La historia completa del clan Mac Allister y la anécdota que anticipó el brillante presente de Alexis, flamante campeón del mundo

La herencia familiar del tío Patricio y papá Carlos Javier, áspero y buen defensor: los cuentos antes de ir a dormir, los consejos y lecciones para Francis, Kevin y el menor, que siempre pintó para fuera de serie. El detrás de escena del legado

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La familia Mac Allister en Qatar
La familia Mac Allister en Qatar

Carlos Javier Mac Allister, aquel disciplinado, esforzado y hasta áspero lateral izquierdo que se destacara en Argentinos, Boca, Ferro y hasta llegara a la Selección, tenía una tierna costumbre con sus tres hijos cuando llegaba la noche. Se los llevaba a la habitación y, para que pudieran conciliar el sueño, les leía cuentos infantiles que les gustaban: uno era el conocido de los Tres Chanchitos y el otro, de su propia autoría, se trataba de tres hermanos que llegaban a jugar juntos en el Real Madrid. “Los tres tenían los ojos grandes como faroles y los veías, en la habitación en penumbras, escuchando con mucha atención. A veces el cuento ni terminaba porque yo, acostado a su lado, me quedaba dormido antes que ellos, pero cuando se despertaban a la mañana los primero que me preguntaban era qué había pasado, cómo había terminado la historia... Es muy loco lo que pasó después, que los tres debutaran en Primera División con la misma camiseta, que pudieran juntar juntos en un partido y que ahora estemos todo acá, en Qatar, viviendo este sueño”, contaba el padre, a pocas horas de la finalísima ante Francia. Hoy, con la Copa del Mundo en manos de Alexis, todo adquiere una relevancia todavía mayor.

En un punto, claro, sorprende cómo se dio todo, aunque al hablar del clan Mac Allister, no tanto. Carlos Javier fue un jugador significativo del fútbol argentino durante al menos una década. Defensor rústico, claro, pero en una época en la que ese tipo de futbolistas eran importantes. Zurdo, jugaba de 3 y la marca era su fuerte, incluso por encima de lo que su físico indicaba, porque pese a medir apenas 1m68, iba bien arriba y hasta hizo varios goles de cabeza. Debutó en 1986 con la camiseta del Bicho, donde jugó hasta 1992, cuando pasó a Boca. En la Ribera, por sus características, fue valorado y querido durante los cuatro años que estuvo y de hecho, en su mejor momento, en 1993, dio el salto a la Selección, aunque sea fugazmente, en aquel repechaje mundialista ante Australia. Luego jugó dos años en Racing y se retiró, en 1999, en Ferro. No fue el único. Su tío Patricio debutó antes que su hermano, en 1984, en Estudiantes de LP, pasó por Argentinos, Deportivo Maipú y Aldosivi, pero su carrera de 11 años se extendió fuera del país, jugando en México y Japón.

Los hijos de Carlos Javier llegaron en el tramo final de su carrera y mamaron desde adentro el fútbol profesional, con vivencias personales y especialmente con historias y anécdotas de su padre y tío. Francis nació en 1995, luego llegó Kevin, en 1997, y el último fue Alexis, al año siguiente. El primero llegó al profesionalismo como volante y hoy juega en Rosario Central, Kevin siempre fue lateral como su padre, con destacadas actuaciones en los últimos años en Argentinos, y el menor, gran integrante del nuevo mediocampo del seleccionado que impacta al mundo, como enganche y hasta mediapunta.

