Tras unos meses cargados de incertidumbre en el marco de la salud, Ernesto de Hannover parece haber superado el bache. El príncipe alemán se ha visto envuelto en una dinámica de entradas y salidas del hospital constantes. Hace unos días, por fin consiguió salir del hospital, y disfruta de la libertad por la ciudad de Madrid junto a su hijo Christian.
La revista Vanitatis ha estado pendiente de la salida del hospital del príncipe Ernesto, y ha sido la encargada de realizar las primeras fotos oficiales tras esta. Ernesto se encontraba ingresado en la clínica Ruber de Madrid, donde ha sido visitado frecuentemente por su novia, Claudia Stilianopoulos, y por su hijo Christian, el único de sus hijos que viven en la capital española, y que por tanto, ha podido estar pendiente de su padre.
Un paseo junto a su hijo
El que todavía continua casado con Carolina de Mónaco fue hospitalizado a principios de abril por problemas de salud, llegando a pasar por la Unidad de Cuidados Intensivos. Pero tras la tormenta, llega la calma, y por fin se le ha podido ver disfrutando de un día soleado por Madrid. Así, Vanitatis cuenta cómo salían padre e hijo del domicilio que el primero comparte junto a su pareja, la artista española. Padre e hijo comparten un vínculo especial, que es palpable, sobre todo porque Christian es capaz de aplazar cualquier plan con tal de pasar más tiempo con su padre.
De esta manera, Ernesto de Hannover se muestra feliz en las fotografías tomadas por la revista de corazón. Padre e hijo dando un paseo por la capital, compartiendo momentos familiares inolvidables y que han querido aprovechar tras los constantes sustos de salud. A pesar de mostrar una figura más delgada de lo habitual, el príncipe alemán no ha perdido el apetito, pues fue visto entrando a un restaurante una vez se despidió de su hijo. La elección para comer fue el restaurante del hotel Rosewood Villa Magna, ubicado en Castellana y que lleva en pie 25 años. Su comida es de estilo oriental y es uno de los locales más exclusivos de la comunidad.
La recuperación definitiva
La salud de Ernesto de Hannover se recupera progresivamente. Aunque no pudiera hacer muchos esfuerzos físicos, ya no dispone del andador que utilizaba tras su operación de cadera. Durante su paseo con su hijo, se le ha visto apoyándose en él para hacer movimientos que le pueden resultar más complicados, y una vez este le dejó solo, se ayudaba de su bastón para poder caminar sin perder el equilibrio.
Parece que por fin, tras la racha de ingresos constantes, de los cuales no terminaba de salir, el marido de Carolina de Mónaco puede disfrutar de su libertad. Ernesto no solo ha recuperado su salud, sino sus rutinas y su vida social. Sobre todo, lo que más presente tiene es el amor de su hijo pequeño, del que va a estar más cerca que nunca ahora que se ha instalado en la Comunidad de Madrid.
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