Vilaplana aseguró a la jueza que Mazón empezó a recibir muchas más llamadas en El Ventorro a partir de las 17.15

Durante la tarde en la que la Comunitat Valenciana enfrentó los efectos de la DANA y se investigaba la gestión oficial de las riadas, la periodista Maribel Vilaplana destacó que el jefe del Consell, Carlos Mazón, intensificó notablemente el uso de su teléfono móvil poco después de las 17:15 horas. Tal como publicó Europa Press, Vilaplana relató a la jueza instructora que, aunque Mazón recibió un volumen creciente de llamadas en el restaurante El Ventorro, no advirtió señales de preocupación o inquietud en la actitud del president, quien permaneció aparentemente sereno mientras respondía o enviaba mensajes.

La declaración de Maribel Vilaplana, recogida por Europa Press, revela que la periodista comió ese día con Mazón en el piso superior de un restaurante, donde ambos permanecieron solos salvo esporádicas visitas del propietario. Según relató, la avalancha de llamadas al teléfono del president comenzó a ser notoria a partir de las 17:15, aproximadamente una hora después de que ambos hubieran terminado el almuerzo y estuvieran conversando sobre discursos institucionales. Vilaplana explicó que Mazón alternaba entre contestar llamadas, enviar mensajes y ausentarse de la mesa por breves lapsos, mientras ella aprovechaba para atender gestiones personales, como solicitar a su exmarido que recogiera a su hijo. La periodista señaló que el momento álgido de las comunicaciones coincidió con el horario en que ella misma envió un mensaje referente a Utiel, antes de enterarse del alcance real de los acontecimientos.

De acuerdo con la transcripción de la declaración a la que accedió Europa Press, Vilaplana no pudo especificar con quién se comunicaba Mazón ni indagó de qué trataban las conversaciones. Aseguró que no le preguntaría a nadie por el contenido de sus llamadas, ni siquiera a un amigo. Añadió que, salvo en una ocasión en que Mazón comentó: "Es por lo de la foto", no recibió explicaciones adicionales. Según su interpretación, el líder del Consell se refería a un evento al que finalmente decidió no asistir, aunque ella solamente lo asoció a actividades en redes sociales, mencionando que le transmitió una broma alusiva al auge de TikTok e Instagram entre los responsables políticos.

Vilaplana afirmó que la comida finalizó alrededor de las 18:45, tras lo cual Mazón sugirió que podían concluir la reunión. Insistió ante la instructora en que esto no obedecía al volumen de llamadas, calificando el desarrollo de la velada como normal y remarcando que no percibió alteraciones en el ánimo del president. En su testimonio, sostuvo que, de haber notado preocupación, la habría abordado, pero no encontró indicios de inquietud. La periodista detalló también que durante la comida no utilizó su propio teléfono, costumbre que mantiene en reuniones o clases de formación, aunque en una breve pausa sí leyó un mensaje recibido sobre un vídeo relacionado con Utiel que no llegó a abrir, algo sobre lo que manifestó arrepentimiento en su comparecencia, ya que, de haberlo hecho, considera que habría podido aportar más información sobre los hechos.

En otro momento de la jornada, mientras regresaban al aparcamiento, ambos conversaron sobre fútbol y Mazón continuó consultando el teléfono móvil. Vilaplana aclaró ante la jueza que no tenía información sobre el destino inmediato del president tras la despedida, y que sólo informó a sus hijos de que volvía a casa. Durante su testimonio, subrayó que al llegar a la comida Mazón optó por vestirse de forma más cómoda y que ella no tuvo acceso a la cuenta, ya que el pago de la comida había sido gestionado previamente.

El acceso y localización de los testigos esa jornada ha ocupado un lugar relevante en la investigación. Vilaplana admitió no disponer del tique del aparcamiento de la Glorieta, a donde llegó sola; expresó que una amiga suya intentó recuperarlo en nombre de ella sin éxito, ya que el establecimiento se encontraba saturado de clientes y periodistas. Europa Press consignó que la jueza ha solicitado a la empresa del parking que facilite dicha información.

A preguntas de la instructora, Vilaplana expresó que revisando posteriormente los mensajes de WhatsApp, advirtió un desfase horario en la versión oficial de la Generalitat respecto al momento en que envió alguno de sus mensajes. Explicó que, inicialmente, pensaba haberlo hecho a las 16:15, pero constató que fue a las 17:15, coincidiendo exactamente con el incremento de la actividad telefónica de Mazón.

En su conversación con la jueza, la periodista relató que a lo largo de la tarde el president optaba por alejarse y contestar por escrito o por voz, y que cuando retornaba, la conversación entre ambos se retomaba con naturalidad. Comentó que estaba habituada a tratar con personas con altos cargos que necesitaban atender de forma continua sus dispositivos móviles, por lo que no lo consideró fuera de lo habitual.

Al caer la noche, después de ver las primeras noticias en televisión sobre la tragedia, Vilaplana contactó con Mazón mediante un mensaje solicitando que le llamara cuando pudiera. Recibió respuesta por medio de una llamada de WhatsApp cuando ya estaba acostada, según narró a la jueza. En esa comunicación, expresó su desconcierto: “Dios mío, ¿qué ha pasado?”, ante lo que Mazón respondió que la situación era “muy grave”. Ella quiso saber si el president tenía información precisa sobre los hechos, a lo que él replicó: “¿cómo voy a saber eso?”. Vilaplana contó que en ese momento le pidió que su nombre no trascendiera públicamente, movida por preocupación, aunque reconoció más tarde ante la jueza que se arrepintió de dicha petición.

Europa Press detalló que dos días más tarde Mazón volvió a llamar a Vilaplana. En esa ocasión, le pidió disculpas y explicó que, debido a la presión mediática y política, era previsible que su nombre saliera a la luz y le recomendó cortar toda comunicación.

El medio Europa Press informó también que, durante su declaración, la periodista manifestó su temor al modo en que los medios de comunicación han reconstruido el episodio y relató haber recibido presiones y sentirse objeto incluso de intentos de extorsión. Argumentó que carece de responsabilidad política y que su presencia esa tarde en el restaurante derivó de una propuesta directa de Mazón, a la que accedió tras dejar claro que no tenía intención de trabajar como asesora política.

Respecto a las acusaciones anexas a su testimonio, Europa Press consignó que la jueza ha rechazado abrir causa por presunto falso testimonio contra Vilaplana, como pedía parte de la acusación, al precisar en su resolución que dicho análisis sólo puede plantearse una vez terminado el proceso. El auto subraya que las partes gozan de libertad para alegar y valorar la veracidad y credibilidad de los testigos una vez concluido el procedimiento principal.