Iñaki Dufour
Madrid, 15 dic (EFE).- Nada más el Chelsea en el Mundial de Clubes alteró la hegemonía del París Saint-Germain de Luis Enrique, el campeón de todo por lo que compitió en Francia y en Europa, incluida la flamante Liga de Campeones y el Balón de Oro de Ousmane Dembele en 2025, y nada más el Bayern Múnich frustró al Flamengo de Filipe Luis, que cerró un año para la historia con la preciada Copa Libertadores y el Campeonato Brasileño.
Europa fue del PSG, América del Flamengo y el moderno Mundial de Clubes en Estados Unidos del Chelsea, rebelado contra las dudas y los pronósticos, campeón de la Liga Conferencia frente al Betis y dominador de la nueva competición cuando sobrepasó como nunca nadie se hubiera imaginado al equipo parisino, con un 3-0 en la final y la figura de Cole Palmer.
El PSG contrató en 2023 a Luis Enrique para ganar la Liga de Campeones, la obsesión cada curso de Nasser Al Khelaifi y la propiedad millonaria catarí. El título de los títulos. Y el entrenador español, en dos años, lo dirigió a la cima que tantas veces desveló al vigente campeón francés, además en la temporada en la que se quedó sin Kylian Mbappé. No solo hubo vida sin él, sino que el PSG se hizo mejor. Un bloque. No una acumulación de individualidades.
La obra de Luis Enrique es un equipo que, de enero de 2025 en adelante, fue una máquina perfecta en el diseño y en la ejecución, trepidante en ataque, en la presión y en la transición, asfixiante para sus rivales y provista de una cantidad de individualidades de sumo talento al servicio de un colectivo que pareció (y lo fue durante muchos tramos) casi invencible.
Campeón de cada torneo en Francia (la Liga, la Copa y la Supercopa, a la que también añadió después la de Europa ante el Tottenham, el campeón de la Liga Europa en 2025), la culminación absoluta, asombrosa e incontestable fue la final de la Liga de Campeones: una demostración de superioridad para la eternidad, con un 5-0 al Inter de Milán, devorado en Múnich pero también en Italia, una vez que el Nápoles fue el ganador de la Serie A.
Los nombres de Vitinha, Kvicha Kvaratskhelia (fichado en enero para reforzarse aún más), Desiré Doué, Ousmane Dembele, Fabián Ruiz, Joao Neves, Achraf Hakimi, Nuno Mendes, William Pacho, Marquinhos o Gianluigi Donnarumma (este verano descartado y traspasado al Manchester City), entre otros, forman ya para siempre parte de la historia del PSG y de la Champions.
El Balón de Oro también fue suyo: Ousmane Dembele superó a Lamine Yamal en la votación final. El tercero fue Vitinha. Es una nueva era en este premio. Ni Cristiano Ronaldo ni Lionel Messi ya figuran en los pronósticos. El nuevo tiempo que estrenó Rodrigo Hernández (Manchester City) en 2024 y al que dio continuidad Dembele, cuyo 2025 incluyó los cuatro títulos del PSG y 26 goles concentrados entre enero y julio, hasta la final del Mundial de Clubes.
El Flamengo llegó hasta cuartos de final en la cita de Estados Unidos, eliminado por el Bayern Múnich, pero enseñó al mundo todo el nivel, la personalidad, la identidad y el fútbol del que le ha dotado Filipe Luis, emocionado ganador de la Copa Libertadores el pasado 29 de noviembre, por 0-1 al Palmeiras, también brasileño. El gol fue de Danilo, superada la hora del duelo en Lima.
“Es un momento muy especial para mí. Significa mucho, porque mi esposa sabe muy bien todo el tiempo dedicados. Fueron muchas horas”, expresó Filipe, de 40 años e inspirado para ser técnico por Diego Simeone, que lo entrenó en el Atlético de Madrid de 2012 a 2019 (salvo un año, en 2014-15, que jugó en el Chelsea), con seis títulos en su palmarés.
También como futbolista conquistó diez trofeos con el Flamengo, antes de dar el salto al banquillo: ha ganado ya cinco como técnico del primer equipo del Flamengo en solo 97 partidos, el último, el pasado 3 de diciembre, al adjudicarse también el Campeonato Brasileño en este 2025 para la historia.
Brasil domina el presente de la competición más reluciente de clubes de América. Ha acaparado los siete últimos títulos de la Libertadores, tres de ellos para el Flamengo (2019 y 2022, entonces con Filipe Luis como jugador y campeón, además de 2025). Pero no solo eso, sino que, además, cinco de las siete finales más recientes fueron entre equipos de ese país, con la única excepción de 2023 y 2019, con Boca Juniors y River Plate como subcampeones.
Argentina no gana la Libertadores, precisamente, desde la final que disputaron ambos (y ganó River Plate en el estadio Santiago Bernabéu de Madrid) en 2018.
Demasiado tiempo, mientras su selección domina el mundo y América con Messi y compañía, rumbo al Mundial de 2026; Atlético Lanús ganó la Copa Sudamericana y Racing Club de Avellaneda se impuso en la Recopa, precisamente contra dos rivales brasileños: Atlético Mineiro y Botafogo, respectivamente.
La CONCACAF fue territorio mexicano en 2025. La selección se proclamó campeona de la Copa de Oro, vencedor por 1-2 frente a Estados Unidos. Y con remontada, con los goles de Raúl Jiménez y Edson Álvarez frente al equipo que dirige el argentino Mauricio Pochettino.
Y el Cruz Azul ejerció su superioridad en la final de la Liga de Campeones de esa confederación con un 5-0 a los Whitecaps de Vancouver. México ha ganado 19 de los últimos 20 títulos. La excepción fue hace tres años, con el Seattle Sounders. EFE
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