La OTAN señala las amenazas para Europa en su nueva estrategia naval: el terrorismo, la piratería o la presencia de buques de Rusia

La cooperación internacional o el uso de nuevas tecnologías figuran entre los principales objetivos

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La fragata HMS Somerset de
La fragata HMS Somerset de la Royal Navy (Ministerio de Defensa del Reino Unido)

La OTAN ha presentado una nueva estrategia marítima para responder a las amenazas emergentes en Europa y el Atlántico Norte. El documento actualiza el plan naval y señala riesgos como el terrorismo, la piratería y la presencia de buques rusos. Proteger rutas de navegación y la infraestructura crítica de los distintos peligros identificados resulta fundamental.

El vicealmirante Mike Utley, comandante del Mando Marítimo Aliado (MARCOM), destacó que esta estrategia guiará el fortalecimiento de la defensa colectiva y la modernización tecnológica de la alianza. La estrategia se presenta ante una coyuntura internacional inestable. La OTAN busca que sus fuerzas navales respondan con rapidez ante crisis o incidentes en alta mar y zonas costeras.

La cooperación internacional figura entre las prioridades para reforzar la estabilidad y la vigilancia. La OTAN desarrollará ejercicios y capacidades conjuntas con aliados y organismos internacionales para mantener una posición de fuerza en el ámbito naval. También trata de impulsar la integración de tecnologías emergentes e inteligencia artificial para elevar la preparación y resiliencia de sus fuerzas navales.

Submarino 'Isaac Peral' (Armada Española)

Rusia y terrorismo, principales amenazas

Según la OTAN, la actividad de Rusia en los mares Báltico, Negro y el Alto Norte constituye su principal desafío estatal en el ámbito marítimo. Moscú avanza en la modernización de su flota, sumando sistemas de doble uso y campañas de desinformación. La Alianza alerta sobre la capacidad rusa para bloquear tráfico comercial o eludir sanciones con buques de la “flota sombra”.

Reino Unido es uno de los países que se ha volcado contra este riesgo en los últimos tiempos. De hecho, desde hace algo más de una semana, está preparando a sus fuerzas armadas para aplicar el ‘Bastión Atlántico’, un nuevo sistema de coordinación de guerra submarina. También ha firmado un acuerdo con Noruega para realizar un despliegue conjunto en el norte europeo para protegerse de los ‘buques fantasmas’ del Kremlin.

El terrorismo representa la amenaza asimétrica más directa, según la estrategia publicada. Destacan los ataques criminales, la piratería y riesgos para infraestructuras marítimas, junto a la proliferación de tecnologías autónomas y misiles hipersónicos. “Los océanos y mares siguen siendo un entorno propicio para actividades terroristas y delictivas transnacionales”, recoge el informe.

Rescate de la Armada de un ataque pirata (EMAD)

Nueva estrategia de la OTAN

La OTAN considera fundamental el poder marítimo para mantener la estabilidad en Europa y proteger el comercio internacional. Los mares conectan economías y sociedades, lo que otorga al ámbito marítimo un papel estratégico en la defensa colectiva y la gestión de crisis.

La nueva estrategia de la Alianza pone el acento en la integración de nuevas tecnologías, el desarrollo de fuerzas navales flexibles y la cooperación con socios internacionales. El objetivo es garantizar rutas marítimas seguras, la protección de infraestructuras críticas y una rápida respuesta ante emergencias.

Apuesta por la mejora continua de sus capacidades, el intercambio de información y ejercicios conjuntos para asegurar la libertad de navegación y la resiliencia ante retos futuros. El compromiso de los aliados en inversión y modernización, junto al refuerzo de la industria europea y norteamericana, permite a la Alianza adaptarse a un contexto global incierto y responder a los desafíos emergentes del siglo XXI.