Alexis festejando el segundo gol de Argentina ante Francia, tras una asistencia suya (REUTERS/Carl Recine)
Alexis festejando el segundo gol de Argentina ante Francia, tras una asistencia suya (REUTERS/Carl Recine)

El gran hito se dio en noviembre del 2017, cuando los tres se dieron el gusto, para emoción del padre, el tío y toda la familia pampeana, de jugar juntos en el mismo club y mismo partido en Primera División, Fue en la derrota ante San Lorenzo por 1-0. Francis y Alexis fueron titulares, Francis entró a los 15 del segundo tiempo. Fue un año después de que los tres debutaran en Primera, 101 años después de la última que tres hermanos habían jugado en Argentinos y 33 desde que los hermanos Killer compartieran cancha en un Central-Unión -dos en Rosario y otro en el conjunto santafesino-. “Algunas personas tienen la suerte de tener un hijo jugador de fútbol. ¡Yo tengo tres! Es un sueño”, admitió el padre, quien agradeció a Argentinos como institución por darles la chance a los chicos de inferiores.

Claramente, desde un primer momento, todos creyeron que Alexis sería quien llegaría más lejos. Una anécdota de Francis lo refleja. “Estaba hablando el técnico en una ronda y de repente escucho, para mi sorpresa, que me pone de ejemplo: ‘Fijensé, miren a Francis, seguro que su pase va a valer millones en un futuro’. Entonces, como parecía que no me encontraba, preguntó: ‘¿Y dónde está Francis?’. Y cuando yo levanté la mano, me dijo: ‘No, perdón, vos no sos’. Ahí me cuenta que se refería a Alexis”, rememora, sonriente, dejando claro que el más talentoso siempre ha sido el menor. O al menos el más dotado técnicamente y en función ofensiva.

No es casualidad que su ascenso haya sido meteórico. Su debut llegó cuando Argentinos estaba en la B Nacional, en 2016 y él tenía 17 años. Fue cuando River se acercó para comprarlo. “No quise porque si es una institución muy importante, yo soy de Boca y prefería esperar que me llegara esa chance”, admitió el jugador. Esa oportunidad le llegó casi un año después, después que frustrara una transferencia a la MLS. El problema fue el valor del pase, tasado en 8 millones de dólares, que no permitió que se concretara.

El "Colo" con sus tres hijos en la cancha de Boca
El "Colo" con sus tres hijos en la cancha de Boca

El que pagó la cifra solicitada fue el Brighton, en enero del 2019. El club inglés lo compró y decidió cederlo para que ganara experiencia, primero a Argentinos durante seis meses y luego a Boca, otros seis. Alexis se ganó la titularidad y jugó bien en el Xeneize de Gustavo Alfaro. Su idea era quedarse y consideraba que podía alargarse el préstamo, pero eran tiempos tumultuosos en Boca, con derrotas seguidas ante River, la última en semifinales de la Copa Libertadores 2019, y todo se complicó.

Más aún cuando se fue Angelici y llegó la nueva dirigencia, lo que generó un problema, especialmente con Román Riquelme. “Me enteré de que Boca había mandado un mail diciendo que yo no iba a Inglaterra. Pero que si el Brighton ponía 1.000.000 de dólares, me liberaban. Sentí que no me valoraban, no me sentía importante o no me querían, sólo querían un poco más de plata. Lo hablé con Riquelme. Tuve algunas charlas con él. Mi principal posición fue quedarme. Pero después, en ese lapso entre que digo que me quiero quedar e ir, pasaron cosas que no me gustaron para nada y por eso tomé la decisión de irme”, apuntó Mac Allister, responsable de ponerle fin a su estadía en Boca.

Los hermanos disfrutaron en Qatar de este Mundial y de haber vivido este trayecto juntos. Empezaron en la escuela JJ Batista, jugaron en Social Parque y luego saltaron a las inferiores de Argentinos, siempre acompañados por Carlos Javier y con la ayuda de Fernando Batista. “Soy un padre que viene del fútbol, no les tuve que meter en la cabeza que son unos fenómenos, ni nada por el estilo. Sólo les repito la necesidad de esforzarse cada día”, explicó quien, cuando se retiró, trabajó de empresario y ellos lo ayudaron en la parte estadística del seguimiento de jugadores. “Tendrían 8 o 9 años cuando les pedí ayuda. Les gustaba. Por suerte se la pasaban mirando fútbol y no jugando a la Play Station”, completó.

