Investigadores confirman la importancia de la actividad física para las personas con lupus

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Almería, 22 may (EFE).- Un grupo de trabajo internacional, en el que ha participado el profesor del área de Educación Física y Deportiva de la Universidad de Almería Alberto Soriano, ha diseñado un documento de consenso que facilitará la prescripción de actividad física en el tratamiento integral para todas las personas que viven con lupus eritematoso sistémico (lupus).

Según una nota del campos almeriense, se trata de unas nuevas recomendaciones para estos pacientes sobre la importancia de la actividad física que "rompen definitivamente con el falso mito" de que las personas con lupus no deben realizar actividad física.

Las nuevas recomendaciones de actividad física para personas con lupus subrayan la importancia de comunicar a las personas que padecen esta enfermedad, y a los profesionales sanitarios y cuidadores, que la actividad física "no sólo no está contraindicada, sino que es necesaria".

El grupo de trabajo internacional en el que participó Soriano reunió a diversos perfiles profesionales incluyendo especialistas en reumatología, medicina interna, medicina física y rehabilitación, y ciencias de la actividad física y el deporte, entre otros.

El lupus es una enfermedad autoinmune que puede tener un gran impacto en la calidad de vida y el bienestar general de las personas que viven con la enfermedad.

Sin embargo, dado su carácter multifactorial y su naturaleza variable y, a veces, impredecible, se deben tener en cuenta una serie de consideraciones, recogidas en el consenso acordado, a la hora de prescribir actividad física y ejercicio en esta población, considerando factores como la afectación de órganos, la actividad de la enfermedad, otras enfermedades asociadas, o la capacidad funcional.

Entre otras recomendaciones, el documento consensuado recoge que la actividad física es importante para todas las personas con lupus; que en casos de brote o actividad de la enfermedad moderada o alta, se debe valorar tras una evaluación médica; en estos casos, una buena estrategia para comenzar podría ser la de evitar periodos prolongados de sedentarismo.

También apunta a que el nivel de actividad física debe evaluarse utilizando cuestionarios específicos o el número de pasos diarios o que la actividad física se debe adaptar en cuanto a frecuencia e intensidad para cada persona, teniendo en cuenta sus habilidades, preferencias y comorbilidades, con el objetivo de lograr adherencia a largo plazo.

Otra de las recomendaciones es que a menos que se indique lo contrario, todas las personas con LES con enfermedad inactiva o actividad de la enfermedad leve deben alcanzar gradualmente las recomendaciones de actividad física de la Organización Mundial de la Salud (150-300 minutos por semana de actividad física de intensidad moderada, asociada con actividades de fortalecimiento muscular al menos 2 días por semana). EFE

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