La joya histórica de Andalucía: es la única sinagoga medieval que se conserva en la región y está en una ciudad Patrimonio de la Humanidad

Junto con las dos de Toledo, esta sinagoga es un tesoro histórico en nuestro país resultado del gran legado judío que atesora España

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Sinagoga de Córdoba, en Andalucía
Sinagoga de Córdoba, en Andalucía (Adobe Stock).

A lo largo de los siglos, la diversidad religiosa y cultural ha dejado una huella profunda en España. Pasear por las antiguas juderías invita a reconstruir historias de convivencia, esplendor intelectual y también persecución. Entre muros de cal, calles estrechas y plazas tranquilas, la herencia judía sobrevive en monumentos excepcionales que, contra todo pronóstico, han resistido guerras, olvidos y cambios de propietario. De las ciento de sinagogas levantadas en la Península, solo tres medievales permanecen en pie. Andalucía, en ese relato de supervivencia, conserva una auténtica joya en el corazón de Córdoba.

En la ciudad declarada Patrimonio de la Humanidad, la vida judía formó parte del tejido social y cultural durante siglos, aportando figuras insignes como Maimónides y dejando un legado difícil de igualar. A diferencia de muchos otros templos desaparecidos o transformados, la Sinagoga de Córdoba se mantuvo en pie desde su construcción en 1315 hasta nuestros días, siendo la única medieval íntegra en Andalucía y una de las tres que han llegado a la actualidad en toda España junto a las dos sinagogas de Toledo.

Al acceder al conjunto, el visitante se encuentra primero con un pequeño patio, un espacio recogido que invita al recogimiento antes de atravesar el umbral de este relevante vestigio sefardí. La sala principal sorprende por su tamaño: apenas 6,97 por 6,37 metros, pero cualquier limitación desaparece frente a la magnificencia de sus detalles. Las paredes lucen yeserías mudéjares de gran refinamiento, inscripciones hebreas, intrincados motivos geométricos y formas vegetales, componiendo una riqueza visual que atestigua la convivencia de tradiciones y estilos artísticos.

Un legado vivo de la convivencia medieval

Sinagoga de Córdoba, en Andalucía
Sinagoga de Córdoba, en Andalucía (Adobe Stock).

El edificio, levantado en tiempos de la Córdoba multicultural, revela en su misma estructura el testimonio de épocas de tolerancia, creatividad y diálogo entre culturas. Es especialmente singular la combinación entre elementos islámicos y símbolos judíos: decoración típica del arte andalusí desplegada en el marco de un espacio religioso hebreo. Así, la Sinagoga de Córdoba es mucho más que un lugar de culto: representa un raro ejemplo de convivencia materializada en piedra, cal y estuco.

En uno de los muros, la inscripción en caracteres hebreos permite fechar su origen en el año 5075 del calendario hebreo (1315 de la era cristiana) bajo dirección de Isaq Moheb. La galería superior, reservada a las mujeres y accesible por una escalera independiente, se conserva como recuerdo de la organización interna de la comunidad. Tras la expulsión de los judíos en 1492, el edificio cayó en el olvido y pasó a desempeñar funciones muy diversas, desde hospital hasta escuela infantil a lo largo del siglo XIX. Fue en 1884 cuando se reconoció su verdadero valor histórico y comenzó el esfuerzo sostenido por recuperarla y protegerla.

La sinagoga es en la actualidad una ventana abierta a la vida judía de la España medieval. Más allá del esplendor arquitectónico, permite entender el papel fundamental que los judíos desempeñaron en la Córdoba islámica y cristiana: médicos, artesanos, comerciantes y eruditos participaron en el auge cultural de la ciudad, ayudando a preservar y difundir el saber clásico en todas sus formas.

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Cómo visitarlo: horario y precio

La Sinagoga de Córdoba mantiene un horario de apertura para visitas de martes a domingo, desde las 9:00 hasta las 15:00 horas. El acceso permanece cerrado al público los lunes y en festivos señalados como el 1 y el 6 de enero, así como el 25 de diciembre.

En cuanto a las tarifas, las autoridades han establecido la entrada gratuita para ciudadanos de la Unión Europea, facilitando así la visita a quienes deseen descubrir este legado histórico sin coste alguno. Para el resto de visitantes internacionales, el precio es simbólico: solamente 0,30 euros por persona.