Un empresario compra una oficina, invierte medio millón en ella y se entera de que solo tiene uso como restaurante: “Me arriesgo a ser procesado”

El propietario alega que no fue informado de que el espacio solo podía usarse como bistró

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Un trabajador en una oficina
Un trabajador en una oficina hablando por teléfono (Freepik)

Christoph Hölscher tenía intención de instalar su consultoría informática en Ennetmoos, en el noroeste de Suiza, en un local que había adquirido por 460.000 francos suizos (aproximadamente 464.000 euros). Tras unas costosas reformas para transformar el lugar en una moderna oficial, Hölscher ha visto frustrados sus planes tras descubrir que el espacio adquirido solamente puede destinarse legalmente a un bistró.

Tal y como señala el medio suizo Blick, el propietario se enfrenta ahora al riesgo de acciones legales si utiliza el espacio para cualquier fin distinto al originalmente aprobado por las autoridades municipales: “Pagué medio millón por este local. Pero, si lo uso como oficina, me arriesgo a ser procesado”, señala Hölscher.

La situación se remonta al invierno de 2024, cuando encontró un anuncio en el que se ofrecía una “propiedad comercial con habitaciones adicionales” y diversas “opciones de ampliación”, como oficina, estudio o taller. El empresario, que buscaba un espacio para su propio negocio, afirma que “nadie me dijo que el espacio solo podía usarse como bistró”. De acuerdo con su relato, esa restricción aparecía apenas mencionada en una frase en las 13 páginas de documentación de venta.

Una regulación de hace 20 años

El origen del conflicto reside en una regulación dictada dos décadas atrás, cuando el municipio de Ennetmoos aprobó un proyecto para construir tres edificios en la zona de Allweg. El plan urbanístico no solo preveía viviendas y espacios comerciales, sino que estipulaba expresamente que la planta baja de uno de los edificios, el que compró Hölscher, debía operar un bistró. Sin embargo, mientras los departamentos y locales se vendían, el restaurante permaneció vacío durante años, sin uso ni reformas, ante la ausencia de interesados en abrir un negocio gastronómico en esa ubicación.

Confiado en la información predominante en el anuncio de venta, Hölscher remodeló el espacio: recubrió paredes con paneles, instaló baño, renovó el piso y dotó al local de muebles de oficina. Los trabajos avanzaron durante meses, hasta que en agosto de 2024 recibió una carta de la Autoridad de Construcción de Ennetmoos. En ella le notificaban que el local solo podía destinarse a usos distintos del bistró si contaba con el consentimiento expreso de los otros doce propietarios del condominio, una condición que también había sido comunicada previamente a los antiguos vendedores.

Un cartel de "Se alquila,
Un cartel de "Se alquila, se vende" se ve fuera de una casa en Washington, Estados Unidos, a 7 de julio de 2022. (Sarah Silbiger/REUTERS)

Para Hölscher, la carta supuso un auténtico golpe. “De haberlo sabido, nunca habría comprado el piso”, declaró al medio suizo, denunciando que “los propietarios tergiversaron deliberadamente el espacio y ocultaron información para finalmente encontrar un comprador”. Consultados por Blick, los anteriores dueños evitaron responder directamente a las acusaciones, limitándose a afirmar que el comprador debería haber revisado los documentos más cuidadosamente.

La oposición de cuatro vecinos

Desde entonces, el empresario ha centrado sus esfuerzos en reunir la unanimidad imprescindible para autorizar el cambio de uso. La mayoría de los copropietarios accedió a firmar el consentimiento, aunque cuatro se pronunciaron en contra, entre ellos el administrador de fincas y del edificio del ayuntamiento de Ennetmoos.

En un correo enviado a Hölscher, argumentó su oposición diciendo que las reformas supusieron “costes adicionales considerables” y provocaron un elevado consumo de electricidad común, supuestamente sin el pago correspondiente por parte del nuevo propietario. Hölscher ha cuestionado la veracidad de ese argumento, solicitando pruebas concretas de ello que, por el momento, no han sido proporcionadas.

Una persona realiza sus cuentas
Una persona realiza sus cuentas personas mensuales. (Freepik)

La postura del administrador también responde a consideraciones de interés colectivo, señalando que sería injusto para los residentes de Ennetmoos si de repente se permitiera a Hölscher usar el espacio como oficina, ya que todos los vecinos seguirían esperando que allí funcione un bistró, tal como originalmente contemplaron las autoridades municipales al aprobar el proyecto.

Tras este callejón sin salida, Hölscher ha decidido contratar a un abogado con el propósito de intentar revertir la compra: “No tengo otra opción”.