Una mujer sube al tren para llegar a tiempo a quimioterapia y recibe una multa por comprar tarde el billete: “No intenté defraudar ni estafar a nadie”

Para llegar a tiempo al hospital, tomó el tren anterior. Pero su condición física le impidió encontrar al revisor y pagar el pasaje a tiempo

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Una mujer con cáncer multada
Una mujer con cáncer multada por las autoridades (Pexels)

Es la historia de Luzdivine, una mujer de 39 años residente en el departamento francés de Oise. Diagnosticada con un cáncer raro, la enfermedad, fue deteriorando su salud. En Oise coge un tren que le lleva hasta París donde se encuentra el equipo de profesionales que llevan su caso. En el Instituto Curie recibe la quimioterapia. Compra el billete de tren con anterioridad, por la aplicación móvil de SNCF.

La mañana en la que fue multada por las autoridades hizo lo mismo. Según informa el diario local Le Parisien compró su billete de 8,50 para el trayecto Compiègne-París en TER, un tren regional francés que le llevaría hasta la capital.

Tren regional francés.
Tren regional francés.

Sin embargo, cuando llegó a la estación se dio cuenta de que los trenes estaban sufriendo retrasos y que no llegaría a su cita de quimioterapia. Entonces fue cuando decidió coger el tren anterior al suyo. Esta decisión inocente, desencadenada por la urgencia que suponía la cita con su doctor, tuvo un desenlace fatal.

¿Justicia o injusticia?

Al no haber visto a ningún revisor antes de la salida del tren, decidió comprar su billete una vez que ya estaba sentada. Sin embargo, lejos de mostrar comprensión, el revisor la reprendió por haber validado el billete después de la salida. «No intenté defraudar ni estafar a nadie», explicó entre lágrimas a nuestros colegas.

La rigidez del sistema castigó un acto de buena fe como si fuera una falta. Su urgencia, la prioridad que suponía para ella la quimioterapia, no fue suficiente para hacer recapacitar al revisor. Fue sancionada con una multa de 50 euros, lo que equivale a cinco días de prestaciones diarias de la seguridad social.

Ludivine presentó un recurso con documentación médica, intentando demostrar su inocencia y cómo sus circunstancias le habían impulsado a actuar de forma precipitada. No obstante, la SNCF (empresa matriz de ferroviarias parisinas) se mantuvo firme en su decisión. A pesar de, según sus declaraciones, empatizar con la causa, existía un marco legal que debía ser aplicado igualitariamente. De lo contrario, perdería su eficacia.

Una reflexión sobre el poder

De esto habla la filósofa Miranda Fricker. Según ella, el poder solo se vuelve real cuando se hace efectivo a través de la acción individual, por ejemplo de las autoridades. Si quienes lo detentan deciden no ejercerlo, ese poder pierde fuerza en el momento. Así, la agencia se convierte en un punto clave para frenar o reproducir la injusticia.

A través del poder agencial -que es un poder estricto, que no claudica, que bebe de lo estructural-surgen injusticias como las de Luzdivine. De esta manera, se mantiene la autoridad pero al mismo tiempo se prescinde de una parte muy importante de la sociabilidad humana que son los contextos de las personas que hacen de sus decisiones fenómenos más complejos a los que la ley escapa.

Casos como los de Luzdivine hacen reflexionar sobre la importancia de mirar más allá de la ley y atender a los motivos por los que las personas, con buena fe, siguen actuando conforme a su conciencia, incluso cuando la norma no las ampara. En contextos así, aplicar la ley sin atender a las circunstancias puede convertirse en una forma de injusticia que no castiga la mala intención, sino la falta de poder para hacerse escuchar.