La universidad de jubilados para jubilados que está triunfando entre los suecos: “Es inspirador y te mantiene alerta”

A pesar de haber sufrido “una bajada durante la pandemia”, los números de inscripciones de la institución se han restablecido “e incluso hemos aumentado”

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La universidad de jubilados para jubilados que está triunfando entre los suecos (Pexels)

Volver a estudiar a partir de loa 65 años puede ser un choque para muchos adultos que han perdido los hábitos de estudio después de varias décadas. Aun así, esta tendencia está en crecimiento entre los jubilados de Suecia, quienes parece que están apostando por el reforzamiento de sus conocimientos. Así lo ha anunciado Senioruniversitet, una universidad dirigida por y para jubilados, que ha detectado su mayor registro de matrículas este año.

La institución trabaja en conjunto con Folkuniversitetet —la principal institución sueca de educación para adultos— y suma más de 30 sucursales independientes repartidas en distintas ciudades. Entre ellas, la sede de Estocolmo es la que concentra la mayor parte de la actividad. Desde su fundación en 1991, la demanda ha crecido tanto que la organización emplea a un centenar de voluntarios para gestionar sus programas y eventos en varias sedes de la capital sueca.

Dentro de estas conferencias, las más concurridas son las de los martes, donde se pueden reunir hasta 1.000 participantes. En ellas se exponen un espectro amplio de temas, como ‘El arte de otorgar premios Nobel’, ‘Desinformación e IA: la amenaza que nosotros mismos inventamos’ o ‘Del jabón al patrimonio/canon cultural y viceversa’, que han sido las últimas celebradas. Por otro lado, los cursos universitarios y círculos de estudio cubren materias que van desde idiomas hasta política, medicina y arquitectura.

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La universidad de jubilados para jubilados que está triunfando entre los suecos (Pexels)

“El deseo de aprender por placer”

La presidenta de Senioruniversitetet de Estocolmo, Inga Sanner, ha confirmado para The Guardian, que a pesar de haber sufrido “una bajada durante la pandemia”, los números se han restablecido “e incluso hemos aumentado”. Con ello, “nuestra membresía es la más alta de la historia”.

De hecho, en 2023, se celebraron 2.099 eventos en todo el país, con 161.932 participantes, según cifras de Folkuniversitetet. Mientras que para este año, la previsión ha ascendido a 177.024 personas en 2.391 actividades. Ante este fenómeno, el secretario general de la institución, Gunnar Danielsson, ha identificado varias causas detrás de este auge. “El deseo de aprender por placer, o por el simple hecho de aprender, es una alegría en una sociedad cada vez más obsesionada con el aprendizaje y la educación como preparación para el trabajo”, afirmaba.

No obstante, también ha advertido que “la financiación gubernamental ha disminuido significativamente en los últimos años”, lo que representa un desafío para la continuidad y expansión del proyecto. Según Danielsson, el éxito de Senioruniversitetet “es más probable que refleje el deseo de conocer a otras personas en persona, en lugar de hacerlo a través de internet”, añade.

Aunque, ahora el atractivo de Senioruniversitetet va más allá del aprendizaje académico. Sanner, profesora de historia jubilada, ha explicado que las personas mayores muestran inquietudes renovadas y buscan mantenerse activas. “Es fascinante que haya tanta gente que quiera aprender más y conocer más sobre el mundo. Es muy necesario en nuestros tiempos”, señaló. Además, ha asegurado que con este proyecto “las personas mayores no viven aisladas”. Los alumnos “no solo se mecen en una mecedora, sino que salen y quieren aprender más. Luego pueden compartir eso con sus nietos e hijos”, agrega.

Las conferencias y actividades no solo enriquecen a los participantes, sino que también promueven el bienestar y la integración. “Las conferencias son fantásticas. Te sientes plenamente realizado cuando asistes a un evento y luego se desborda al conocer a otras personas”, afirmó Sanner.

Para muchos voluntarios, la oficina de la organización en el centro de Estocolmo funciona casi como un espacio laboral: “Es un trabajo muy valioso, pero también lo pasas genial y conoces a otras personas”, apuntó. No obstante, la presidenta ha reconocido que la demografía de los participantes sigue siendo “demasiado homogénea”, lo que lleva a la organización a plantearse estrategias para llegar a un público más diverso.

“Te ven más o menos como un idiota”

Estudios demuestran que esto sucede debido a que la esperanza de vida aumenta

Susanne Abelin, de 66 años, ex periodista de Norrtälje, participa como voluntaria en el boletín y estudia italiano. Según relataba para The Guardian, “el edadismo está muy extendido en Suecia” y esa percepción se nota en la vida diaria. “Te ven más o menos como un idiota. Quizás sea porque hemos vivido tan bien económicamente durante generaciones que no nos necesitamos tanto, para bien o para mal”, expresa.

De esta forma, Abelin ve en Senioruniversitetet “un trozo del sistema de bienestar sueco que aún queda”. Su grupo de italiano utiliza WhatsApp para mantenerse en contacto fuera del aula y organizar actividades. El año pasado, viajó a Italia junto a una compañera. “No domino el italiano en absoluto y nunca lo haré, pero es inspirador y te mantiene alerta", señalaba. Y es que, “en lugar de hacer crucigramas y sudokus, puedes estudiar algunos verbos”, relató Abelin.

Por su parte, Joachim Forsgren, ex médico de 71 años y voluntario en la sucursal de Estocolmo, ha impartido conferencias sobre medicina y drogas. Forsgren considera que el voluntariado aporta sentido y utilidad a quienes ya no ejercen sus profesiones: “La gente puede tener la sensación de que no está contribuyendo al dejar su trabajo. Detesto la palabra ‘jubilados’”, afirmó.

Por eso, “contribuimos a un proyecto democrático. Esto es realmente un esfuerzo, especialmente en estos tiempos, para que la gente se interese por lo que está sucediendo”, agregaba en relación al contexto de desinformación y populismo digital. Estas universidades ayudan, según Forsgren, a los mayores a “analizarse críticamente con la cantidad de información que casi nos ahoga a diario”.