Ser hijo de un ex jugador nunca fue un peso para ellos, sino un privilegio y un aporte inestimable para ir llevando la carrera sin tanta ansiedad y sufrimiento. “Primero debo decir que nosotros somos jugadores de fútbol porque nosotros quisimos, no porque papá nos obligara. No tengo la presión de ser el hijo de…”, aclaró Alexis hace poco en una nota en ESPN para luego pasar a cómo fue la ayuda que recibieron del Colo. “Nos hacía sentir el rigor para que hiciéramos esfuerzos y lo valoremos. A entrenar me mandaba en bondi. Pero yo si estaba cansado le mandaba un mensaje a mamá para que me viniera a buscar”, contó a pura sonrisa. También valoró el conocimiento de fútbol que tiene su padre. “Siempre fue como tener un extrenador extra fuera de la campo. Es un consejero, que conoce de futbol y tiene experiencia en distintas situaciones. Siempre lo hemos escuchamos y le estamos muy agradecidos”, completó.

Kevin, Javier, Francis y Alexis
Kevin, Javier, Francis y Alexis

El crecimiento que tuvo Alexis, desde que llegó a la Premier, ha sido exponencial. De ser un chico que decía “me gusta el fútbol lírico, los jugadores de buen manejo y mis hermanos me cargan porque corro poco” tuvo que adaptarse a otro fútbol, mucho más dinámico, con una gran necesidad de desplegarse y cumplir otras funciones en el mediocampo, no solo jugar. “En el fútbol de hoy hay que correr, meter, estar al 100 todo el tiempo. Estamos en la mejor liga del mundo y yo, al principio, lo sufrí. Los primeros seis meses fueron durísimos, físicamente, fue un cambio muy grande pero de a poco lo fui llevando. Tuve que entrenar más, pero siempre con la tranquilidad de que tenía la capacidad para hacerlo”, comenta quien en la soñada final jugó un primer tiempo de ensueño, dando un pase de lujo para el segundo de Di María.

A la Selección llegó en 2019, cuando estaba en Boca, pero se asentó años después, primero en las Eliminatorias mundialistas y luego camino a Qatar, sobre todo cuando su actualidad en el Brighton impactó a Scaloni y su cuerpo técnico. Pero, claro, él no deja de marcar un hito. “Me recibieron todos muy bien. Pero el tema fue cuando llegué y tuve que saludar a Messi… Me temblaban las manos, no sabía si saludarlo o no. Yo soy una persona muy tímida y me costó. Luego me di cuenta de que Leo es una persona muy tranquila y callada que termina siendo uno más”, recordó. Aunque hay un sentimiento que no puede trascender aunque ya hayan pasado varios partidos con la celeste y blanca. “Es de otro mundo jugar con la Selección. Cuando te ponés la camiseta, cuando entrás al predio en Ezeiza…. Estás representando a un país, a millones de personas, es lo máximo. Es lo que todos soñamos toda la vida. Es obvio que cuando entrás a la cancha te enfocás en hacerlo lo mejor posible, pero cuando estás afuera te das cuenta lo privilegiado que sos y lógico que te emociona, más aún cuando pasa que hay tanto apoyo atrás y hay tantos millones representados por este equipo”, reconoció.

Alexis ha sido uno de los grandes aciertos de Scaloni en este Mundial, junto a Enzo Fernández y Julián Alvarez, el tridente que llegó con gran ritmo al torneo y su inclusión como titulares le dio otro nivel al equipo, sobre todo en la mitad de la cancha, con un esquema más moderno, versátil, que suma pases, triangulaciones y rotaciones permanentes, reeditando “la nuestra”. Para eso fue clave un consejo que Alexis asegura que le dio Pablo Aimar, asistente de Scaloni. “Para triunfar en la Selección hay que encontrarse a uno mismo, porque el principal rival es uno mismo”, le dijo. El menor de los Mac Allister lo hizo: respetó su esencia futbolística y terminó potenciando al equipo. Nada es casualidad si conocemos la historia de su clan familiar…

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