Un funcionario de gimnasio y una terapeuta sexual, la combinación imposible de ‘First Dates’: “Yo odio el baile”

Belén buscaba a un hombre arriesgado y Carlos soñaba con una mujer de “las que hacen mucho deporte”, pero ninguno encontró lo que quería

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La cita de Carlos y
La cita de Carlos y Belén en 'First Dates' (Cuatro)

En First Dates, las cenas pueden tomar caminos inesperados. En la de Carlos y Belén no ha sido el caso. Carlos, funcionario de Logroño de 45 años, llegó al restaurante de Carlos Sobera dejando claro lo importante que es para él cuidarse y mantenerse activo. “Siempre dedico un momento del día a mis dos horas al gimnasio”, admitía de entrada. En el plano sentimental, el balance era menos brillante: “Llevo seis años sin pareja. He dedicado mucho tiempo a mis hijos y siempre han sido la prioridad. Y el tema de mujeres lo he dejado olvidado”. El deseo de Carlos era encontrar a una persona que compartiera algunas de sus aficiones: “Me gustan atléticas. Me gustan las que hacen mucho deporte y tienen ese físico atlético”. La cita le emparejó con Belén, bailarina y terapeuta sexual argentina. Su trabajo no dejó indiferente a Carlos, que reconocía su asombro: “Me he quedado muy sorprendido porque no conozco a nadie que se dedique a este tema”. Ella explicó: “Ayudo a las personas a que vivan su sexualidad de una forma más placentera”.

“Yo odio el baile”

La conversación arrancó sin demasiada química ni temas en común. Belén remarcó que el baile tiene un papel principal en su vida, algo que no encontraba ningún eco en Carlos: “Yo odio el baile”. Estas primeras diferencias marcaron ya el ritmo de la cena. Al hablar de preferencias para el tiempo libre, se ampliaba la distancia entre ambos. “Yo soy una persona que siempre quiere probar cosas nuevas y arriesgarse. Y él es muy tranquilo y muy opuesto a mí. Y eso no me gusta”, señalaba Belén. Carlos lo resumía en una frase: “Yo soy más de planes tranquilos”.

"First Dates" es un programa de Cuatro en el que personas desconocidas comparten una cena en un restaurante y, tras conocerse, deciden si quieren tener una segunda cita fuera del programa.

Entre platos, salían a la luz más matices. Carlos no esperaba tener una cita internacional y lo explicaba con franqueza: “Esperaba a alguien de España. Quería a una española porque en el pasado estuve con alguien de fuera y no me fueron bien las cosas”. El tema de las experiencias personales tampoco tardó en aparecer. “Soy divorciado y no me gustó la experiencia. Me ha hecho tener miedo por empezar algo otra vez porque siempre tienes en la cabeza ‘¿volveré a lo mismo?’”, compartía Carlos. La respuesta de Belén fue muy clara: “El que no arriesga no gana. Si le da miedo comenzar una relación, no está preparado para iniciar una relación con otra persona”.

Las diferencias de actitud y expectativas quedaban bastante claras. Carlos insistía en la distancia cultural: “Las culturas son diferentes y siempre va a haber algún choque. No termina de convencerme”. Ella tampoco veía la posibilidad de que surgiera algo. “Mi prototipo de hombre es otro. Me gustan altos y con barba”.

La decisión final no dio lugar a incertidumbres. Carlos expresó su postura: “No tendría una segunda cita porque físicamente no he sentido atracción y yo quería una española por experiencias pasadas que he tenido malas”. Belén zanjó el encuentro en términos similares: “Yo tampoco tendría una segunda cita. No me llamó la atención y su personalidad no tiene nada que ver con la mía. Y lo de que sea argentina, eso no te lo perdono”.