El 2024 ha sido un año complejo para la familia real británica, marcado por los problemas de salud de ambos monarcas y la futura reina. Además, también se ha producido un distanciamiento cada vez más notable entre los Windsor y los duques de Sussex. El rey Carlos III y Kate Middleton enfrentaron diagnósticos de cáncer a principios de año, mientras que la reina Camilla lidió con una neumonía derivada de problemas pulmonares hace unas semanas. Sin embargo, estos desafíos no han logrado cerrar la brecha entre el príncipe Harry y su familia, que parece haberse profundizado aún más.
Desde su traslado a California en 2020, el príncipe Harry y Meghan Markle han mantenido una relación tensa con la familia real. A pesar de los difíciles momentos que los Windsor han atravesado este año, la comunicación entre ambas partes se encuentra en su peor momento. Según han afirmado fuentes cercanas del príncipe a Express, el rey Carlos III y Harry no han tenido contacto significativo desde febrero, cuando el duque de Sussex viajó a Inglaterra para una breve visita.
El desaire de estas Navidades parece definitivo: Harry y Meghan no han sido invitados a ningún acto oficial o privado, tal y como ha explicado The List. La ruptura quedó evidente cuando su círculo cercano confirmó que las llamadas de Harry al rey no han sido respondidas. Según ha informado la revista People, la intención de Harry siempre ha sido interesarse por la salud de su padre, pero su esfuerzo no ha tenido ningún resultado
Lejos de unir a la familia, estas circunstancias no han logrado tender puentes entre Harry y los Windsor. Incluso el príncipe Guillermo, hermano mayor de Harry, ha adoptado una postura firme. “Guillermo ya está haciendo planes para cuando se convierta en rey. No ve un futuro para los duques de Sussex en la familia real británica. La sensación es que permitir que Harry y Meghan vuelvan a la primera línea como miembros de alto rango de la corona es una mala decisión. Deberán resignarse de una vez por todas a estar al margen de la corona indefinidamente”, indica la fuente.
Una Navidad marcada por la ausencia y la distancia
Desde que en 2019 los duques de Sussex celebraran la Navidad por separado, las festividades han evidenciado la fractura en la relación familiar. Aunque inicialmente se atribuyó la separación a razones logísticas y a la pandemia, el distanciamiento se ha convertido en una constante año tras año. Ni siquiera el nacimiento de sus hijos, Archie y Lilibet, ha propiciado un acercamiento significativo entre los Sussex y los Windsor.
Este año, en Buckingham las Navidades se celebrarán en un ambiente que mezcla la esperanza por la recuperación de la salud de sus miembros más mayores con la tristeza de la ausencia de Harry y Meghan. A pesar de ello, la familia real británica planea mantener sus tradiciones en Sandringham, destacando la misa de Navidad, el tradicional paseo y la habitual cena familiar, aunque con menos integrantes en la mesa.
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