Estas son las claves para trabajar con un compañero que odias, según una psicóloga

Este tipo de situaciones pueden acabar por destrozar la autoestima

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Imagen de recurso de dos
Imagen de recurso de dos personas que discuten en una oficina. (Adobe Stock)

“Antipatía y aversión hacia algo o hacia alguien cuyo mal se desea”. Así define la Real Academia Española (RAE) el odio, un sentimiento difícil de arrancar de uno mismo. Es un largo camino el que lleva hasta ahí y una vez nace el rencor, el difícil dar marcha atrás. Hay que recorrer todo un sendero lleno de momentos que vuelven al otro intolerable. Una vez llegados a ese punto, lo más aconsejable es poner tierra de por medio. Pero, ¿y si no es posible? ¿Y si estás obligado a hacer frente cada día a la persona a la que odias porque no es, ni más ni menos, que alguien del trabajo?

Cuando el blanco del mal deseado está durante horas a pocos metros de ti y estás obligado a interactuar con él, no queda más tratar de lidiar con ello de la mejor manera posible. Algunos expertos recomiendan seguir una serie de pautas para hacer más llevadera la convivencia en el lugar de trabajo.

Una conversación incómoda pero necesaria

En un artículo de la BBC, Alex Newton, experto en relaciones laborales de la consultora Acas (Advisory, Conciliation and Arbitration Service), explica que “muchas veces las personas que no se llevan bien evitan hablarse, lo que no ayuda en absoluto y termina por enrarecer aún más el entorno”. Por eso, recomienda enfrentarse a la situación de manera honesta: “Una conversación franca con la persona puede solucionar el problema de raíz y a largo plazo”. No es sencillo, pero es la mejor forma de abordar el problema para el experto, que insiste en que dejar pasar los meses, incluso los años, no va a llevar a un mejor escenario.

Declaraciones de la directora del Departamento de Empleo, Diversidad y Protección Social de CEOE, Rosa Santos, que ha avisado de la pérdida de empleo en microempresas y el menor ritmo de crecimiento del mercado laboral.

Un ejercicio de empatía

Newton también propone la empatía como herramienta clave para resolver conflictos que llevan a no soportar a otra persona. “Haz preguntas y busca entender su perspectiva. Luego, demuéstrale que la entiendes resumiendo lo que te ha contado. Esto crea un ambiente en el que ambas partes se sienten escuchadas”, dice y aclara que esto no significa ceder, sino mostrar que respetamos al otro, de manera que se pueda dar una conversación

El experto aclara que empatizar no significa ceder en todo, sino demostrar que valoramos y respetamos la postura del otro. Este enfoque puede mejorar considerablemente la calidad de las conversaciones y permitir que ambas partes encuentren puntos en común.

Buscar otro enfoque

En el mismo artículo, el medio británico recoge otro consejo, el de Jenny Bird, experta en desarrollo personal. Bird considera que no siempre somos conscientes de cómo nuestras actitudes pueden ser percibidas por los demás. “Mientras nosotros pensamos que somos amables y encantadores, otros pueden vernos como intimidantes o arrogantes”, explica Bird, y por ello recomienda hacer reflexionar sobre cómo nos comportamos con los demás, para desentrañar las razones del conflicto y saber si nuestra actitud es parte del problema. De este modo, aconseja replantearnos nuestras propias conductas para mejorar la dinámica en el entorno laboral.

Tirar de autoestima y ejercicio personal

La psicóloga Silvia Congost recomienda en un artículo que firma en la revista Elle cambiar el foco. En una situación en la que el odio nace de los malos tratos por parte de un compañero o un jefe, recomienda alejarse y centrarse en relacionarse con aquellas personas del entorno que demuestran compañerismo, bondad y generosidad. Pero no siempre se puede. En estos casos, dice, "la clave está en trabajar tu autoestima, porque es lo primero que se daña y ese daño es lo que causa problemas a todo lo demás".

Este tipo de situaciones pueden acabar por destrozar la autoimagen. Por eso, insiste en la necesidad de Pedir ayuda “para volver a conectar con nuestras capacidades, con aquello que somos buenos, con aquello que nos hace sentir realizados“.