Qué es el juicio de testamentaría y cómo se divide la herencia entre los herederos participantes

Los conflictos entre herederos al realizar los trámites de una herencia son comunes en muchas familias. Estos desacuerdos pueden surgir debido a distintos intereses y perspectivas sobre la distribución de los bienes del fallecido. Existe una figura encargada de evitar este tipo de problemas, el contador partidor, que debe de ser designada por el testador.

Pero, ante la situación de que los beneficiarios no se pongan de acuerdo y el fallecido no hubiera nombrado a nadie contador partidor, parece que la única opción que queda es el juicio de testamentaría. Este proceso está encaminado a partir el legado entre los herederos abintestato o los testamentarios cuando no se ponen de acuerdo entre ellos en el reparto.

Qué son los herederos abintestato

Los herederos abintestato son aquellos que tienen que ser nombrados, según los criterios establecidos por la ley, cuando una persona muere sin haber otorgado testamento, tal y como explica el Ministerio de Justicia.

La partición de la herencia inicia con la elaboración de un inventario que debe incluir bienes, derechos y deudas del patrimonio del fallecido. Una vez realizado el recuento, se procede a la valoración y liquidación de los bienes antes de su división y adjudicación a los herederos. Un punto importante a tener en cuenta es que si el testador designó en su momento a un contador partidor, el juicio no se podrá llevar a cabo y será esta persona la encargada de efectuar la partición.

Cómo se inicia el juicio de testamentaría

Cualquier heredero puede el instar el juicio de testamentaria. Además, una vez iniciado este proceso, los acreedores también podrán intervenir en la división para evitar que se realice en fraude o perjuicio de sus derechos. La acción para pedir la partición de bienes no está sujeta a prescripción, lo que significa que no caduca con el tiempo, tal y como detalle el portal mundo jurídico.

Fases del juicio de testamentaría

El juicio de testamentaría se compone de siete fases.

1. Comienza mediante la solicitud de cualquiera de los legitimados, firmada por un abogado y procurador. La petición puede presentarse como una medida cautelar para asegurar la división, aunque también se puede reclamar la creación de un inventario detallado de los bienes y derechos que conforman el patrimonio heredado.
2. Tras haber realizado el inventario de los bienes, el Juzgado convocará la celebración de la Junta donde se citarán a los herederos, legatarios, acreedores y al Fiscal (en el caso de que entre los primeros hubiera menores, incapacitados o ausentes en paraderos desconocidos). Se designará a un contador partidor de mutuo acuerdo, de no lograrse se haría por sorteo.
3. Una vez nombrado el contador, se entregará la documentación y todos los elementos integrales del caudal hereditario necesarios para el inventario, el avalúo, la liquidación y la división de la herencia.
4. El contador presentará el resultado de las operaciones por escrito en el plazo de dos meses desde su inicio. Se detallará la división y adjudicación de los bienes a cada uno de los partícipes.
5. Se aprobarán las operaciones divisorias o se mostrará la oposición de aquel que muestre su disconformidad.
6. Si se presenta el desacuerdo, el juzgado convocará a una comparecencia al contador y las partes para que lleguen a un pacto. De lograrse el acuerdo, el contador hará en las operaciones divisorias las modificaciones pertinentes y se aprobarán judicialmente. Si no se logra un acuerdo, el magistrado procederá a escuchar los argumentos de cada una de las partes involucradas y admitirá las pruebas pertinentes. Posteriormente, se continuará con el trámite a través de un juicio verbal.
7. Los interesados pueden hacer valer sus derechos sobre los bienes adjudicados en el juicio ordinario correspondiente.