Cambio de tendencia histórico: los mayores de 55 años sufren por primera vez una tasa de paro superior que la mayoría de trabajadores de la población activa

Un estudio revela “un empeoramiento muy sustancial en las últimas décadas” tras situarse el desempleo sénior en el 9,8% en 2025

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Un joven camarero enseña cómo
Un joven camarero enseña cómo coger la bandeja a un trabajador sénior (Imagen generada por IA / Infobae España)

Por primera vez desde que existen registros comparables, los trabajadores mayores de 55 años en España presentan una tasa de paro superior a la del grueso de la población activa. En concreto, el desempleo sénior se sitúa en el 9,8% en 2025, frente al 9,4% de los trabajadores de entre 25 y 54 años, lo que revela un cambio de tendencia en la estructura del mercado laboral español.

Así lo constata un informe elaborado por la Fundación BBVA y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie), a partir de microdatos de la Encuesta de Población Activa (EPA) del INE. El estudio subraya que la inversión de la situación, que durante décadas benefició a los trabajadores de más edad, se produjo por primera vez en 2023 y se mantiene en la actualidad.

“El empeoramiento relativo experimentado por los mayores a lo largo de las últimas décadas ha sido muy sustancial”, advierte el informe, y destaca que en 1994 la tasa de paro de los mayores de 55 años era 9,2 puntos porcentuales inferior a la del grupo de 25 a 54 años. Esa brecha se fue reduciendo progresivamente hasta desaparecer y darse la vuelta.

Más dificultades para volver al mercado laboral

El informe distingue con claridad entre dos realidades dentro del colectivo sénior. Por un lado, quienes han mantenido una trayectoria laboral continuada disfrutan, en promedio, de empleos de mayor calidad y estabilidad. Por otro lado, quienes acceden por primera vez al mercado laboral a edades avanzadas o, al perder su empleo o reengancharse tras periodos de inactividad, deben “volver a empezar”, se enfrentan a obstáculos mucho mayores.

Estos mayores que tienen que volver a empezar sufren más dificultades de inserción, con menos oportunidades, peores condiciones y menor estabilidad que los trabajadores de menor edad en circunstancias similares, señala el estudio. La menor probabilidad de encontrar empleo va acompañada, además, de una mayor duración del desempleo.

Tabla 2 - Fundación BBVA
Tabla 2 - Fundación BBVA e IVIE

Los datos sobre la duración del desempleo confirman el escenario. El informe detalla que el 57,9% de los parados de 55 o más años son de larga duración, una cifra que contrasta con el 36,1% de los desempleados en el grupo de 25 a 54 años y el 17,8% entre los jóvenes de 16 a 24 años (tres veces menos).

Empleos más precarios y de menor cualificación

Cuando los trabajadores sénior logran reinsertarse en el mercado laboral, las condiciones de los nuevos empleos suelen ser peores. Entre los asalariados mayores con menos de un año de antigüedad, el 52,6% tiene un contrato temporal, frente al 2% de temporalidad entre quienes acumulan más de 25 años en la misma empresa. Además, un 10% de estos nuevos empleos son contratos de muy corta duración -de hasta tres meses- y un 4,5% corresponde a fijos discontinuos.

Tabla 1 - Fundación BBVA
Tabla 1 - Fundación BBVA e IVIE

La precariedad se refleja también en el tipo de ocupaciones. Solo un 15,6% de los mayores recién empleados accede a puestos de alta cualificación, mientras que el 29,4% trabaja en ocupaciones elementales. Estas cifras son peores que las de los trabajadores de 25 a 54 años en la misma situación y también que las de los jóvenes recién incorporados al mercado laboral.

El deterioro se extiende al plano salarial. Aunque la ganancia media anual de los mayores de 55 años es superior a la del resto de asalariados (30.038 euros frente a 26.855 euros), quienes llevan menos de un año en su empleo perciben de media 19.558 euros anuales, una cifra incluso inferior a la de los trabajadores de 25 a 54 años con la misma antigüedad (19.837 euros) y muy alejada de los 40.520 euros que alcanzan quienes han mantenido una carrera profesional ininterrumpida durante tres décadas.

La formación, una palanca clave pero no suficiente

El estudio subraya que la formación mejora la empleabilidad de los trabajadores sénior, aunque no garantiza por sí sola ni el acceso al empleo ni su calidad. Entre los mayores de 55 años con estudios superiores, la tasa de paro se reduce hasta el 5,4%, aumenta la estabilidad de los nuevos empleos y casi la mitad accede a puestos altamente cualificados. En estos casos, los salarios pueden alcanzar los 34.000 euros anuales.

En un contexto de envejecimiento demográfico, presión sobre el sistema de pensiones y escasez creciente de mano de obra joven, la Fundación BBVA y el Ivie reclaman una apuesta decidida por la formación continua a lo largo de toda la vida laboral y por políticas activas que combatan los estereotipos asociados a la edad. “La inversión más valiosa continúa siendo la que se hace en las personas, incluidas las mayores”, concluye el informe.