Diciembre agitado para el PSdeG con un acusado de acoso que no da sus actas y una dimisión

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Ana Martínez

Santiago de Compostela, 13 dic (EFE).- Diciembre está siendo un mes complicado para el PSdeG, pues a cada sobresalto le sigue otro y si la semana comenzó con José Tomé acusado de acoso sexual, terminó con la dimisión de la secretaria de Igualdad, Silvia Fraga, por las tensiones internas en la gestión del caso y con él sin dar sus actas.

Todo comenzó el pasado martes cuando un programa de la televisión, Código10, contó las denuncias enviadas al canal interno del PSOE de seis mujeres que acusaban al ya expresidente de la Diputación de Lugo de comentarios inapropiados, así como de ofrecer ascensos a cambio de relaciones sexuales y de unos acercamientos no deseados.

En Cuatro se dijo que cargos del PSdeG, desde su líder, José Ramón Gómez Besteiro, hasta la secretaria de Organización, Lara Méndez, eran conocedores de estas situaciones.

El miércoles, en Monforte, Tomé, que es alcalde de este municipio, el segundo más poblado de la provincia, mantuvo una rueda de prensa para presentar un bus rural y habló del tema, que ciñó a un "montaje" y a que no había pruebas contra él ni podía haberlas. A la pregunta de si iba a dimitir, contestó lo siguiente: “Voy a seguir trabajando por el Ayuntamiento de Monforte y por la provincia de Lugo, y es lo que voy a decir”. Además, anunció acciones legales.

Por la tarde, a las cinco, en la misma localidad pero en la sede del partido, algo cambió. En una comparecencia exclusiva sobre estas acusaciones trasladó que había pedido la suspensión cautelar de militancia, con lo que dejaba de ser líder provincial del PSdeG, para no convertirse en un "estorbo".

También que dejaba su puesto en la institución provincial, pero no su escaño en la corporación, y que iba a seguir de regidor acompañado por todos sus concejales que por decisión "voluntaria" se iban a ir como él al grupo de no adscritos.

Ninguna noticia más hasta el viernes. Al final de esa mañana, un comunicado avisó de que Tomé ya había formalizado su dimisión del puesto, pero que conservaba su escaño, que no debe verse condicionado por manifestaciones "falsas y absolutamente carentes de fundamento".

En la documentación aportada, ha quedado constatada su pretensión de estar en funciones hasta que la ley se lo permita. No ha convocado un pleno extraordinario para agilizar los tiempos. Así las cosas, su cese "unipersonal", señala esa nota, debe ser aceptado por el pleno, en una sesión que se va a celebrar el próximo martes 30 de diciembre.

Besteiro esperó dos días para hablar

El miércoles, la ejecutiva federal del PSOE confirmó una denuncia contra Tomé y ese día el secretario general del PSdeG, José Ramón Gómez Besteiro, tenía agenda en Padrón (A Coruña), donde iba a visitar un centro de migrantes.

Este acto lo canceló y en el grupo de chat de medios se anunció un "pronunciamiento contundente" del que también habló Lara Méndez en las ruedas de prensa de los grupos tras la junta de portavoces en el Parlamento de Galicia.

Por la tarde llegó un comunicado, en el que se informó de que Tomé ya no tenía "vinculación" con el PSOE, "lo que le ha exigido este partido, debiendo acompañarlo con la entrega de sus actas".

El jueves, en ese mismo grupo de WhatsApp se colgó una carta de Besteiro dirigida a la militancia donde se insistía en esa idea, y en la de recuperar esos escaños.

De noche, se comunicó la confección de un manifiesto para mayores garantías internas que permitiesen atajar los machismos, un texto fruto de una reunión entre la secretaria de Igualdad del PSdeG, Silvia Fraga, y la de Organización, Lara Méndez.

El viernes Besteiro habló por primera vez, públicamente, y admitió que había sido conocedor en octubre de un supuesto acoso del que se acusaba a Tomé, por lo que le pidió explicaciones, pero él lo negó todo. Justo al terminar su comparecencia trascendió la dimisión de la responsable de Igualdad, Silvia Fraga, víctima colateral por un gran desacuerdo con la manera de proceder en todo este caso.

El BNG dijo desde el primer día que o bien Tomé dimitía o tendría que ser apartado de sus cargos. Si esto no pasaba, el Bloque dejaría el gobierno coaligado de la Diputación Provincial. Habló el miércoles la portavoz nacional, Ana Pontón; volvió a hacerlo el jueves, remarcando lo mismo, y el propio viernes antes de que Tomé hiciese efectiva su salida.

Con todo, al final no se fue como pedían los nacionalistas, que consideran que "la única decisión posible desde el punto de vista ético y moral" pasa por "dejar las actas". EFE