Pepe Cañas, albañil de 62 años: “Antes, casarse con un albañil era sinónimo de ser pobre, pero ahora supone un buen sueldo”

El oficio, según cuenta el trabajador, sufre una disminución notable de profesionales y el envejecimiento de la población, dado que los jóvenes prefieren los estudios universitarios

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Los albañiles ven aumentado su
Los albañiles ven aumentado su sueldo mientras otras profesiones no. / Freepick

La escasez de relevo generacional en oficios como el de albañil, fontanero, electricista u hostelero ha generado una preocupación creciente en el sector de la construcción. Según ha recogido la radio catalana RAC1, la combinación del envejecimiento de la población y la preferencia de los jóvenes por estudios universitarios o empleos en sectores tecnológicos ha provocado una disminución notable de profesionales en estos ámbitos.

Este déficit de mano de obra cualificada no solo amenaza la continuidad de estos oficios, sino que también ha propiciado la aparición de trabajadores sin la formación adecuada. La proliferación de falsos profesionales, que aprovechan la elevada demanda para ofrecer sus servicios, puede derivar en problemas de mayor envergadura. Una instalación eléctrica mal realizada no representa únicamente un fallo técnico, sino que supone un riesgo para la seguridad de los hogares. Del mismo modo, una filtración de agua mal reparada puede traducirse en costes adicionales y complicaciones para los propietarios. La falta de profesionalidad en las reformas domésticas puede, por ello, transformar incidencias menores en auténticos desastres.

Pepe Cañas, albañil con más de cuatro décadas de experiencia en el sector, ha advertido sobre esta problemática. En declaraciones recogidas por la cadena de radio catalana, ha lamentado que la mala praxis de algunos trabajadores perjudica la imagen de todo el gremio: mientras unos desempeñan su labor con dedicación y formación, otros contribuyen a perpetuar la percepción de que las obras en casa son sinónimo de retrasos, problemas y acabados deficientes.

La evolución del oficio y los nuevos materiales

Cañas ha explicado que uno de los principales riesgos actuales es la contratación de personas que se presentan como profesionales sin serlo realmente. “Llega alguien que dice ser fontanero y no lo es”. Ante este panorama, “te hace un trabajo de fontanería, lo tapa y el problema aparece a los meses, cuando tienes una fuga de agua que te afecta a ti o a tu vecino”, ha relatado el albañil a RAC1. Además, ha señalado que la elevada demanda y la escasez de profesionales cualificados han dado lugar a situaciones en las que “empiezan la obra, te piden dinero y te dejan tirado”. Es en esos momentos, según relata el albañil, cuando “te dicen claramente que no pueden continuar con la reforma”.

Pepe Cañas acumula cerca de 200.000 seguidores en redes sociales, a quienes ofrece consejos para realizar obras en casa y ha contribuido a popularizar el bricolaje y las reformas domésticas. Según ha detallado, uno de los aspectos más duros de su trabajo ha sido enfrentarse a las inclemencias meteorológicas, ya que la actividad se desarrolla tanto con frío como con calor. A lo largo de su trayectoria, ha tenido que abordar tareas de diversa complejidad, y ha confesado que el material más exigente con el que ha trabajado es la piedra, “es un material que pesa mucho y hay que buscarle la postura”.

La profesión ha experimentado una transformación significativa gracias a la tecnología, que ha facilitado el trabajo mediante herramientas que reducen el esfuerzo físico. Entre las tendencias actuales, Cañas ha destacado el uso de paredes y techos de pladur, que han sustituido al ladrillo y al mortero en la construcción de tabiques. “No se utiliza el ladrillo o el mortero para hacer un tabique, simplemente se emplean reglas metálicas, tableros de cartón, se atornillan y después se rematan las juntas y ya tienes el tabique hecho”, ha explicado. Asimismo, ha mencionado la incorporación de láminas de PVC desde el techo hasta el suelo, que “imitan perfectamente el mármol o cualquier tipo de material rugoso. Además, es material ignífugo, es decir, impermeable al agua”.

El cambio de percepción social y las anécdotas del oficio

Durante años, la figura del albañil ha estado asociada a una imagen de precariedad económica. “Las madres no querían que sus hijas se casaran con un albañil porque era sinónimo de ser pobre”, ha recordado Cañas en su conversación con RAC1. Sin embargo, ha señalado que esta percepción ha cambiado en la actualidad: “Un albañil hoy en día es una persona que tiene un buen salario, una entrada económica estable y ese mito parece que ha ido desapareciendo”.

El 35% de los trabajadores están trabajando en puestos que requieren menos formación que la que tienen

Aunque ya no se dedica de forma activa a las reformas, Cañas ha compartido algunas de las costumbres que solía mantener como sello personal en sus trabajos. “Cuando tapamos los huecos de las bañeras, dejamos un mensaje o una botellita de cerveza con un mensaje”, ha relatado. “Ponemos nuestra marca e incluso, a veces, disimuladamente, colocamos una pieza en un lugar que no se va a ver, pero la ponemos del revés. Es como el pintor que firma su cuadro”, ha bromeado el albañil, según ha recogido la radio catalana RAC1.