaló Jansen, según The Associated Press. Sin embargo, sus argumentos no fueron suficientes ante la presión de sectores públicos y grupos antivacunas que apoyaron la restricción.

La decisión también se basó en la notable disminución en la demanda de vacunas en la región. Mientras que en 2021 el departamento administró más de 1,600 dosis, este año apenas ha distribuido 64 vacunas. No obstante, el Dr. Jansen y otros partidarios de continuar la vacunación subrayaron el impacto que la prohibición podría tener en los sectores más desfavorecidos de la comunidad, como personas sin hogar y migrantes, quienes frecuentemente no tienen otra opción para acceder a estos servicios. “Las personas que se vacunaban en el Departamento de Salud (...) no tenían otras opciones”, afirmó un portavoz citado por The Associated Press.

Kelly Aberasturi, presidente del consejo de administración, expresó su decepción con la resolución, aunque inicialmente apoyaba la medida de suspender las vacunas. En declaraciones a The Associated Press, Aberasturi advirtió sobre el precedente que esta decisión podría sentar, preocupándose especialmente por su impacto en otros tratamientos y vacunas. “El consejo traspasó los límites de la relación entre pacientes y sus médicos”, comentó Aberasturi, subrayando los posibles riesgos para la salud pública en Idaho, un estado que ya cuenta con una de las tasas más altas de exenciones de vacunación infantil en el país.

Aberasturi también indicó que en la próxima reunión del consejo propondrá una excepción que permita continuar vacunando a personas mayores y a residentes de instalaciones de cuidados a largo plazo, sectores que pueden estar en mayor riesgo frente al Covid-19. “El consejo está para cuidar la salud y el bienestar de los residentes del distrito”, defendió.

Los miembros del consejo que votaron a favor de la restricción sostienen que la disponibilidad de vacunas en farmacias y clínicas privadas justifica que el departamento de salud se desvincule del suministro. Asimismo, algunos miembros alegaron que de seguir ofreciendo las dosis podría interpretarse como una validación institucional de las vacunas, un argumento que ha sido fuertemente cuestionado por especialistas en salud pública. Adriane Casalotti, experta consultada por The Associated Press, indicó que en otros casos en Estados Unidos, las razones para suspender campañas de vacunación han sido el costo o la baja demanda, pero nunca basadas en un juicio sobre el producto médico en sí.

En contraste con la postura adoptada por el consejo del suroeste de Idaho, la asistencia sanitaria estatal continúa recomendando a la población que considere la vacunación contra el Covid-19 para protegerse contra posibles complicaciones de la enfermedad. Los centros de salud comunitarios seguirán disponibles para los residentes sin seguro médico o con acceso limitado, según subrayó The Associated Press.

La decisión de suspender las vacunas contra el Covid-19 llega en un contexto sanitario complejo para Idaho. En años recientes, el estado ha lidiado con brotes de enfermedades prevenibles, como el brote de sarampión del año pasado, que afectó a diez personas y alertó sobre la necesidad de fortalecer los protocolos de vacunación y de salud pública. Este tipo de emergencias resaltan la importancia de mantener la disponibilidad de vacunas y de implementar estrategias adecuadas de respuesta ante fenómenos de salud que pueden desbordar la capacidad de atención.

El debate en el suroeste de Idaho refleja una creciente tensión entre sectores que ven la vacunación como una opción voluntaria y aquellos que consideran que la salud pública debe ser prioritaria en las decisiones políticas. La situación de este distrito es un recordatorio de los desafíos que enfrentan las autoridades de salud para equilibrar la política sanitaria con la protección y atención de comunidades en situación de vulnerabilidad.