El tórrido verano de 2024 dejó más de 62.700 muertes en Europa: España es el segundo país más afectado con 6.700

Un estudio de ISGlobal advierte de que el continente europeo es el que más rápido se está calentando debido al cambio climático, especialmente la cuenca mediterránea y las regiones del sudeste

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Natalia Shartova, investigadora del Instituto de Salud Global de Barcelona, habla sobre los efectos del calor.

El 2024 rompió todos los récords de temperatura: fue el año más caluroso jamás registrado y su verano también fue el más cálido hasta la fecha, según Copernicus. Un exceso de temperaturas que también ha tenido sus consecuencias sobre la salud de la población, tal y como revela un nuevo estudio del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), que cifra en 62.775 las muertes relacionadas con el calor en Europa entre el 1 de junio y el 30 de septiembre del año pasado. Esta cifra supone un 23,6% más de fallecimientos que los registrados en el mismo periodo de 2023 y un 8,1% inferiores a las de 2022.

“Europa es el continente que se está calentando de forma más rápida, al doble de velocidad que la media global. Y, en concreto, la cuenca mediterránea y las regiones del sudeste emergen como grandes puntos calientes del cambio climático, con los mayores impactos sobre la salud y con un incremento sustancial en las proyecciones de la mortalidad relacionada con el calor a lo largo del siglo XXI”, explica Tomáš Janoš, investigador en ISGlobal y primer autor del estudio.

Los datos, que han sido publicados en la revista Nature Medicine, sitúan a Italia como el país más afectado por la mortalidad atribuible al calor, con más de 19.000 muertes estimadas en ese periodo estival, y España ocupa el segundo lugar con más de 6.700 fallecimientos, seguida de Alemania, Grecia y Rumanía. Esta tendencia reafirma lo reflejado por los registros previos: en 2023 y 2022, Italia lideró la estadística, mientras que el peso específico de las cifras de cada país varió en función de la distribución y persistencia de las altas temperaturas en distintas regiones.

Varias personas pasean por las
Varias personas pasean por las calles de Málaga protegiéndose del calor. (Álex Zea/Europa Press)

En el estudio, que analizó 654 regiones de 32 países, se observa una disparidad relevante entre cifras absolutas y tasas de mortalidad. Por ejemplo, aunque España tuvo más fallecimientos que Grecia o Serbia en números totales, la tasa por millón de habitantes en Grecia ascendió a 574 muertes por millón, la más alta en toda Europa. Este indicador estuvo acompañado de Bulgaria (530 por millón) y Serbia (379 por millón), muy por encima de los promedios históricos del continente y marcando un récord en cuanto a la incidencia. Según los autores del estudio, 15 de los 32 países examinados vieron en 2024 el punto culminante de mortalidad atribuible al calor desde el inicio del monitoreo sistemático, una tendencia que alerta sobre el avance del cambio climático en las zonas mediterráneas y el sudeste europeo.

Mujeres y personas mayores son los más afectados

El informe agrega matices significativos en cuanto al sexo y la edad, de forma que las mujeres y las personas mayores de 75 años fueron los grupos más afectados. La mortalidad registrada en mujeres fue un 46,7% mayor que la de los hombres durante 2024, mientras que el grupo de mayores de 75 años concentró un 323% más fallecimientos que el resto de los segmentos etarios.

Janoš también explica que las diferencias en mortalidad no dependen únicamente del promedio térmico nacional, sino de la incidencia y duración de picos extremos en zonas con mayor exposición o precariedad.

Dos muejres caminan al lado
Dos muejres caminan al lado de un difusor de vapor de agua en Madrid. (Jesús Hellín/Europa Press)

Más de 181.000 muertes en los últimos tres veranos

En total, el estudio estima que, entre los veranos de 2022, 2023 y 2024, el calor estuvo detrás de más de 181.000 muertes en Europa, y de dos de cada tres ocurrieron en el sur del continente. Estas cifras, añade por su parte Joan Ballester Claramunt, investigador principal del proyecto del Consejo Europeo de Investigación (ERC) EARLY-ADAPT y autor sénior del estudio, muestran la necesidad de “fortalecer las estrategias de adaptación, incluyendo el desarrollo y la implementación de una nueva generación de sistemas de alerta temprana de calor y salud, de rango continental y basados en el impacto”.