La razón por la que un hombre de 64 años se marchaba de las entrevistas de trabajo: “Hay que esperar a la oportunidad adecuada”

Tras dos años desempleado encontró trabajo, ya que recuerda que no le preguntaron por su edad

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Hombre mayor realizando su trabajo
Hombre mayor realizando su trabajo (Getty)

El desempleo es una de las situaciones que más se temen cuando un trabajador está más cerca de la jubilación que del inicio de la vida laboral. El hecho de perder una rutina establecida durante muchos años o la falta de oportunidades al superar ciertas edades, suponen un problema.

Este fenómeno se conoce como edadismo y está cada vez más patente en el ámbito laboral. Los mayores de 50 años cada vez tienen más dificultades para reinsertarse en el mercado de trabajo. Muchos pueden tardar hasta un año en volver a conseguir un empleo pese a estar suficientemente preparados, el mayo obstáculo para los contratates parece ser la edad. Algo que respaldan las cifras.

Según datos de la Fundación Adecco, en España cerca de 900.000 personas por encima de 50 años se encuentran buscando un empleo. Más de la mitad, en concreto un 56%, llevan un año sin conseguirlo y tres de cada cuatro ni siquiera han tenido una entrevista.

Una experiencia similar vivió en primera persona Ari Tolvanen, natural de Kerava, Finlandia. En 2023 se quedó sin su trabajo en el sector de la construcción, y no fue hasta el pasado verano cuando, a sus 64 años, volvió a formar parte del mundo laboral. Dos años de búsqueda de empleo en los que mantuvo la esperanza por encontrar una nueva ocupación.

Esperar la oportunidad adecuada

El magazine local Apu ha recogido la historia de Tolvanen, que ya estuvo desempleado durante algún tiempo en los años noventa, en un contexto de recesión económica en el país. “Hay que tomárselo con calma, buscar trabajo y esperar a que surja la oportunidad adecuada”. Una oportunidad que le acabó llegando, aunque tardara dos años en hacerlo.

Trabajadores experimentados de una obra
Trabajadores experimentados de una obra (NA)

Pese a que el sector de la construcción pasaba por dificultades en el área metropolitana de Helsinki, esta no era la razón por la que no encontraba trabajo, o al menos no la principal. Tolvanen no incluía su edad en las solicitudes de empleo, pero podía intuirse en base a su dilatada experiencia en el sector. Como en todos los procesos, muchas se quedaron sin respuesta y otras obtuvieron la menos deseada.

Valoraban la edad y no la experiencia

“En dos entrevistas me preguntaron cuándo me jubilaría. Supe inmediatamente cuál sería el resultado de esas entrevistas. En una de ellas, un joven ingeniero me preguntó cuántos años tenía. Le dije que si no tenían más preguntas que hacerme, eso era todo. Le deseé un buen día y mucho éxito y me fui”, explica Tolvanen. Sin embargo, pese a la negativa continuó con la búsqueda, pues sus veinte años de experiencia lo habían fortalecido.

Estudios demuestran que esto sucede debido a que la esperanza de vida aumenta

Su oportunidad apareció cuando se percató de que los medios de comunicación locales hablaban de manera constante sobre la construcción de centros de datos en la capital. Entonces decidió probar suerte y solicitar un trabajo. Después de ser invitado a varias entrevistas, finalmente pudo elegir su nuevo trabajo el pasado verano. Su actual empresa supo valorar sus habilidades y años en el sector, al ser un trabajador experimentado con una larga trayectoria: “A mi actual empleador no le interesaba mi edad, sino mi experiencia”.

Casos como el de Ari Tolvanen demuestran que, incluso cuando parece que no hay esperanza, siempre hay luz al final del túnel si se está dispuesto a dar lo mejor de uno mismo y, en este caso, a aportar la experiencia adquirida con los años en el nuevo puesto de trabajo.