
Las reseñas con las que los clientes pueden puntuar su experiencia en un determinado establecimiento se han convertido en el sistema que vertebra gran parte de las recomendaciones de restaurantes, bares y otros tipos de negocios. A través de ellas, otros potenciales consumidores pueden conocer de antemano qué es lo que van a encontrarse en su visita: el precio, la amabilidad de los trabajadores, la calidad del servicio o la variedad de platos.
De esta manera, son una buena forma de atraer a nuevos clientes y de que las personas puedan ayudar a otras a encontrar los mejores sitios para disfrutar de sus comidas y su tiempo libre. Al ser una herramienta tan poderosa, cuenta con una parte positiva y una negativa, ya que una mala reseña puede provocar un descenso acusado en los ingresos del establecimiento o incluso el cierre de un negocio.
Cuando la experiencia negativa que se relata es verdadera, es una ayuda para el consumidor; sin embargo, cuando se escribe con mala intención, supone un serio problema para la reputación del negocio.

Cada vez son más las personas que utilizan este sistema para puntuar sus experiencias, por lo que la abogada Susanna Capdevila (@susanna.capdevila en TikTok), ante el temor a que esta práctica pueda derivar en una responsabilidad legal, aclara si existe la posibilidad de recibir una demanda por escribir una reseña negativa.
La diferencia entre las críticas duras y las acusaciones falsas
La clave de esta cuestión se encuentra en el contenido de la valoración: “Te pueden llegar a demandar por una reseña negativa siempre y cuando lo que estés diciendo sea falso y no puedas probar que sea verdadero o sea gravemente injurioso”, destaca la experta. Así, ejemplifica que un texto en el que se indique que en el plato había una cucaracha, debe poder probarse con alguna fotografía o con testigos.
El negocio ganará la demanda cuando se certifique que la reseña era falsa o no haya pruebas de que lo que se dice sea cierto. En los casos en los que simplemente se exponga una opinión negativa, algo que es legítimo que el consumidor haga, el establecimiento también puede tomar la decisión de demandar, pero esta no prosperará porque dicha valoración se ampara en la libertad de expresión.
“Si queremos hacer una crítica, que sea basada en hechos que son ciertos”, recomienda la abogada. De esta manera, cuando la opinión es “honesta y verdadera”, en caso de que el dueño del establecimiento intente denunciar, la demanda no prosperará. Así, lo que no está permitido es difundir hechos falsos que dañen la reputación de la persona o la empresa.
Por ejemplo, una reseña como “No me gustó la comida, me pareció insípida”, es una opinión legítima que no puede ser demandada (o que, de hacerse, no acabará con una condena hacia el emisor del juicio porque tiene derecho a expresar dicha crítica). Por el contrario, exponer de forma falsa algo como “Me sirvieron comida en mal estado y acabé intoxicado”, puede ser demandable. Así, cuando sea una acusación verdadera de tales características, siempre deben tenerse pruebas para sustentarla porque, de lo contrario, puede derivar en una responsabilidad legal.
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